Una reciente encuesta sirve para echar luz sobre las inquietudes de los actores claves de la economía.
El año 2017 ha arrancado con una intensidad especial por ser un año de elecciones. La tradición en este país nos diría que no es un año para actuar, sino para esperar, debido a las medidas que los gobiernos suelen tomar, habitualmente orientadas a la captación de votos tan necesarios para la gobernabilidad. Pero parecería que no es así en este año en el mundo de las pymes. Una reciente encuesta realizada por el IAE Business School a empresarios del sector puede echar un poco de luz para entender qué tienen en la cabeza quienes serán en estos años actores claves en el crecimiento de la economía y, por añadidura, en la reducción de la pobreza en la Argentina.
A pesar del año electoral, la opinión general es que el rumbo del ajuste necesario para ordenar las cosas seguirá sin prisa, pero sin pausa. La ansiada reestructuración de variables (tarifas, costo del Estado, etcétera) de manera traumática, tan deseada por algunos grupos, ya pasó al olvido. No por eso se espera que el ritmo se frene por los acontecimientos políticos que viviremos en este período electoral. Los resultados de la encuesta confirman esto. Respecto del año 2016 serán iguales o superiores los niveles de inversión (91% de acuerdo), de ventas (94%), de rentabilidad (86%). El costo de financiamiento será menor o levemente mejor (80%), y la plantilla de personal será igual o mayor a la de 2016 (92%). Como podemos inferir, todas buenas noticias… Pero también con estas luces hay algunas sombras.
La expectativa de los empresarios sigue siendo aún poco optimista respecto de los grandes temas que la Argentina debe solucionar en un período cercano. El 64% opina que los costos laborales serán peores que los del año anterior y la presión fiscal mayor en un 55%. El gran tema pendiente por resolver para este nivel de empresas es el impuesto a los ingresos brutos, que las pymes consideran el peor de los gravámenes, ya que no les permite un mayor desarrollo de sus empresas (casi unanimidad).
Quizá, saliendo ya de la coyuntura, podemos ver en el largo plazo cuáles son los temas más relevantes que creen que van a impactar de manera más directa en la generación de empleo y dinamización de su sector. Para ello, les consultamos sobre los ocho pilares definidos por el gobierno en su Plan Productivo Nacional, presentado en septiembre del año 2016 como base del desarrollo sustentable de la economía del país.
Un breve repaso de estos ocho pilares ayudó a los encuestados a tomar conciencia de la magnitud del plan propuesto:
- Reducción del costo del capital: A partir de la salida del cepo y el acuerdo con los holdouts, se abren puertas importantes que posibilitan obtener el costo del financiamiento más bajo para las familias y las pymes.
- Capacitación de la mano de obra: Se busca con esto también promover el primer empleo y la formalización del trabajo, reduciendo los costos del ausentismo y la litigiosidad laboral.
- Plan de infraestructura y energía: Este punto traerá mejoras en los costos logísticos, de la energía y de las materias primas, además del aumento del comercio internacional.
- Fomentar la innovación y el espíritu emprendedor: El objetivo es llevar la inversión en investigación y desarrollo a 1,5% del PBI, y promover leyes que faciliten la apertura de nuevos negocios y su financiación. La nueva ley de pymes y emprendedores ya aprobada es un puntal fundamental para este objetivo.
- Reforma tributaria: No solo referida a un diseño fiscal que promueva el desarrollo de la economía, sino también un medio para incorporar a la economía formal una gran proporción de operaciones que hoy no se realizan en este ámbito.
- Incentivos para defensa de la competencia: Se busca lograr precios más trasparentes y competitivos, bastante distorsionados en la actualidad, promoviendo el derecho de los consumidores a conocer los precios de los bienes y servicios que adquieren.
- Una integración inteligente al mundo: La apertura de nuevos mercados internacionales promoverá una inversión genuina y una necesidad de ganar en productividad que se volcará a mejores rentas.
- Desburocratización de la economía: Quizás uno de los pilares más desafiantes, ya que permitirá agilizar con más velocidad las operaciones comerciales y eliminar tiempos muertos en relación con trámites del Estado.
Si bien el empresario pyme reconoce que todos estos pilares son necesarios para lograr un plan de desarrollo productivo y que ninguno de ellos funcionaría por separado porque “se necesitan”, sí hay cierto acuerdo en ponerlos en orden de importancia para su implementación.
