Ya habían pasado algunos años desde que el colombiano Jobst Viertel vivía en la Argentina cuando su novia Regina Malo decidió dar el gran paso y mudarse con él. Hacía tiempo también que Regina deseaba cursar un MBA y Jobst la había convencido de que el IAE era una muy buena opción para ello. Pero a la sugerencia de Jobst le llegó una condición de Regina: “Hago el MBA si lo haces conmigo”, le propuso. Y él aceptó. “Esa y muchas otras promesas que me tocó hacer y me matan si las cuento, tuvieron al parecer efecto y decidió casarse conmigo el 14 de junio de 2015”, dice Jobst, con el humor que lo caracteriza. Luego reflexiona que accedió a hacer el máster para acompañar a su pareja y para mejorar y actualizar sus conocimientos profesionales.
Así fue como arrancaron a cursar en la escuela de negocios en agosto de 2015. Al principio, durante los primeros tres meses de cursada, Regina seguía viviendo en Medellín y viajaba cada 15 días a Buenos Aires. “Hasta que a fines de septiembre del mismo año renuncié a mi trabajo y me mudé definitivamente”, cuenta.
Ya casados, ambos se adentraron en el IAE sin saber que, al poco tiempo, en vez de dos serían tres los que se graduarían. La noticia llegó un sábado por la tarde tras una intensa jornada de clases, exactamente una semana después de que Regina se instalara definitivamente en la casa que comparten ambos en Nordelta. “Al salir del IAE le dije a Jobst que compráramos una prueba. Cuando llegamos a casa nos la hicimos y nos dimos cuenta de la noticia”, explica ella.
“Yo no sé si fue el estrés que generaba Finanzas con Hernán Etiennot o las muchas clases de actuación y teatro de Operaciones, Costos, ASN. Pero de un momento a otro me dijo que ya no éramos dos sino tres haciendo el EMBA. Yo me puse nervioso. Con tres MBA ya no daban las cuentas”, relata Jobst. Y agrega: “Decidimos llevarlo como polizón las primeras clases. La verdad que se tomó el papel en serio. Se portó de maravillas siempre, dejó que la mamá estudiara bien, yo todavía creo que le soplaba cosas en los exámenes, pero nadie se dio cuenta. Pasaron los días y los meses e incluso llegó el gran examen de mayo, examen en el que, en equipo con su madre, sacó un A. Como dicen acá en la Argentina, un ídolo”.
Mientras que Jobst es socio gerente de “la única productora de tampones de la Argentina y la única de marcas propias en las Américas”, JVA Swiss Personal Care Products SRL, antes de venir para la Argentina Regina trabajaba como directora de Marketing del grupo Nutresa. Hacer el MBA, cuenta, era uno de los tantos objetivos de su carrera. “Estaba segura de que me podía ayudar mucho a tener una visión integral de muchas áreas (...) Yo estoy especializada en marketing así que tener una visión completa me ayuda a entender de una mejor forma un negocio y poder diseñar estrategias que tengan un mejor impacto y resultado”, explica.
Lo que nunca imaginó es que la mudanza, el casamiento y el MBA llegarían junto con un hijo. Ese hecho que le cambió la vida en un momento tan particular fue “muy emocionante y generó muchos cambios”, dice. “Yo estaba buscando trabajo en la Argentina para continuar mi carrera y al conocer la noticia la decisión fue seguir adelante con los estudios y posponer un poco la búsqueda de trabajo”.
El matrimonio Viertel resalta constantemente que el apoyo por parte del IAE y de sus compañeros de camada fue “espectacular” durante todo el embarazo y fundamental para poder proseguir con el máster. El bebe no sólo trastocó las prioridades y rutina de la pareja sino también la de sus 40 compañeros que los acompañaron en el antes y el después del nacimiento colaborando en todo lo necesario.
“Todos apoyaron el embarazo al máximo, se portaron muy bien y nos cuidaban mucho. Festejamos juntos la llegada de Joseph e incluso después de que nació y que retomé las clases nos prestaban sus habitaciones en el campus para dejar el bebé recién nacido con mi mamá. Fueron los mejores tíos del mundo”, relata Regina.
“Como papá fue una linda experiencia porque era ayudarle a cumplir un reto mayor a Regi de ser mamá por primera vez y lograr el MBA. Fue difícil un poco lo del cuidado mientras estábamos en clase, pero ponía el reto más alto de mantener el nivel siendo papás”, explica Jobst. “Realmente el embarazo transcurrió muy tranquilo y no interfirió en los estudios en ningún momento, nos dieron todo el apoyo necesario asique eso ayudó mucho. Lo más duro fue mantener la concentración en las clases después del nacimiento, con el cansancio y teniéndolo a él en la universidad porque no teníamos con quien dejarlo en casa...”.
Para los Viertel, el balance final de la experiencia en el MBA fue “única e irrepetible”. “Conocimos la gente más maravillosa y querida que hay, nuestro hijo encontró más de 40 tíos argentinos, uruguayos y paraguayos y fue una linda experiencia en la tan atribulada Argentina que nos tocó los últimos años. En lo profesional fue una gran experiencia y no es difícil pensar cada vez en el máster y lo aprendido cuando hay decisiones difíciles de tomar. Fue una experiencia muy, muy especial e enriquecedora”, sostienen ambos.
Hoy, Joseph ya tiene 9 meses y Regina está organizándose para retomar su carrera profesional. Jobst, dice entre risas que se está dedicando “a trabajar lo que no se trabajó durante el máster” y también “a disfrutar de 40 amigos especiales que habiendo terminado el máster siguen ahí más que nunca (...) Regi, Joseph y yo tenemos ahora un lugar en Argentina que nos ha hecho sentir como en familia y eso jamás se olvidará. Nos sentimos orgullosos en mayúscula de haber tenido la oportunidad de haber conocido y pertenecido al IAE. A todos ellos: ¡Gracias!”, concluyen.