Revista Alumni conversó con Lorena Basso, EMBA 1999 y presidente de Semillas Basso, quien ocupa desde junio el puesto de vicepresidenta de la ISF (Federación Internacional de Semillas). La ISF representa a más de 7.500 empresas de semillas de todo el mundo e influye en políticas y regulaciones globales.
Semillas Basso es una pyme familiar dedicada al desarrollo genético y a la producción y comercialización de maíz dulce, pisingallo y variedades hortícolas, con 90 años de trayectoria. Después de unos años de desarrollar su carrera profesional en otras compañías, decidió regresar a la empresa familiar, atraída por la flexibilidad y dinamismo de trabajar en una pyme.
Luego, a partir del fallecimiento de su padre, Lorena, junto a sus hermanos, asumió el liderazgo de la empresa y se encontró en primera persona con el riesgo empresarial. “Había 80 familias (las de los colaboradores) para sostener; sentí que el riesgo empresario lo tenía atrás en la mochila, que era el pago de sueldos al mes siguiente”, recuerda.
En este difícil momento, la contención de la red alumni fue un gran soporte para ella. “Cuando falleció mi padre, mi equipo me dijo “estamos para lo que vos quieras”, y eso no tiene precio”, insiste Lorena.
Desde 2011, Lorena está a cargo de la presidencia de Semillas Basso. En los últimos trece años, la empresa invirtió fuertemente en tecnología y esto le permitió dar un salto grande en su participación de mercado.
Referente de un sector de alto potencial
Por otra parte, Lorena ejerce un papel destacado en las asociaciones del sector: presidió la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA) y la Seed Association of the Americas (SAA). «Prefiero estar en la mesa de discusión que criticar sin hacer algo para mejorar», afirma.
Desde junio, es vicepresidenta de la Federación Internacional de Semillas (ISF), un puesto que nunca imaginó alcanzar, según confiesa. Desde esta posición, busca fortalecer el papel de la Argentina en el negocio de semillas y promover una visión regional.
Una pyme semillera como Basso enfrenta el desafío de competir en un sector dominado por empresas gigantes que controlan el 80% del mercado. Sin embargo, Lorena ve oportunidades para las pymes en los nichos que las grandes empresas no ocupan. «Nosotros estamos en maíz, pero trabajando en un nicho que es el pisingallo y maíz dulce», explica.
Con respecto al futuro del sector semillero en Argentina y América Latina, considera que el país tiene todas las condiciones para crecer y liderar en investigación de semillas. Sin embargo, subraya la necesidad de un marco regulatorio más moderno y eficiente. «La semilla argentina podría estar dando vueltas por el mundo mucho más de lo que lo hace hoy en día», afirma. Para esto, opina que es necesario actualizar la Ley de Semillas en el país con el objetivo de alinearla con las demandas actuales de la industria y las tecnologías emergentes. Argumenta que, con un marco regulatorio claro, los productores accederían a más variedades y tecnologías, además de mejorar la competitividad del sector.
Más mujeres en posiciones de liderazgo
Lorena es la primera mujer en ocupar el cargo de vicepresidenta de la ISF en sus 100 años de historia, un logro significativo hacia una mayor inclusión en un sector históricamente dominado por hombres.
Para fomentar la participación de mujeres en posiciones directivas, destaca la importancia de la formación y la flexibilidad laboral. «La empresa tiene que ayudar y flexibilizar para que la mujer pueda seguir cumpliendo su rol de cuidado y tener su rol como profesional», sostiene.
Respecto a la cantidad de mujeres en la industria, Lorena cree que su presencia irá aumentando gradualmente. “Si uno hoy mira Agronomía, el 30% son mujeres que están estudiando, con lo cual cuando uno salga a cubrir posiciones, van a haber mujeres postulándose”. En un futuro, estas mismas serán quienes ocupen posiciones de liderazgo, concluyó.