Gastón Greco se dedicaba a su marca de zapatos Posco, pero ante el freno que le impuso la pandemia se asoció con un amigo e invirtió $2 millones para crear los barbijos The Micro Mask

Antes del coronavirus, Gastón Greco (DPME III 2017) se dedicaba a su empresa de zapatos, Posco, y empezaba a exportar a Estados Unidos. Con sus planes truncos por la pandemia, el Alumni optó por reciclarse y creó un barbijo reutilizable, funcional y "cool": The Micro Mask.

Mientras en el país se instalaba la cuarentena obligatoria y el foco estaba puesto en las prohibiciones, Gastón y su socio, Tito Loizeau –fundador de Caramba y emprendedor de conceptos como el Barbie Store y Promored–, se pusieron a pensar en el después: cómo iba a ser volver a la calle.

“Vimos que en otras partes del mundo se vendían estos productos y empezamos a investigar, de manera muy rápida, cómo se hacían estas máscaras en China y en Japón. Con nuestros negocios parados creímos que era una buena oportunidad de hacer un producto con un valor agregado”, relata Gastón. Con su socio, invirtieron $2 millones de pesos y desarrollaron 40 prototipos.

En ese entonces, la OMS no recomendaba el uso de barbijo para la población general, pero decidieron apostar igual a su proyecto. “Se estaba empezando a implementar en algunos lugares y, por otro lado, ya había escasez de barbijos técnicos. Necesitábamos un producto que no utilizara insumos del personal de salud”, explica.

“Fue muy difícil trabajar con las industrias cerradas”

El camino estuvo plagado de dificultades. Lo más complejo fue trabajar con las industrias cerradas y las limitaciones para conseguir insumos. Afortunadamente, tanto Greco como Loizeau contaban con sus propios equipos de personas para llevar adelante el proyecto.

“Creo que le suma valor haber podido lograr en tan poco tiempo, con tantas limitaciones, un producto de excelencia”, destaca Gastón. The Micro Mask tiene 4 capas protectoras. Una exterior de una tela elástica polisap (polyester), 2 capas interiores de algodón hipoalergénico y una cuarta capa removible que viene junto al producto (en un pack de 10 unidades con 5 a 10 días de vida útil cada uno), en doble tela de Spunbond, que actúa como filtro.

Esta combinación permite que el aire pase con facilidad al respirar, pero las gotas de agua expulsadas por la boca o la nariz, o que se encuentran en el aire, no traspasen la máscara. “Esto es un gran diferencial versus todos los barbijos de tela en el mercado”, remarcan los creadores en su sitio web.

Además de sus ventajas funcionales, Gastón resalta que las máscaras son cómodas y cancheras. “Le dimos el potencial que tiene que tener una marca por nuestra expertise en esa área y, por otro lado, es un producto técnico que te cuida, fácil de usar y que sirve para uso cotidiano”, enumera.

Cada máscara cuesta alrededor de $600 pesos, pero dura unos 100 días. “Queríamos desarrollar algo más eficiente y técnico que el barbijo tradicional descartable”, agrega Greco. Los barbijos se consiguen a través de la web de la marca y, para ventas para empresas, también se puede escribir a ventas@themicromask.com.

Están produciendo alrededor de 20 mil unidades por día, de dos talles y en 7 colores. El plan es expandir la marca en Latinoamérica; de hecho, ya están desarrollando el mismo producto en Brasil, con proveedores que Greco conocía por la industria del calzado.

Un chaqueño apasionado por emprender

“Soy arquitecto pero, ante todo, un emprendedor muy apasionado”: así se autodefine Gastón Greco, oriundo de Chaco, que con 23 años fundó la compañía de calzado urbano Posco.

La marca se hizo famosa por calzar al expresidente Mauricio Macri y a la selección Argentina durante el Mundial en Rusia. El próximo proyecto de Greco es introducir Posco en Nueva York y en otros mercados de Estados Unidos. Tiene varios locales y los zapatos se producen en Argentina y Brasil.

Greco reconoce que el negocio del retail está muy afectado por la crisis. En este momento, está impulsando la venta online, “frenando, pensando y reestructurando para cuando esto afloje un poco”.