Revista Alumni

«Me anoté en el IAE para conocer otras industrias y abrir la cabeza»

Luego de trabajar más de seis años en la industria metalúrgica, Alejandro Solessi realizó el EMBA en 2008, tuvo un paso por el sector retail, y ahora trabaja en una empresa de diseño digital
Publicado jueves 17 de mayo de 2018

No son pocos los alumnos del IAE que cambian de trabajo y de industria luego de realizar un programa académico. Este fue el caso de Alejandro Solessi que, luego de trabajar más de seis años en la industria metalúrgica, realizó el EMBA 2008, tuvo un paso por el sector retail, y ahora trabaja en una empresa de diseño digital que imprime los diseños en cuero a la marca de carteras y zapatos Jackie Smith. “Fue un cambio de rumbo. Me anoté en el IAE para conocer otras industrias y abrir la cabeza. También quería capacitarme para tener un rol más comercial o de gestión”, cuenta.

Luego de recibirse de ingeniero industrial, Alejandro empezó su formación profesional en Prosidar –antes llamada Bresciani–, una empresa técnica que vende productos de ingeniería especializada en tubos de acero. Estuvo a cargo de proyectos en Alemania y México y llegó a ser gerente general.

Pero cuando ya tenía 29 años cumplidos, Andy Gamberg, compañero del MBA, le ofreció entrar a trabajar en Grupo Bercomat, una empresa retail de materiales de construcción. “Trabajé seis años, desarrollando unidades de negocios e implementando proyectos de transformación digital. Hice un poco de todo, no tuve un rol definido. Es una empresa del interior y yo era el gerente de negocios de Buenos Aires. En 2015 cumplí un ciclo, el sector retail es bastante desgastante por temas de horarios”, dice.

Con una experiencia profesional sólida, Alejandro decidió hacerse cargo de la empresa familiar: su papá lideraba una distribuidora de insumos para la industria gráfica. “La compañía andaba medio mal por las retenciones a las importaciones. Además era un momento medio complicado, de cambio, con el fin del kirchnerismo. Pero hicimos una restructuración y saneamiento y la empresa prosperó”.

Al mismo tiempo, abrió una compañía nueva con un amigo que tiene relación con la empresa familiar: provee servicios de tecnología y ofrece alquilar computadoras, monitores e impresoras en formato leasing con un abono mensual.

“Rithner es la empresa de tecnología mayorista, que importa impresoras y materiales de diseño gráfico. En vez de vender los productos, Relex vende el servicio a las empresas. Son compañías bastantes hermanas que pertenecen a la misma industria. Con la nueva unidad de negocios buscamos comercializar la tecnología de una forma diferente”, explica.

Emprendimiento

Pero no conforme con la expansión de la empresa familiar, Alejandro abrió otra compañía sin moverse de la industria gráfica. “Hace dos años creé con otro socio Stampato, una empresa que hace servicios de impresiones no convencionales. No imprime sobre papel sino que estampa en objetos 3D con tecnología que existe en el mundo hace solo seis años”.

Por ejemplo, en la industria de la marroquinería, Stampato es proveedora de impresión de Jackie Smith y Ricky Sarkany. “Imprimimos sobre el cuero natural y ellos después unen las piezas. También trabajamos con muchos diseñadores independientes, haciendo zapatos de autor. Como es una impresión digital, se puede imprimir una serie de 50 zapatos con el mismo diseño, pero con estilos diferentes, formando objetos únicos”, dice.

Esta tecnología permite imprimir, por ejemplo, mil revistas con portadas personalizadas. “El formato tradicional de impresión solo te permitía imprimir al por mayor todas revistas iguales. Ahora, con la impresión digital, cuesta el mismo precio hacer 100 revistas iguales o distintas; desde el punto de vista técnico es el mismo esfuerzo”, explica.

Además estampan elementos de decoración sobre madera para hacer muebles; o en vidrios y mármol. También fabrican productos promocionales, como paraguas, lapiceras, pendrives y parlantes de bluetooth. “La impresión tradicional data de 40 años y sólo permite imprimir a uno o dos colores en un vinilo que después se pega en el objeto. Por el método de impresión, se necesita imprimir mucha cantidad. Al digitalizarlo, podes imprimir pocas cantidades y sobre el objeto directamente. Esa es la innovación. La empresa es bastante nueva, todavía es una startup”, cuenta.

Así, de pasar de un sector tan técnico como la industria metalúrgica, Alejandro ahora visita exposiciones gráficas, donde conversa con artistas que imprimen sus obras de arte. “Algunos artistas digitales no pintan con pintura sino que trabajan sobre computadora. Después imprimen la obra sobre una placa de acero o de mármol. La ingeniería es muy amplia. Cuando me recibí, mi primer trabajo era diseñar máquinas con el programa autocar. Pasé luego a la gestión con el IAE y cambié muchas veces de industrias”.

“El IAE además de tener un aprendizaje académico de contabilidad, finanzas y recursos humanos, más importante es que te permite conocer distintas industrias y casos de personas con distintos background que es muy rico. Las otras maestrías te hacen mejor en lo que estás haciendo. El IAE te abre mucho más la cabeza. Es una educación más pragmática de casos reales. Creo que para nuestro país sirve más; es especialmente útil”, concluye el alumni de 39 años.