Valeria Bohórquez, directora de Career en LATAM Mercer, cuenta cómo hizo para combinar su vida familiar y laboral y llegar con soltura a un alto puesto jerárquico años después; su visión sobre el rol de la mujer en el ámbito laboral actual
Cuando Valeria Bohórquez iba al colegio secundario soñaba con ser diplomática. Por eso, decidió estudiar sociología en la Universidad del Salvador; suponía que esa carrera podría acercarla al mundo de las relaciones internacionales. Pero ya avanzada en sus estudios comenzó a darse cuenta de que el panorama que ella había imaginado para su futuro profesional no era tan simple como creía, y desistió de ese impulso inicial que la había llevado a las aulas sociológicas. Uno de los factores fue percibir que el ambiente diplomático estaba plagado de hombres y que posiblemente sería difícil penetrarlo si la idea era algún día formar una familia. “Me imaginaba que, como mujer, la carrera diplomática no iba a ser tan simple y toda mi vocación por lo que tenía que ver con las relaciones internacionales se fue desdibujando. Me parecía que ser mujer era un factor de peso y a mí me interesaba tener una familia en algún momento, lo veía complicado”, cuenta Bohorquez. No obstante, vio otras posibilidades dentro de la sociología y continuó estudiando la carrera con una orientación en sociología de las organizaciones. Se recibió y, más tarde, se enamoró: de los recursos humanos (RR.HH.).
La Alumni, que egresó del Programa de Desarrollo Directivo del IAE en 2011, cuenta que su primer trabajo fue una pasantía de investigación de mercados en el estudio D´alessio y asociados, y que allí comenzó a familiarizarse con los RR.HH. cuando tuvo a cargo un proyecto que le hizo ver que eso era lo que realmente le gustaba. “Pensé ‘uy a mi esto me encanta, implica trabajar con organizaciones, con el mundo privado’, que era lo que a mi me interesaba hacer”, dice. Luego, fue coordinadora de compensaciones en Coca-Cola FEMSA Buenos Aires y, más tarde, ingresó como consultora senior en la división de RR.HH. de la hoy llamada Willis Towers Watson, donde estuvo ocho años y lideró proyectos no sólo en Argentina sino también en Chile, Perú, Ecuador y Paraguay.
En sus inicios en esa empresa quiso comenzar a materializar sus ganas de formar una familia. “En ese momento pensé que la consultoría era una buena alternativa para alguien con hijos; me lo imaginaba un espacio de trabajo un poco más flexible, donde podía ir aprendiendo, pero en un entorno más pequeño porque era una consultora de unas 40 o 50 personas y me lo imaginé como más flexible”. Bohorquez se encontró finalmente con algo muy parecido a lo que se imaginaba. “Y más de lo que me imaginaba, porque cuando yo estaba trabajando ahí se desata la crisis del 2001, eso hizo que en muchos ambientes laborales hubiera reducción laboral. Ya había nacido mi primer hijo y un día a fines de abril me senté con mi jefa y le dije ‘mirá, yo estoy dispuesta a trabajar medio día por medio sueldo’”. La reacción de su jefa fue más que positiva: “Me encanta la idea, ¿cuándo querés empezar?”, le dijo. El 2 de mayo comenzó con su modalidad part-time. “Fue espectacular, la verdad que eso en 2001 era relativamente novedoso, porque hoy todos hablamos de flexibilidad, home office, pero en ese momento no”, resume. Así trabajó durante cinco años, hasta que pasó a Mercer, la consultora de recursos humanos más grande del mundo donde continúa trabajando actualmente y a la que llegó de la mano de un cliente que tenía en su trabajo anterior.
Accedió a pasarse a Mercer tras lograr que le dieran la posibilidad de trabajar, en vez de 40 horas por semana, 30. “Para mí, Mercer era un jugador numero 1, me daba muchas posibilidades de seguir creciendo en mi carrera”, cuenta. Comenzó como consultora senior hace 10 años y poco a poco fue volviendo a trabajar full time. “Mis hijos fueron creciendo y como empezaban el colegio ya tenía más libertad. Me fui enganchando nuevamente con la modalidad full time. Mercer es muy dinámica en términos de pases para crecer, proyectos para trabajar y está la posibilidad de ir autogestionando tu carrera”.
En un contexto actual signado por la lucha social feminista, la Alumni es una de las pocas mujeres del país que puede jactarse de tener cargo ejecutivo: se desempeña como directora de Career para Argentina, Uruguay y Paraguay. Actualmente lidera el negocio en el país y su principal área de conocimiento y experiencia es en estrategia de compensaciones y desarrollo organizacional.
En 2011 incursionó en el Programa de Desarrollo Directivo del IAE porque quería darle un impulso a su carrera; dice que buscó un programa que se ajustara a su inquietud de rodearse con gente en un ámbito de posgrado que ya tuviese vasta experiencia profesional y que le diera una mirada más integral del negocio. “Siento que me aportó confianza y seguridad”, detalla.
En la empresa, lidera un equipo de 16 consultores dedicados a clientes de subsidiarias multinacionales y compañías locales de gran tamaño. Así, señala que no es lo mismo trabajar en recursos humanos en una consultora que en una compañía: “El enfoque es distinto”. Y explica que, por ejemplo, se encargan de brindar información a las compañías que tienen como clientes sobre salarios, beneficios; que asesoran a las empresas en el desarrollo de sus talentos y en compensaciones.
Sobre las principales inquietudes de las compañías que asesora, apunta: “Hoy las empresas están muy preocupadas por retener a su gente, por mantenerlos motivados. En general buscan tener empleados satisfechos pero muy comprometidos para que tengan un buen desempeño. Como en todos los aspectos, también hay un tema de costos”.
Actualmente, y a pesar de la hora cuarenta que demora en viajar desde su casa en Canning hasta la empresa, en Microcentro, Bohorquez dice que ha logrado hacer un buen balance entre su vida profesional -ocho horas de trabajo diario con un día por semana de home office- y su vida familiar. “Hoy aspiro a seguir creciendo en Mercer, a ser mejor líder, a formar un equipo de trabajo que aspire a ser el mejor talento”, expresa.
Sobre el feminismo, sostiene que nota un cambio en el ámbito corporativo cada vez más palpable, aunque todavía falta: “El rol de la mujer fue cambiando mucho a lo largo de los años; hay mucha más conciencia sobre el tema. Empezar a hablarlo hizo que algunas cosas empezaran a suceder. El cambio surge en Europa, Estados Unidos, ahí se instala el tema; empieza a haber normativas, regulaciones, se empieza a hablar de inequidad en el pago, de la diversidad. Se empieza a tomar conciencia y también a aplicarse un cambio. Pero no es un cambio radical porque implica muchos aspectos culturales, creo que va a llevar mucho tiempo. Pero está sucediendo que se empieza a hablar, a tomar conciencia y se generan acciones, por lo menos en el ámbito corporativo”.