Por Lucas Philpotts
Aunque nos habíamos juntado en reuniones sociales algunas veces, y en grupos más pequeños muchas más, sentíamos que teníamos que armar algo muy atractivo para aprovechar la potencia del grupo. Esto fue en octubre del año pasado, después de casi un año de haber terminado el EMBA Regional 2015-2016. Durante la cursada formamos un grupo especial. Destacado por la generosidad, las ganas de aportar para tener una sociedad mejor, el buen humor y con un cariño muy especial.
En un almuerzo concluimos que sería importante volver a lo que nos unió: las ganas de aprender y crecer en herramientas de gestión. Imaginamos un programa académico en el IAE con presencia de profesores. Volver al método del caso, con el que ya sabemos que funcionamos bien y aprendemos en un clima de desafío y confianza. Y también, por supuesto, repetir esas cervezas y charlas que tanto disfrutamos las noches de cursada.
Habíamos intercambiado algunas ideas con Alberto Willi, uno de varios valiosos "sponsors" en el IAE, y aunque desafiante y riesgoso, parecía posible. Aunque creíamos que le iba a interesar a todo el grupo, lo validamos con algunas charlas individuales y después con una encuesta a todo el grupo. Sondeamos grado de interés en algo así, y aprovechamos para indagar también sobre qué forma podría tomar y cómo quisiera colaborar cada uno. El feedback fue sumamente positivo.
Ya con más entusiasmo y coraje, hablamos con más directivos del IAE para analizar la viabilidad del programa en sus instalaciones, y con algunos profesores, que, así como fueron claves en el éxito de la experiencia en el EMBA, también lo serían en el evento. La respuesta fue fantástica. Surgieron dudas y temores, pero con entusiasmo y equipo, logramos armar un programa que superaba nuestras expectativas. Asistimos casi 30 compañeros de la clase. Si sacamos a los que no podían venir por cuestiones de fuerza mayor, fue una asistencia casi perfecta en un grupo regional donde muchos vinieron hasta de otros países.
Empezó un viernes temprano con un desayuno y posterior espacio de reflexión "post-EMBA", con reunión de equipos y puesta en común con el profesor Patricio Fay como moderador (un lujo), que después también nos compartió una reflexión sobre el tema de su tesis de doctorado, aún en proceso. Interesantísimo. Después del almuerzo el profesor Giuillermo Perkins nos "metió" en un avión de la segunda guerra mundial a través de un caso apasionante, con toda la emoción que sólo él sabe poner en el aula. Compartimos aprendizajes sobre manejo de situaciones de equipo. Después el profesor Julián Irigoin nos llevó al desafío de escalar el Everest en equipos a través de un caso de HBS. Impresionante. Con descubrimientos sobre funcionamiento de equipos con información asimétrica.b h
Al finalizar la jornada académica, nos fuimos a una cervecería donde disfrutamos un tiempo distendido y relajado, como acostumbrábamos a hacer durante la cursada. Un baño de amistad.
El sábado, el profesor Pancho Díaz-Hermelo facilitó un caso "en vivo", con el especial condimento de que el protagonista era uno de nuestros compañeros: el queridísimo Martín Calzetta, que nos abrió las puertas de su empresa, y con ellas, las de su familia y corazón. Una oportunidad única para desempolvar nuestras habilidades directivas y colaborar con un compañero. Para el cierre tuvimos un invitado especial: César Silveyra. Nos hizo jugar, bailar y reflexionar sobre por qué hacemos lo que hacemos, cuáles son nuestros sueños y qué nos puede estar frenando.
Una experiencia fantástica, a la altura de lo que el grupo se merece. Gracias IAE, gracias a los profesores que nos acompañaron, gracias, César Silveyra... gracias, Dios por este grupo.