Desde la asunción del nuevo gobierno, hemos comenzado un período de mucha incertidumbre, tanto a nivel político, por las características propias de Javier Milei, como a nivel macroeconómico y financiero. En este sentido, las variables que solemos monitorear para tomar ciertas decisiones (inflación, tipo de cambio, precios de los activos, etc.) están teniendo comportamientos algo divergentes que nos llevan a preguntarnos cómo invertir nuestros ahorros.
Hay una larga discusión sobre si comprar dólares es invertir o ahorrar. Históricamente, el tipo de cambio tiende a subir, debido a tasas de interés que no acompañan altos niveles de inflación. Mucha gente se refugia en el dólar ante la falta de conocimiento sobre alternativas de inversión rentables en pesos. El dólar sube como consecuencia de que baja el valor del peso. Huimos de ellos.
El problema se produce cuando, como está sucediendo desde hace algún tiempo, el tipo de cambio deja de subir e incluso baja, la inflación se mantiene elevada y las tasas reales son negativas. ¿Qué significa esto? Que mientras la inflación está alrededor de un 200% anual, un plazo fijo rinde mucho menos en el mismo período. Es decir, perdemos poder adquisitivo. Y lo que es aún peor, en un contexto de baja del tipo de cambio, y con Estados Unidos teniendo una inflación de un 3,5% anual, tenemos una inflación en dólares que agranda el problema.
¿Entonces qué podemos hacer? Lo primero es determinar para qué y cuándo vamos a usar los ahorros. Dependiendo de esta respuesta, habrá ciertos activos que descartaremos. Lo siguiente es entender cuál es nuestra propensión o aversión al riesgo. Hay una premisa en los negocios y en las finanzas que establece que, para obtener un mayor rendimiento, tendremos que asumir más riesgos. ¿Cuánto riesgo estamos dispuestos a tomar? Esta respuesta también despejará el camino de los activos que queramos elegir.
Es importante entender que, a excepción de los bonos del Tesoro estadounidense, todos los demás activos no están exentos de algún riesgo. Hacer un plazo fijo (en teoría un instrumento sumamente conservador) podría exponernos a la pérdida de la inversión, si el banco donde se constituye quiebra.
Si el objetivo es ahorrar en dólares, hay que comprender si el tipo de cambio está alto o bajo analizando los llamados fundamentals, es decir, su poder de compra actual, comparándolo con otro momento de nuestra historia (para esto, miramos el tipo de cambio real multilateral). En este sentido, un valor de $1.000 parece bastante razonable en términos de ajuste inflacionario.
Si estamos dispuestos a invertir en pesos y queremos ser muy conservadores, podemos hacer un plazo fijo. Hasta hace poco, la tasa estaba en el 70% anual y era la misma en cualquier banco. Desde el 12 de marzo, el gobierno eliminó esa tasa, con lo cual, los bancos deberán empezar a competir, ofreciendo una tasa mejor, para captar inversores. Por otra parte, podemos buscar alternativas en pesos que acompañen la evolución del tipo de cambio o que repliquen la inflación en Argentina, para obtener una tasa real neutral o si se pudiera, positiva. Las opciones son más limitadas, ya que los bonos que ajustan por inflación están cerca del rendimiento de un plazo fijo. También está la posibilidad de invertir en bonos emitidos por empresas (Obligaciones Negociables) que, en algunos casos, rinden un 10% anual en dólares ejemplo ON de YPF.
Otra alternativa podría ser un activo que pague tasa en dólares, por ejemplo, el Bopreal serie 1 a, que es un bono emitido por el BCRA y rinde un 15% anual aproximadamente (vence en abril de 2025). Si sucediera que el BCRA no lo pudiera pagar, tiene un “seguro” adicional, que es poder tomarlo para pago de impuestos a su valor nominal.
Finalmente, podemos invertir en acciones de empresas. Tenemos que entender sus negocios y en qué contexto de país y del mundo desarrollan su actividad. Podemos comprar acciones de empresas locales o incluso de empresas del exterior que no cotizan en el mercado local. Esto se realiza mediante la adquisición de CEDEARs, que se pagan en pesos, y replican el precio en dólares de una empresa extranjera, ajustando el valor de tipo de cambio a través del llamado contado con liqui (CCL). De esta manera, invertimos pesos asumiendo el riesgo de la suba o baja del precio de cotización de la empresa (también existen CEDEAR de índices Ejemplo SPY), estando cubiertos de los vaivenes del tipo de cambio.
En definitiva, estamos en un contexto donde probablemente teniendo en cuenta el punto de partida, si el país sigue por un buen camino, en definitiva se normaliza, tener dólares billete ya no debería ser un buen negocio, ya que las cosas en USD en Argentina deberían comenzar a subir. Desde lo que cuesta una cena, un alquiler incluso hasta una propiedad. Lo cual nos obliga a buscar rendimientos en USD para por los menos mantener nuestro poder adquisitivo.