Según una de mis definiciones favoritas, una empresa es “una organización que genera valor para los stakeholders a partir de su capacidad de asumir y gestionar los riesgos adecuados”. De esta definición se desprenden algunos conceptos importantes, pero el más relevante a los efectos de esta breve nota es que no existe una empresa que no asuma algún riesgo. De hecho, si lo piensan un momento, todos nosotros, empresas o personas físicas, por el mero hecho de existir, estamos expuestos al riesgo: nuestra misma existencia conlleva riesgo. Parecería importante, entonces, gestionarlo adecuadamente.
Por otro lado, no podemos olvidar que todo nuestro planeamiento, que solemos basar en una serie de valores esperados, se suele desacomodar en cuanto la realidad juega sus cartas y las cosas salen de manera diferente a lo esperado; el valor del dólar no es el que esperábamos, el producto que lanzamos se comporta de manera diferente a lo pensado originalmente, el gerente en el que basábamos parte de nuestras decisiones decide dejar de trabajar con nosotros, y los políticos toman decisiones que no son las que pensábamos, etc. La realidad en la que deberemos desenvolver nuestros negocios resulta diferente a los supuestos sobre los que realizamos nuestra planificación.
Frente a esto, es indispensable gestionar adecuadamente el riesgo y la incertidumbre, a los que en este artículo tomaremos como sinónimos y definiremos como “toda diferencia respecto de lo esperado”. Hacer una buena gestión del riesgo nos va a permitir anticiparnos y prepararnos para enfrentar los problemas y aprovechar las oportunidades que pudieran surgir.
El proceso de implementación de un modelo de gestión de riesgo no es complejo, pero requiere la participación de sus directivos. Una vez identificados los riesgos y sus determinantes, y diseñadas las estrategias de mitigación, comienza el proceso de implementación del modelo y de cambio cultural. Es fundamental comprender que los riesgos los gestionan los responsables de los negocios, no un “responsable de que la empresa no corra riesgos”. Cada negocio viene con sus riesgos asociados, con lo cual, quienes gestionen los negocios deberán gestionar sus riesgos. Para ello se constituye un comité que trabaja en equipo tomando decisiones teniendo en cuenta el negocio y sus riesgos asociados. Una vez implementado el modelo, podremos comprobar que la empresa tiene mayor libertad, puede hacer más negocios y sus resultados estarán más cercanos a los objetivos planteados originalmente.
*Lorenzo Preve es profesor full-time del IAE Business School, Director del Área Académica Economía y Finanzas y Director del Centro Gestión de Riesgo e Incertidumbre.