Augusto Mustafá, más conocido como el fundador de Elepants, es el alumno del IAE más chico en cursar el programa de Dirección de Pequeñas y Medianas Empresas (DPME). Es que, con apenas 25 años de edad, el joven empresario es gerente de la marca de ropa que irrumpió en el mercado con los famosos pantalones a cuadros, que salieron de la intimidad del hogar a la calle, para ser vestidos de manera diaria entre el público de 13 a 25 años.
Mustafá pasó de ser un rebelde, que utilizaba sus pijamas para ir a comer un asado, a fundar un emprendimiento con identidad propia, que en 2016 facturó 100 millones de pesos. El crecimiento fue abrupto. Desde 2012, cuando dejó la carrera de publicidad para dedicarse completamente al proyecto, la empresa creció de vender los productos en showrooms a tener 30 locales —seis propios y 24 franquicias— y presencia en 180 tiendas multimarca en todo el país. Los pijamas pasaron a estar de moda y la calcomanía del elefante fucsia furioso se reprodujo en la parte trasera de los autos.
“Tenía 20 años y sentía que la facultad no me aportaba las herramientas que yo necesitaba en ese momento. Además, cuando arrancas un emprendimiento propio, no queda otra que dedicarle el tiempo completo, entonces decidí largar la carrera y abocarme 100% al trabajo”, cuenta.
Por esa época conoció a Fermín Laborde, fundador de la marca de alpargatas QA. Se hicieron socios y fusionaron las empresas, pero sin perder la respectiva identidad de cada marca: los calzados y las prendas se venden con etiquetas distintas, pero en los mismos puntos de venta. “Para mantener una local no podíamos ofrecer únicamente un producto”, dice Mustafá.
Consciente de la limitación que generaba vender solamente pantalones, desde 2015 la marca comenzó a incorporar cada temporada productos nuevos a su cartera. “Sabíamos que los pants iban a tener su tope de auge, principalmente porque fueron surgiendo otras marcas que copiaron el modelo”.
Pero lejos de asustarlos, los socios aprovecharon la popularidad del pantalón para establecer la marca y expandir la oferta. Hoy en día Elepants vende también camperas, buzos, camisas, vestidos y hasta accesorios para el teléfono. “Próximamente vamos a lanzar bikinis, calzoncillos y jeans”, comenta Mustafá.
Sin embargo, el verdadero secreto del éxito de la marca es el marketing y la presentación que hacen de los productos: “Lo innovador en sí no es el pantalón, sino la forma en la que lo comunicamos y lo presentamos con el packaging. La verdadera revolución fue cómo pusimos la prenda en boca de todos”.
Con una plantilla de 60 empleados y una empresa en constante crecimiento, el año pasado Mustafá decidió incorporar nuevas herramientas de management: “Sentía que la empresa me iba a terminar superando y entonces quise formarme de alguna forma, pero no quería estudiar una carrera de cuatro años. El DPME del IAE me hizo más profesional. Además, conocí un grupo de personas con las cuales pude compartir un montón de experiencias. Hoy en día somos 10 amigos que nos recibimos del IAE y nos juntamos dos veces por mes a comer”.
Entre los próximos proyectos, Mustafá tiene planeado trasladarse a Estados Unidos a fin de año para expandir la marca dentro del mercado norteamericano. “Tuvimos durante un año un local en Paraguay, que lo cerramos a fines de 2016 porque era mucho el tiempo y el esfuerzo que le dedicábamos para los resultados que nos daba. Entonces decimos hacer al revés: apostar en grande e ir a expandir la marca a Estados Unidos, para que después sea más fácil replicar el negocio en otros lugares”.
La idea es instalar las oficinas en Los Ángeles o Nueva York y mudarse allá. Para eso, la empresa está planeando entrar en una ronda de inversión y vender una parte de la participación, donde se busca recaudar 3 millones de dólares. “Me estoy capacitando para ese momento. No quiero ir a Estados Unidos y volverme a los dos meses. Es una locura, pero creemos que podemos”, dice Mustafá.
“Después de cinco años que comencé con Elepants, ver cómo creció me parece muy loco. Uno lo sueña, pero verlo realidad es una utopía. Nuestro plan es multiplicar en todo el mundo lo que hicimos en Argentina. Creemos que esto recién comienza”, concluye.