Michel Hermans, profesor del área de Comportamiento Humano en la Organización, acaba de graduarse de un doctorado en gestión de Recursos Humanos en la Universidad de Cornell
Antes de ingresar a la Rotterdam School of Management, Michel Hermans no sabía si estudiar Administración de Empresas o Ciencias Políticas. Sin mucho dudarlo, comenzó las dos. “Como me interesó más el mundo empresarial, terminé haciendo la maestría en negocios también”, cuenta. A la Argentina, llegó para la tesis final de la maestría. “Mi tema era estrategias de adaptación de pequeñas y medianas empresas después de etapas de fuerte turbulencia macroeconómica”, dice. Había mirado el mapa del mundo buscando economías que hubieran tenido crisis en los años anteriores. Entre varios países, apareció Argentina como “laboratorio” ideal. “Tuve la suerte de poder trabajar en la oficina de la CEPAL (Naciones Unidas) en Buenos Aires”, agrega.
Dentro de poco, los años que Hermans vivió en la Argentina superarán a los vividos en su Holanda natal. De 43 años, casado y con dos hijos, Hermans es Profesor del área de Comportamiento Humano en la Organización del IAE, y acaba de graduarse de un doctorado en Recursos Humanos (Doctor of Philosophy, Industrial and Labor Relations).
Esos seis meses estudiando en Argentina terminaron convirtiéndose en algo más. Conoció a Laura, su mujer, y a quien define como una persona que “negocia” mucho mejor que él, y “aunque a fines de los noventa la tasa de desempleo en Argentina era alta”, decidieron quedarse.
Así, comenzó a trabajar en la división de consultoría interna del Grupo Telecom Italia, en temas de reestructuración y desarrollo organizacional. Colaboró en proyectos en varios países de la región, entre los cuales uno lo llevó a vivir un tiempo en Bolivia. “Sin embargo, después de cinco años los proyectos empezaron a parecerme demasiado similares. Sentía que necesitaba un nuevo desafío y tenía ganas de volver a estudiar. Cuando en Holanda estaba por terminar mi maestría, mis profesores ya me habían recomendado continuar con un doctorado. En este momento lo había descartado porque consideraba que necesitaba salir del mundo académico y desarrollar experiencia real”, continúa.
Finalmente, en 2003 fue alumno del programa de Dirección Estratégica de Recursos Humanos (DERH). “Buscaba actualizarme y reconectarme con la vida de las escuelas de negocios”, dice. Y añade: “En una de mis varias conversaciones con el profesor Alejandro Sioli sobre mis opciones de carrera y programas doctorales, me preguntó si no me interesaba trabajar en el IAE. Era una oportunidad de pasar al otro lado del mostrador y el plan de carrera de los profesores del IAE prevé una instancia de estudios doctorales. Si bien iba a ganar bastante menos, empecé a trabajar como colaborador científico”.
Doctorado
En los años que siguieron Hermans comenzó a prepararse para aplicar a un programa de doctorado en Estados Unidos. Rindió el famoso y temido GMAT y el examen de inglés TOEFL. “Gané una beca Fulbright y recibí un generoso apoyo económico del IAE”, cuenta.
“Según la revista Business Week, Dave es uno de En ese entonces el holandés colaboraba en un proyecto de investigación global del profesor Dave Ulrich, de la Universidad de Michiglos mejores educadores en management y es un fellow de la Academia Nacional de Recursos Humanos de Estados Unidos. Él escribió una de las cartas de recomendación que presenté en los procesos de admisiones”.
Hermans se divierte al contar cómo fue que decidieron, junto a su esposa, la universidad en la que haría su doctorado: “Para los estudios de doctorado es muy importante poder trabajar con un mentor. Yo había identificado dos profesores con quienes quería trabajar, uno en Cornell University y el otro en la University of South California. Fui admitido en ambos programas lo cual generó un dilema. Cornell es una universidad de la Ivy League, pero tiene su campus en Ithaca, un pueblo de 50.000 personas en el norte del estado de Nueva York donde nieva siete meses por año. Por otro lado, la University of South California está en Los Ángeles, entre la ciudad y la playa. Fuimos a Cornell”.
A pesar de la nieve, Hermans cuenta que la opción elegida resultó ser la correcta. “Durante mi segundo año, Cornell fue elegido por la Academy of Management como el mejor programa de doctorado en Recursos Humanos. Además de tener como director de comité al profesor que había elegido, tuve la suerte de trabajar con dos editores de revistas académicas prestigiosas. Terminé con un comité de dirección de tesis exigente, pero siento que aprendí mucho de ellos”, dice.
La tesis doctoral comprende tres ensayos sobre la implementación de prácticas de recursos humanos. “Durante los últimos 20 años se escribió mucho sobre prácticas de alto compromiso o alta performance (High Performance Work Practices) y cómo mejoran los resultados de las organizaciones que las usan. Sin embargo, cuando uno mira a su alrededor, son pocas las organizaciones que realmente invierten en su personal y que apuestan a construir ventaja competitiva basada en las personas que integran la organización. La pregunta de fondo de la disertación sería ¿por qué no implementan estas prácticas de RR.HH. cuando está comprobado que funcionan?”. Así, en un ensayo examinó si hay diferencias entre regiones geográficas, industrias y tipo de organizaciones en la implementación de estas prácticas. En el segundo evaluó el funcionamiento del área de RR.HH. como precondición para la implementación de estas prácticas. Y en el último consideró el impacto del cambio organizacional como condicionante de la implementación de estas prácticas de gestión de RR.HH.
Ahora que finalizó el doctorado, el objetivo de Hermans es intentar publicar los ensayos de la disertación en revistas académicas. “Es un proceso difícil, ya que las revistas más prestigiosas rechazan más de 90 artículos de cada 100 que reciben. Cada manuscrito es revisado y criticado por profesores de otras universidades y son ellos quienes deciden si el trabajo es publicado o no. El proceso es doblemente ciego: los revisores no saben de quien es el artículo, pero el autor tampoco sabe quién criticó su trabajo. Muchas veces los comentarios son bastante venenosos”.
En el corto plazo, Hermans está emprendiendo nuevos proyectos: “Con algunos colegas habíamos iniciado un centro de investigación enfocado en RR.HH. Me gustaría relanzarlo y darle un alcance más regional. Entre la tecnología y los cambios en la sociedad, el mundo del trabajo está cambiando rápidamente y no siempre para mejor”, expresa. En cuanto a su rol en el IAE, espera poder contribuir a que los futuros directivos utilicen un criterio amplio en cuanto a gestión de las personas, pensando no solamente en la performance del cuatrimestre sino también en el desarrollo de las capacidades necesarias para el mediano y largo plazo en un clima organizacional positivo. “A veces parece que es pedir mucho, pero en el IAE tenemos el lujo de recibir alumnos muy buenos”, remata.