Una oportunidad de negocio que se transformó en una pyme
Martín Lahitou fundó Formas Publicitarias, una compañía que tiene de clientes a grandes empresas como Coca-Cola y Unilever
Martín Lahitou, de 41 años y DMPE 2017, se crió prácticamente en la empresa familiar: una fábrica de cerámica artesanal. Fue ahí donde tuvo su primera experiencia laboral cuando terminó el colegio a los 17 años. Y gracias a los contactos que hizo y a su intuición de ver una oportunidad de negocio fue que más tarde fundó Formas Publicitarias, una compañía que vende artículos de publicidad a grandes empresas como Coca-Cola, Santander, YPF, Unilever y Quilmes.
Se recibió de licenciado en administración en la UBA, en 2001, con 24 años. Pero su carrera había comenzado siete años antes, con sus primeros trabajos en la pyme que actualmente sigue teniendo su familia. “Al ser una fábrica de cerámica artesanal hay algunos productos relacionados con la publicidad, como jarrones o ceniceros, que en una época eran muy utilizados por las empresas tabacaleras y las cervecerías para usar en los spots o carteles publicitarios”, cuenta Martín.
“Fue un proceso medio orgánico, se fue dando la creación de una empresa de publicidad. Como había estado desde chico en la pyme, tenía relación con la gente que les compraba. Entonces comencé a preguntarles qué cosas necesitaban y me respondieron remeras y bolígrafos”, dice.
Al principio, Martín compraba y vendía, y les pedía a los mismos fabricantes que lo llevaran a conocer otras empresas. En 2005, empezó a volar a China para hacer compras mayores. Y en 2013, construyó su propia fábrica para producir localmente algunos productos.
“La planta está en Vicente López. Tiene una oficina de 360 metros, con showroom, y una fábrica de 1300. En total trabajan 42 personas, entre los que atienden a los clientes y los que están en toda la parte textil que hacemos: remeras, chombas, buzos, artículos publicitarios”, dice Martín, que aclara que no hace uniformes, pero que a veces fabrican las remeras que tienen los empleados en algunos locales, si no es algo muy complejo.
“Hace ocho años logramos la certificación de la norma ISO 9001 e hicimos una auditoría de responsabilidad empresaria para poder trabajar con Coca-Cola, Unilever, Nestlé, Cervecería Quilmes, Telecom, Telefónica, Shell, YPF, Axion, Movistar, Claro, HSBC, BBVA Francés, Supervielle, entre otras empresas de primera línea, que nos exigen mucho”, cuenta.
Un negocio que tracciona ventas
Luego de recibirse, Martín estuvo durante 10 años como ayudante de la cátedra Sistemas Administrativos en la UBA, donde se enseña a tener un crecimiento prolijo y ordenado del negocio, siguiendo todas las normas necesarias; algo que lo ayudó a él con su emprendimiento.
Con respecto a la empresa, cuenta que la tendencia actual en el sector publicitario es levantar la calidad de lo que las empresas regalan. “Ya nadie quiere dar un pisapapeles que no se usa o la cosa china muy barata; nadie quiere pegarse a algo que dejará de funcionar en pocos días. Se intentan regalar cosas prácticas: un termo, la mochila, un vaso, o la lanchera que usarán los hijos en el colegio”, cuenta.
“También hay una tendencia a hacer productos al aire libre, que se conecten con vos cuando estás disfrutando, y hacia productos tecnológicos: cargadores solares, auriculares. Cosas que se puedan usar todos los días y que funcionen como vehículo de comunicación”, agrega.
Más allá de la recesión económica, Martín dice que estas acciones de marketing son las que traccionan ventas de más corto plazo. “En épocas de bajo consumo, la inversión en artículos atrae más ventas, en comparación con colocar un cartel en la avenida Lugones, donde el resultado se ve en un par de años”, señaló.
Asimismo indicó que el negocio está pasando por un momento bueno. “No estamos mal en ventas, pero la coyuntura no ayuda desde el punto de vista de las tasas de interés. Renovamos una línea de crédito con el Banco Provincia, que es una entidad pública, y nos cobraron un 120%. Las tasas se están comiendo toda la rentabilidad y haciendo cualquier proyecto inviable”, dijo, y contó que desde hace diez años comenzaron a operar en la Bolsa: “Empezamos descontando cheques diferidos, pagaré bursátil, y ahora estamos emitiendo obligaciones negociables (ON), aprobadas por la SGR, pero estamos esperando para implementarlo cuando el mercado esté calmo”.
Sobre el DPME, indicó que lo hizo para ayudarse un poco en el proceso de profesionalización y para aspirar a mayor crecimiento. “A medida que fue pasando el tiempo fui recuperando algunos conceptos y releyendo algunas notas. Hoy, después de un año que lo terminé, digo que me ayudó”, concluyó.