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Teletrabajo: ¿realmente hemos logrado conciliar el home con el office?

Patricia Debeljuh, Directora del Centro de Conciliación Familia y Empresa (CONFyE)
Publicado jueves 3 de septiembre de 2020

Los resultados de la “Encuesta Regional 2020: ¿Cómo se transformó la vida laboral y familiar?” demostraron que el teletrabajo llegó para quedarse, pero es necesario revisar las condiciones bajo la cuales se lleva a cabo para lograr un impacto positivo en las familias y en las empresas.

En junio se presentaron los resultados de un estudio realizado por el Centro CONFyE entre ejecutivos argentinos sobre el teletrabajo y la familia durante el Covid-19. Tras el éxito de la investigación, se quiso obtener un panorama más amplio de la situación. Por lo tanto, desde el IAE Business School de Argentina se invitó a otras escuelas de negocios de la región, a sumarse a la investigación.

El estudio fue difundido en más de diez países de América y una vez analizadas las respuestas junto al ISE Business School de Brasil, el IDE Business School de Ecuador, el IPADE Business School de México y Barna Management School de República Dominicana, se elaboró un informe para conocer el impacto, a nivel regional, que ha tenido el home-office en las personas, en sus familias y en las dinámicas laborales, durante la pandemia.

Más de dos mil ejecutivos de altos mandos y de entre 26 y 55 años de edad, participaron de la encuesta. En su mayoría, formaban parte de familias en las que ambos miembros de la pareja trabajaban en relación de dependencia.

El teletrabajo, un grata novedad


Antes de la pandemia, la mayoría de las empresas no tenían habilitado el home-office. Sin embargo, de todos los países relevados, Ecuador era el que menos lo había implementado: el 70% de los encuestados respondió que, antes de la emergencia sanitaria, su empresa no ofrecía la opción de trabajar a distancia.


Hoy, con el Covid-19 más del 80% de las compañías ecuatorianas debieron adoptar esta forma de trabajo tanto completa como parcialmente. Esto trajo aparejado un cambio radical en la forma de trabajar.


Los más familiarizados con el home-office fueron los encuestados de Brasil y México, países en los cuales prácticamente la mitad de las empresas tenían incorporada esta modalidad laboral.

Ahora bien: aunque el teletrabajo irrumpió sin aviso y no muchos estaban acostumbrados a trabajar remoto, la mayoría de los encuestados afirmó que les gustó la experiencia, siendo los mexicanos los más satisfechos.

Esto último resultó muy sorpresivo, ya que, según un reciente informe de la ONU, en ese país, aun en el estrato medio-alto, la cantidad de personas que tienen acceso a una computadora es apenas del 62% y el acceso a una conexión de Internet es del 77,8%.

“En ese sentido puede decirse que la pandemia ha dejado al descubierto la brecha digital”, sostuvo Yvette Mucharraz y Cano del IPADE Business School de México.

Desde casa, sí. Como ahora, no.

Si bien el teletrabajo goza de aprobación, las condiciones en las que estamos trabajando actualmente no son las más favorables. De hecho, en su mayoría, los ejecutivos respondieron que, tras la pandemia, no quisieran seguir trabajando bajo estas mismas condiciones.

“El teletrabajo irrumpe como una opción laboral real, dinámica y acelerada en unas circunstancias únicas y excepcionales. A futuro es indispensable lograr un mayor entendimiento de las condiciones idóneas para el teletrabajo. La pandemia ha dejado claro que las condiciones actuales no necesariamente consideran las necesidades de todos los involucrados”, explica Yvette Mucharraz y Cano del IPADE Business School de México.

Las mujeres serían las más afectadas, ya que por cuestiones culturales en la Región desempeñan tradicionalmente los roles del cuidado de otros, las labores domésticas y el apoyo para las tareas escolares en casa, además del trabajo remunerado. Y en este sentido, es necesaria la búsqueda de un mayor bienestar que considere las necesidades de los individuos, las familias y las empresas.

Lejos, pero cerca

En todos los países se comprueba que el apoyo emocional es clave para fomentar un ambiente de trabajo positivo y los líderes son una pieza fundamental para lograrlo. Ellos también debieron reinventarse, repensar las tareas de cada equipo, asignar nuevos objetivos e implementar estrategias para acortar la distancia con sus colaboradores.

A la pregunta “mi jefe fomenta la confianza y da libertad para organizar el modo de trabajar”, los niveles de acuerdo fueron altos entre los cinco países.

“Parte del apoyo emocional de los jefes, ha sido saber manejar los sentimientos, incertidumbres y estados de ánimo que ha generado el contexto. Pieza clave ha sido una comunicación efectiva para construir una relación de confianza que posibilite el trabajo en equipo y la gestión de las emociones”, sostiene Mónica Torresano del IDE Business School de Ecuador.

