La jornada laboral de Gonzalo Santander, 35 años, tres hijos, empieza a las 7 de la mañana y finaliza después de las 18. A veces, se extiende por varias horas, pero, al licenciado en administración de empresas y en comercialización (hizo dos carreras) eso no lo conmueve. Hace 13 años que la rutina se repite. Incluso, antes duraba todavía más; quizás esa haya sido la clave para llegar, hoy, a temprana edad, a posicionarse como gerente general de la empresa líder en productos de librería Staples, desde hace un año y medio. La ambición en lo profesional y lo académico y su amor por su familia lo definen.

“Siempre trabajé muchas horas, hace 13 años que llegó a la oficina a las 7 de la mañana, la diferencia es que ahora, casi que religiosamente me voy de la oficina a las 18.15 o 18.30 y antes quizás me quedaba más tiempo. A partir de ese momento, cuando llegó a mi casa, es mi momento con los chicos hasta que se duermen”, cuenta. El alumni está casado con Denise desde hace siete años y tienen tres hijos: Emma, Tomás y Valentín. Ellos fueron su sostén en sus viajes a Brasil cuando estuvo a cargo de merchandising, e-commerce y retail para ese país y la Argentina, y su principal motor hoy para querer volver a casa tras largas jornadas de trabajo.

Unos ocho años después de su llegada a Staples, comenzó a viajar a Brasil semana por medio, proceso que duró poco más de un año. Fue la antesala de la gerencia que ocupa ahora, pero lograr resultados satisfactorios requirió mucho más que un sacrificio profesional. Fue duro, desgastante -dice-, explica que, al principio, en 2013, para aprovechar los horarios de oficina viajaba a la mañana temprano o la noche desde Argentina y que, si bien San Pablo se encuentra a tres horas de avión, al ser un vuelo internacional y por el tráfico de la ciudad, podía llevarle 9 horas llegar desde su casa hasta la oficina. “Fue una experiencia muy enriquecedora. Si bien era una compañía parte de Staples Inc, era un país diferente, una cultura totalmente distinta, y en una etapa donde teníamos que generar un proceso de transformación grande. A su vez mantenía responsabilidad por Argentina, con lo cual tenía dos equipos con perfiles y experiencias muy diferentes y pudimos aprender mucho de eso y generar sinergias entre ambos países”, relata.

Aunque tuvo una breve experiencia laboral previa, su desarrollo profesional se dio mayoritariamente entre Staples Argentina, Staples Brasil y Staples Inc. “Ingresé a la compañía como pasante, en marzo de 2005, y a partir de ahí tuve la posibilidad de desarrollarme en diversas áreas como compras, cuando era comprador y jefe de producto, estuve unos meses en Estados Unidos en un programa de formación, a cargo del desarrollo y apertura del proyecto de retail, después tuve a cargo el área de merchandising (abastecimiento, producto y pricing)”, enumera el alumni, que en 2011 hizo un MBA en el IAE. Además, antes había tomado el programa de formación profesional en gestión del comercio minorista, en 2010. Y en 2009, el programa dirigiendo personas.

Estudiante incansable, el año pasado participó de un curso en la Singularity University que fue organizado y coordinado en conjunto con el IAE. “La experiencia de Singularity fue muy movilizante”, resume. Sobre su experiencia anterior en el MBA recalca la metodología, el estudio de casos y la discusión de los mismos. “Más allá de haber incorporado conceptos técnicos nuevos, profundizado en algunos temas desarrollados en el ámbito universitario, el mayor valor que le veo es la interacción y participación con la clase y grupo de estudio. Uno se encuentra con un grupo muy heterogéneo de profesionales, con experiencias laborales y de vida diversas, y eso enriquece mucho las discusiones y el aprendizaje”. Además, cuenta que el networking que se genera en las aulas perdura en el tiempo, con grupos de whatssapp y juntadas periódicas. “Realizar un MBA es una experiencia única a nivel personal y profesional. Requiere de un esfuerzo muy grande no solo de la persona que lo está realizando, sino también de familiares, la empresa, equipo de trabajo”.

Santander es consciente de que, en poco tiempo, pero con gran vocación y voluntad de trabajo, llegó a mucho. En ese sentido, explica que que independientemente de “la edad de las personas”, si se tiene la capacidad, el compromiso y se logra alcanzar resultados, “uno puede desarrollarse sin problemas”.

Metas para el futuro

“Pensar en donde debería estar la compañía en los próximos dos o tres años, trabajar en la estrategia con mi equipo, entender cómo evoluciona la industria en la cual operamos, cómo evolucionan los productos y servicios que ofrecemos, y entender cómo afectan las tendencias y nuevas tecnologías en nuestro negocio, a la vez que innovamos, desarrollamos y testeamos cosas que nos permitan seguir siendo los líderes de la industria, son los principales desafíos que tengo hoy”, cuenta. Otra de sus metas radica en evitar que la compañía se vuelva burocrática y que pueda mantener el dinamismo, siempre orientado a alcanzar el mayor y mejor resultado operativo posible.

Con respecto a la competencia internacional, explica que el mercado es dinámico, señalando a Amazon como el principal competidor. “Amazon se ha metido muy fuertemente en esta industria. Los competidores tradicionales fueron Office Depot y Office Max. Después existen algunas empresas más chicas focalizadas en nichos como WB Mason en USA con mucho foco en el mundo de Pymes, o Lyreco en Europa.”

En los últimos 10 años, el home office, el co-working y el menor uso de papel e impresiones impactaron de manera inevitable en esta empresa líder en productos de librería. Ello hizo que estos cambios se conviertan en un desafío al que se adaptan continuamente. “Producto de esto hemos desarrollado nuevas categorías de negocio y estamos trabajando en nuevos servicios. La forma en la que nuestros clientes compran también está cambiando y hace varios años que venimos trabajando en poder ofrecer una propuesta multicanal, donde nuestros clientes puedan encontrar la misma propuesta de valor tanto en nuestra web, como en las tiendas o por teléfono”, concluye.