Para ello, les preguntamos a los empresarios cuál creen que es el principal pilar a consolidar para el desarrollo de su empresa:
Las respuestas fueron:
Podemos ver la gran importancia que tiene por sobre todo la necesidad de hacer una reforma tributaria más orientada a agilizar la actividad económica. Los demás pilares fueron evaluados como una primera opción mucho menos relevante que los temas fiscales. A pesar de esas diferencias, se puede notar la relevancia que le dan las pymes a la necesidad de integrarse al mundo, como tercera opción elegida.
A continuación, se les pidió que eligieran una segunda alternativa como pilar fundamental del desarrollo del país.
Los resultados fueron más distribuidos y no tan concentrados en la necesidad de los cambios en políticas tributarias. Los costos de logística siguen siendo en el país motivo de mucha preocupación, como también el costo del endeudamiento.
La tercera opción elegida por los encuestados, para la siguiente ronda de preguntas, dio las siguientes prioridades:
Principal pilar a consolidar para el desarrollo de su empresa (tercera opción)
Se observa una fuerte demanda en la necesidad de solucionar los costos logísticos como tercera opción de esta encuesta.
Al consolidar las tres primeras opciones elegidas como prioritarias entre los ocho pilares del desarrollo del Plan Productivo Nacional, el resultado es:
Hay una gran preocupación en el mundo pyme relacionada con dos grandes temas que hoy ocupan gran parte de la agenda del empresariado. La reforma tributaria y la necesidad de una infraestructura adecuada que baje los costos logísticos, la energía y la materia prima. En este segmento, las expectativas de lograr estos objetivos en el mediano plazo son altas, aunque la preocupación de encontrar salidas más inmediatas que den señales de que se avanza en ese rumbo genera ansiedad y demora un poco la inversión.
El costo de capital sigue en orden de importancia. El empresario pyme, por su propia historia, por la aversión al riesgo financiero y por los altos costos de la deuda en nuestro país, no suele ser muy amigo de financiarse a través del endeudamiento, y cuando lo hace, no suele acertar en los plazos ni en las tasas a pagar. Por ese motivo, tal como lo demuestran los resultados de esta encuesta, el 60% de los encuestados han financiado una alta proporción de sus inversiones con los resultados de su negocio y un 25%, con aportes de capital. La financiación con proveedores suele ser muy atractiva por los plazos negociados, mientras que no incurran en costos por intereses por mora en los pagos. Los que han tomado deuda financiera lo han hecho con tasas subsidiadas (9%) o venta de cheques diferidos. El 92% de los encuestados, nunca o casi nunca recurrieron al mercado de capitales para financiarse. El desarrollo de estas herramientas, si bien están teniendo un crecimiento muy importante en los últimos años, aún no ha llegado a internalizarse en la mentalidad de las pymes en la medida de todo su potencial. Cuando el costo de ese financiamiento vaya cayendo a niveles razonables, sin duda será un vehículo muy atractivo para estas empresas tan demandantes de fondos. El crecimiento del mundo pyme no solo depende de la caída de tasas y del costo total del financiamiento, sino también de un cambio de mentalidad respecto de hacer un uso más moderno de los recursos de terceros para el financiamiento, especialmente del capital de trabajo.
En el gráfico siguiente hemos ponderado las respuestas según la proporción de la participación de los recursos en el financiamiento de la empresa. Las alternativas abarcan desde “Solo con esta alternativa” (excluyente del resto) hasta “Nunca”, y el gráfico muestra el promedio de respuestas según el número asignado a cada alternativa:
El potencial de desarrollo de las economías, tanto locales como regionales, tiene su base en la consolidación de un proceso que facilite la solución de los problemas que deben afrontar las pequeñas y medianas empresas. De este modo, se sacaría de la agenda de las pymes la gran cantidad de tiempos muertos que les quitan foco para la consolidación y crecimiento de su compañía.
La formación continua del número uno y su equipo de colaboradores de confianza derramará en toda la organización para lograr eficiencias que permitan ir en busca de nuevos mercados y el desarrollo de nuevos productos con creatividad y buenos planes de negocio. El empresario, el Estado y los gremios deberán coordinarse para que el rol indelegable de estas empresas en la sociedad se consolide y pueda generarse el empleo suficiente para transformar nuestra sociedad en una comunidad próspera y esperanzada.