Revista Alumni

Tigoût: el concepto de cápsulas llevado a la pâtisserie

Inspirado en Nespresso, Rodrigo Córdoba lidera un proyecto para ofrecer pastelería recién horneada
Publicado domingo 29 de julio de 2018

"El domingo a la mañana vos venías a mi casa y la mesa de mi cocina parecía el desayuno de un hotel cinco estrellas: tenías cookies, scons, apple crumble, waffles, panqueques, lo que se te ocurra, todo casero, hecho por nosotros”. Dos años antes de cumplir los 45, Rodrigo Córdoba tenía una empresa dedicada a la importación y distribución de cascos e indumentaria técnica para motociclistas junto a su hermano. Pero en 2016, luego de 14 años juntos, se separaron. “Fue como arrancar de cero. Mi ADN es emprendedor, tenía que hacer algo, necesitaba tener un propósito”, dice

Fue cocinando junto a sus cinco hijos que se dio cuenta de su gran pasión, por la que comenzó un proyecto de innovación en el que ya lleva invertido casi un millón de dólares. Se trata de una máquina con una fisonomía similar a la de una Nespresso, pero de pâtisserie: Tigoût. Bajo el concepto cápsula-máquina la idea es crear un momento único, donde con sólo pulsar un botón, puedas disfrutar de lo mejor de la pâtisserie en pequeñas porciones recién horneadas. “Tigoût es ideal para aquellos que buscan nuevas experiencias y disfrutan comer algo rico”, explica Córdoba, al tiempo que cuenta que la máquina aún no salió al mercado.

Rodrigo Córdoba

Rodrigo no ostenta una carrera de grado, pero pasó por el IAE en dos oportunidades, en 2013 al realizar un DPME (Dirección de Pequeña y Mediana Empresa) y en 2014 el PEM (Programa Estratégico de Marketing).

En lo que fue el proceso de venta de sus acciones a su hermano en la empresa que compartían, Rodrigo comenzó a tomar cursos de cocina y a armar programas familiares que giraban en torno a la pastelería. “Tenía mucho tiempo ocioso y necesitaba exprimirlo. Me gusta la cocina como hobby, y si bien no empecé cocinando pastelería, como mis hijos eran chiquitos y normalmente los cursos que hacen los chicos son de pastelería -por el tema del fuego y una cuestión de seguridad- hacíamos eso”, agrega. Así, era usual que la casa de los Córdoba estuviese impregnada de un aroma a torta recién horneada cada domingo por la mañana. Podían estar cinco horas cocinando junto a sus hijos y su mujer; todos participaban en el proceso de preparación de las recetas. “Era muy, muy divertido”, enfatiza. Ahora, sus hijos tienen entre 5 y 21 años.

“A nosotros nos gusta mucho recibir amigos en casa, somos buenos anfitriones, nos gusta atenderlos bien y, por supuesto, ¿quién no quiere venir a una casa donde hay cosas ricas para comer? Ahí caí en la cuenta de que a muchos les gusta comer y disfrutan de la pastelería, pero no saben cocinar o no les gusta o no tienen tiempo ni ganas”. El Alumni dice que fue automático: miró su Nespresso y se imaginó en tan sólo segundos a la pareja ideal para esa máquina de café. “Cuando vi mi Nespresso pensé: a mí, Nespresso me dio la posibilidad de tomar un café espresso en mi casa cuando quiero y en el momento que quiero -porque si no estaba en un restaurante o en una cafetería no tomaba café-. ¿Por qué no hacer lo mismo en pâtisserie?. Ese fue el disparador de lo que hoy es Tigoût”, explica.

Así se verá cuando se lance al mercado

 

Otro disparador fue la publicidad de Nespresso donde el actor George Clooney, de camisa blanca, saco gris y un bronceado perfecto, mira a cámara y dice: “¿What else? (¿qué más?)”. Córdoba decidió que él va a ser quien conteste esa pregunta.

La idea comenzó hace dos años con Rodrigo como único socio, ahora son 20 personas las que trabajan en el proyecto: muchos de ellos arrancaron como proveedores o empleados y luego quisieron sumarse como accionistas. “Me dijeron que siempre criticaban la falta de innovación dentro del mundo empresarial y que creían en este proyecto. Me decían: vos me tapaste la boca, o, vos sos la excepción”. Eso implicó que esos proveedores o empleados dejaran de cobrar por lo que hacían para Tigoût y fueran “a riesgo”.

Actualmente lleva invertido en el proyecto cerca de un millón de dólares. Durante el 2016 definieron el naming, la estrategia de marca, el perfil del consumidor. 2017 fue el año de I+D+i, desarrollaron 27 recetas, se diseñó y se patentó el funcionamiento interno de la máquina. También realizaron encuestas de opinión y Focus Groups con resultados excelentes. En 2018 alcanzaron el “gran hito” de todo proyecto: la factibilidad. “Validamos que la idea era factible. Hoy tenemos una máquina que funciona. Fue nuestro Eureka”, dice. Hoy ya cuentan con un prototipo funcional que pronto saldrá a la venta: “Pensaba que salía en un año, después en dos, a principio de 2018 fijé un objetivo de salir en octubre y hoy creo que eso será dentro de un año”. El alumni explica que si se sigue estirando este el lanzamiento es porque están innovando. “Tigoût es un proyecto muy complejo, donde debemos hacer que convivan tres innovaciones al mismo tiempo: producto-capsula-máquina. Es la primera vez que hago algo así y con esta magnitud, cada vez que resolvemos un problema, generamos tres nuevos, eso es innovar”, redobla.

El precio de la Tigoût dependerá del tamaño de la misma, de la cantidad de Tigoût que se puedan cocinar y de la tecnología que posea. “La máquina va a ser IoT (Internet of Things) que son estas máquinas que están conectadas a tu casa, que las podés programar desde tu celular, entre otras cosas”. Sobre el tiempo en que demorará tener un scon recién listo, dice: “El tiempo de cocción de los Tigoût será entre 3 y 10 minutos, dependiendo del producto. Las recetas de los Tigoût estarán elaboradas con las mismas materias primas o mejores que la que se suele tener en la casa de uno, son recetas caseras y no requieren agregar leche ni agua”.

El equipo trabajando en el prototipo

 

Su objetivo es que Tigoût esté al lado de todas las máquinas de café alrededor del mundo: “Creemos que somos el maridaje ideal. También para el té o para el coñac, hay muchos momentos de consumo: a la tardecita o noche, antes de irte a dormir, que sea como un chocolate mirando la tele. Que la gente pueda darse un premio o una recompensa sin esfuerzo”, cuenta.

El nombre de la marca tiene una reminiscencia francesa: en francés, “pequeño gusto” se traduce como petit goût. “La patisserie por excelencia a nivel mundial es francesa”.

Por último, explica cuáles son los cuatro pilares en los que está basada la marca: “Debe ser simple, premium, cálido e innovador, casi como un artículo de decoración de tu casa que tengas ganas de mostrar, y siempre desde la mirada del consumidor”.

Hoy, Rodrigo invierte capital propio desde hace dos años, lo hace con el capital accionario que tenía en su anterior empresa. “Esta es una idea 100% argentina, desarrollada 100% por argentinos. Somos un equipo de más de 20 personas con la misma visión que es trascender y generar impacto en el mundo. Estamos orgullosos de lo que hacemos y compartimos la motivación diaria de ser parte de algo que nos desafía a superarnos. Ponemos todo para que esto sea una realidad”, concluye su creador.