El apoyo de los propios compañeros de trabajo fue también elevado: 90% de los casos de Brasil, 86% en México, 85% en Rep. Dominicana, 84% en Argentina y 76% en Ecuador.

“¿Realmente logramos conciliar el home con el office?”

Desde Brasil, César Bullara del ISE Business School plantea el interrogante y admite: “Hemos avanzado, pero podemos evolucionar más”. Este contexto desafiante nos obligó a desarrollar ciertas competencias para adaptarnos a esta nueva realidad. La flexibilidad y la resiliencia encabezan el listado de las más adoptadas entre los encuestados de Argentina y de Brasil. En Ecuador, México y República Dominicana, la autodisciplina fue la más practicada por los ejecutivos.

La gestión del tiempo ha sido lo más difícil de desarrollar adecuadamente para la mayoría de los participantes del estudio. “La situación actual revela la necesidad de adquirir una mayor capacidad para gestionar diferentes demandas. De hecho, teletrabajar requiere más automotivación, eficiencia en la comunicación y más trabajo en equipo. A través de una mejor organización del tiempo se logra gestionar al propio jefe, el propio equipo y a uno mismo. Dicha competencia mide la capacidad de liderar hacia arriba, hacia abajo y lateralmente. También es cierto que, para poder dirigirse a uno mismo, es necesario un mejor equilibrio e integración de las dimensiones personal, familiar y laboral”, afirma Natalia Damaceno del ISE Business School.

En cuanto a esto último, el 55% de los ejecutivos de Brasil y el 69% de Argentina contestaron que no han podido establecer fronteras entre el trabajo y la dedicación a la familia.

“Las preocupaciones familiares no me han dejado concentrarme en el trabajo”. En su mayoría, los colaboradores han refutado esta afirmación sosteniendo que sí han podido hacer foco en lo laboral, a pesar de lo que sucedía en el entorno íntimo. “Esto nos dice que, a lo mejor las cuestiones familiares no se encaminaron del mejor modo”, afirma Bullara.

Para sostener esta hipótesis los investigadores se basaron en la evidencia de que más del 30% ha tenido dificultad para separar el trabajo de la atención a la familia. “Al cruzar estos datos con el bajo índice de apoyo de las empresas en temas de conciliación trabajo-familia, nos podemos preguntar si en la conciliación del Home con el Office ha pesado más el Office que el Home”, concluyen los expertos que lideraron la encuesta.

El valor de la familia


Entre los efectos positivos que ha tenido la emergencia sanitaria se destaca el haber puesto foco en lo verdaderamente importante: los vínculos familiares. Los encuestados reconocieron que la situación generada por el Covid-19 les ha ayudado a valorar más a su familia, a las personas que ayudan en en el cuidado, y al mismo tiempo, les ha llevado a involucrarse en las tareas del hogar.

“Pese al desgaste por la superposición de tareas laborales y domésticas o la complejidad de compaginar el trabajo con las clases virtuales de los hijos, el efecto negativo en los vínculos ha sido bajo en todos los países de la muestra regional. Los encuestados reconocen que han podido aprovechar y disfrutar más tiempo con la pareja y/o familia” sostiene Carlos Martí, de Barna Business School de República Dominicana.
Blended working: el futuro del trabajo

Para concluir, Patricia Debeljuh del IAE Business School, invita a “capitalizar esta experiencia para sacarle partido de cara a la nueva normalidad que nos espera” y propone derribar el mito de que el trabajo y la familia transitan por veredas opuestas.

“Los conocimientos, habilidades y destrezas aprendidas teletrabajando son las mismas que aplicamos a nuestros roles familiares, es decir, que lo que se desarrolla en casa puede ser útil para el trabajo y viceversa. Esto es así porque es la misma persona la que trabaja, la que vive en el hogar, la que asume responsabilidades laborales y familiares. Esto muestra cómo trabajo y familia no son contrarios ni contrapuestos, sino que se enriquecen y potencian entre sí”, afirma la Directora del Centro CONFyE del IAE Business School.

Para los académicos a cargo de este estudio, esta experiencia nos ha preparado para lo que se viene: una nueva modalidad laboral llamada blended working, que podría traducirse como “trabajo combinado o mixto”. Se trata de una modalidad de trabajo que combinará tanto la presencia física como virtual, lo que otorgará una independencia tanto temporal (poder trabajar cuándo se quiera) como espacial (con la opción de hacerlo desde donde se quiera)

Por último, los investigadores dejan en claro que el teletrabajo y la conciliación han venido para quedarse, por lo tanto, hay que estar preparados para lograr que funcionen y se pueda compatibilizar cada vez mejor el desarrollo del trabajo con la vida en familia impactando positivamente en el bienestar de las personas y en los resultados de las empresas.