En un viernes lluvioso, dentro de un auditorio de La Rural colmado, un grupo de alumnos y Alumni del IAE, empresarios e invitados, se reunieron para hablar del futuro del trabajo. No solo de los desafíos que suponen las nuevas tecnologías para el empleo, sino de la importancia de la auténtica responsabilidad social empresaria, frase poderosa que de tanto usarla empieza a desgastarse.
El IAE Summit 2019 abrió y cerró con una misión: mirar más allá del incierto contexto actual para tomar las riendas del futuro y liderar la transformación.
“Me acuerdo del estreno de la película La niebla, en 1980 ‒comenzó Rodolfo Rivarola, decano del IAE‒. Hoy hay mucha niebla entre nosotros: incertidumbre, crisis, dolor. Además, nuestra profesión está empañada. Los empresarios tienen una de las peores reputaciones de la sociedad. En estas circunstancias, los invito a ver más allá. Me gusta pensar en el IAE como un faro que en la niebla puede darnos claridad”.
María José Murcia, la profesora más joven del IAE, y Renato Falbo, presidente de Alumni, también hablaron brevemente en la apertura del Summit. “Los desafíos no están en un futuro, están en el hoy. Vamos a repensar el rol de nuestros negocios y el nuestro como empresarios”, anticipó Falbo.
El Summit se dividió en cuatro paneles: los dos primeros se enfocaron en la revolución 4.0 y los cambios que acarrea, mientras que la segunda parte se abocó a “meternos en los zapatos de quien gesta el cambio”, resumió Murcia.
Industria 4.0: el cambio ya está acá
Disrupción digital, cambios vertiginosos e ineludibles: de todo esto se habló en el primer panel, moderado por Lorenzo Preve. El profesor del IAE empezó por enumerar algunas de las transformaciones que está viviendo nuestro planeta: el envejecimiento de la población, el hecho de que África dejó de constituir el 8% de las personas para ser el 25%, la migración masiva hacia las ciudades, las nuevas generaciones que nos cuesta tanto entender y que van camino a ser nuestros empleados, clientes y jefes, y los robots, la inteligencia artificial, la realidad aumentada, el blockchain y mucho más.
En este cóctel, muchas compañías se extinguieron. “Entre 2000 y 2014, desaparecieron la mitad de las empresas más grandes del mundo incluidas en el índice Fortune 500. Fueron reemplazadas por otras que nos cuesta encasillar, como Google, Amazon o Uber”, añadió Preve. Invitó al escenario a dos ejecutivos expertos en nuevas tecnologías: Leo Valente, CTO de LivePanel, y Alejandro Repetto, cofundador y CTO de Inipop.
“Donde hay un dato, florece un negocio”
Así se tituló la presentación de Repetto. Su empresa, Inipop, fusiona datos físicos y digitales. Impulsa la innovación de IoT (Internet of Things) desde América Latina, hacia el mundo. “Lo que IoT hace es recabar nuestro comportamiento del mundo físico y sumarlo al mundo lógico. Transformar objetos físicos en lógicos, para operar con datos y generar conocimientos”, definió.
Esta tecnología se aplica en el agro, en industrias 4.0 (de ambiente, seguridad, logística, industria), para desarrollar Smart Cities, para el sector del retail y para otras industrias personales, como la del seguro de vida, por ejemplo.
Repetto está involucrado en el proyecto Smart City BA, en el cual más de 1.300 sensores conectados procesan información del clima, el ambiente, el tráfico y los estacionamientos.
El experto advierte que para que el IoT realmente sea funcional, debe agregar valor al negocio con sus mediciones y datos. “Para embarcarse en un proyecto de este tipo hay que preguntarse por el valor de los datos, prototipar y evaluar, entender la escalabilidad y la integración, tener en cuenta el mantenimiento y la instalación”, enumeró.
Hoy, hay más dispositivos conectados a Internet que personas en el mundo. Ante este escenario, se puede ser reactivo y correr detrás de la liebre, o volverse proactivo e incluso predictivo.
“Tenemos que encontrar la pieza donde encajamos”
Leo Valente tomó el micrófono después de Repetto, para traernos una definición de qué es 4.0. Más allá de las “vedettes” –la inteligencia artificial, la robótica, la realidad aumentada, la impresión 3D y el blockchain‒ Valente mencionó conceptos genéricos claves.
“Primero, 4.0 es vivir en un mundo descentralizado, donde el poder de innovación y los datos no están en un solo lugar. Segundo, estamos todos conectados. Proyectos que se hacen en el ‘fin del mundo’ pueden tener relevancia global. Tercero, tenemos acceso a la información y a tecnologías que antes eran consideradas ‘rocket science’”, enumeró.
¿Y nosotros, los empresarios? “Podemos ser protagonistas. Tenemos que encontrar la pieza donde encajamos”, concluyó Valente.
El dilema: la pérdida de empleos
Después de las exposiciones, Lorenzo Preve les hizo algunas preguntas puntuales a los panelistas. En primer lugar, quiso saber qué opinaban sobre la pérdida de puestos de trabajo que supone la automatización.
Repetto admitió que hay muchas actividades que los robots hacen muy bien: aquellas repetitivas, de fuerza o peligrosas. Pero subrayó que hay tareas inminentemente humanas, como liderar, juzgar o empatizar. “En el medio, hay trabajos donde pueden apoyarse mutuamente. Tiene que haber una supervisión humana del sistema de inteligencia artificial”, señaló. Leo Valente coincidió en que “las tareas mutan, el reparto cambia, pero los humanos seguimos estando allí”.
Otra de las preguntas de Preve fue acerca del rol del Gobierno como regulador y el papel de la educación. En cuanto a lo primero, Valente sintetizó que las autoridades “corren detrás” de las innovaciones. De lo segundo, Repetto opinó que el rol de las escuelas ya no será brindar conocimientos, sino “ordenar el lío de información que manejamos”: “Antes íbamos a la universidad porque era donde encontrábamos la información. Ahora, tiene que ayudarnos a ordenar, seleccionar y encauzarnos en la búsqueda propia”.
De ahondar en la cuestión educativa se encargó el segundo panel del IAE Summit.