“O llegamos todos juntos, o no llega ninguno”. Esta frase de uno de los panelistas, Juan Cantarella, de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes, resumió el espíritu de una jornada atravesada por el tema del consenso.
Construir acuerdos, ¿por qué? ¿Para qué? ¿Cómo? De esto se reflexionó en Consensus 2019 en un auditorio colmado de Alumni. “Ojalá nos vayamos de acá con la certeza de que debemos exigir más diálogo y consenso en la sociedad”, señaló el profesor Roberto Luchi, director del Centro CONSENSUS del IAE, en su discurso de apertura.
“La naturaleza de la sociedad no es el conflicto”
El diálogo interreligioso fue el eje del primer panel de la jornada. Manuel de Elía, capellán del IAE, destacó el esfuerzo de las grandes religiones de juntarse y mostrarse como lugares de unión, diálogo y consenso. La iniciativa del encuentro ya había sido propuesta por Juan Pablo II. “Se suelen mezclar factores religiosos con factores de violencia. El Papa Francisco pidió no juntar las palabras ‘terrorista islámico’. Un verdadero islámico no es terrorista”, señaló.
“Instaurar una monarquía teocéntrica no es un proyecto de la iglesia católica, dijo el Papa Francisco. Dios es amor y porque es amor es diálogo y respeto del otro”, agregó el sacerdote. “Las grandes religiones nos llevan a creer que todas las personas tienen la misma dignidad”.
“La naturaleza de la sociedad no es el conflicto. El hombre es el hermano del hombre, no su enemigo. La posibilidad de establecer lazos siempre está por encima de la búsqueda del conflicto”, enfatizó. “Logramos juntar al pie del Muro de los Lamentos a un judío (el rabino Abraham Skorka), un musulmán (el jeque Ombar Abboud) y un católico (el Papa Francisco). Esto que puede parecernos normal no lo es para el resto del mundo. Tenemos una capacidad de diálogo que puede servir para encarar distintos problemas”, concluyó.
“En la Argentina no tenemos grandes motivos de conflicto”
Omar Al Kaddour, exdirector de Libertad y diversidad religiosa de la Secretaría de Culto de la Nación, contó su propia experiencia de diálogo interreligioso en el seno de una familia “mixta”: “Soy hijo de un padre musulmán sunita y de una madre cristiana católica, ambos nacidos en Siria. Y mi mamá es hija de leche de una vecina que era de religión judía”.
Sus progenitores se conocieron en la Argentina y lograron un acuerdo matrimonial: a los hijos no iban a imponerles ninguna de las dos religiones. Cuando tuviesen suficiente conciencia podrían elegir libremente. “Transcurrió la vida y descubrí la fe católica como la que quería seguir”, continuó.
Al Kaddour resaltó que el diálogo interreligioso y la libertad de culto están en nuestro ADN como sociedad: “Los más fervientes debates previos a que se firmara la Constitución pasaron por este tema, que terminó ocupando un lugar preeminente”.
“Uno habla de 'los laureles que supimos conseguir', y uno de esos laureles son los valores de asumir una nación con el fomento del diálogo interreligioso. Que sean eternos los laureles dependerá de que cada generación lo revalide”, expresó.
El experto también destacó que en la Argentina no hay grandes motivos de conflicto, a diferencia de países con enfrentamientos raciales, culturales y religiosos, como Sudán. “Yo creo que los grandes problemas que vivimos en nuestro país son autogenerados. Contra eso hay que luchar. Ahora que se habla de perspectiva de género, de familia, etcétera, tengamos perspectiva de fraternidad. Respetar la forma de mirar la vida y desde ahí lanzarnos al encuentro. Partir de la propia identidad y volver enriquecido del encuentro con los otros”.
Ambos panelistas mencionaron algunos casos en los cuales la religión aportó a la resolución de conflictos de manera concreta y real. Por ejemplo, el autoacuartelamiento de la policía de Córdoba en 2013, evento que llevó a que hubiera un muerto y cientos de heridos. “Dos referentes sociales cordobeses nucleados en COMIPAZ (Comité Interreligioso por la Paz) se propusieron como mediadores y destrabaron el conflicto”, explicó Al Kaddour.
Otro caso resonante fue el encuentro en Santa Marta de los líderes de Sudán del Sur, en plena guerra civil, organizado por el Papa Francisco, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el exmoderador de la Iglesia Presbiteriana de Escocia, P. John Chalmers.
“Si podemos lograr encuentros con algo tan propio y arraigado como la fe, ¿cómo no vamos a poder sentarnos a resolver problemas de la gente?”, concluyó Al Kaddour.
Plan 2030: consensos para el desarrollo del sector automotriz
En el segundo panel de la Jornada, los principales actores de la cadena de valor del sector automotriz comentaron sobre el proceso de construcción de consensos que están impulsando. Cada uno representa intereses que, a veces, entran en conflicto. Pero también son conscientes de la grave crisis que está atravesando su industria y la necesidad de trabajar en conjunto para enfrentar desafíos globales –como cambios en nuestra forma de comprar y vender autos, o las apps de servicios de transporte y los autos automáticos– hasta locales, como acuerdos internacionales. Por eso, todos los meses se reúnen para trabajar en conjunto en el “Plan 2030”.
“La competitividad manda, más allá de la crisis. Los acuerdos con la Unión Europea o Brasil pueden ser una oportunidad o una amenaza, según lo que hagamos internamente como país y como sector”, señaló Juan Cantarella, gerente general de AFAC (Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes). “O llegamos todos o no llega ninguno”.
Fernando Rodríguez Canedo, director ejecutivo de ADEFA (Asociación de Fábricas de Automotores), remarcó la necesidad de “dejar de lado los intereses individuales y tratar de encarar procesos de diálogo”, y destacó que este trabajo en conjunto en pos del consenso fue una iniciativa del gremio.
Javier Ditto, subsecretario de convenios y leyes laborales de SMATA, Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor, contó que el proyecto fue impulsado por el secretario general hace casi dos años. "Estamos convencidos de que “es con todos”, no es eslogan político. Lo creemos así. Antes hacíamos trabajos individuales, pero nos convencimos de que teníamos que hacer algo todos juntos, que tuviera el peso de toda la cadena", relató.
Admitió que a veces cuesta ponerse de acuerdo y encontrar el equilibrio de los intereses, pero están seguros de que es el mejor camino por transitar. Ditto también contó que planean presentarles este trabajo a todos los candidatos a la presidencia: "Con el que venga queremos que la industria se desarrolle, se expanda, y siga dando puestos de trabajo de calidad y formando trabajadores calificados".
Julián Domínguez también habló por parte de SMATA. Se basó en algunas frases de Bergoglio cuando aún era sacerdote para referirse a la unidad. “El todo es superior a las partes y la acción es superior a la idea. Muchas veces nos quedamos atados a la idea y no actuamos”. “Cuando cada sector reclama, hay que celebrar. Lo peor que puede pasar es que los sectores no reclamen. Buscan el interés general”, afirmó.
Según Domínguez, en nuestro país hay intención de diálogo y coincidencia, pero “son pocos los gestores que pueden articular los intereses e institucionalizar los acuerdos”. “En 2001-2002, el éxito fue la gestión del diálogo como proceso. Si los argentinos pusiéramos el acento en la construcción, la preparación y la formación de gestores del diálogo, le estaríamos dando una respuesta a los desafíos que tenemos”.
“Faltan espacios comunes de planificación, evaluación, de medición de errores que nos permita capitalizar de generación en generación. En la evaluación está la clave de la Argentina”, subrayó.
Por último, Domínguez hizo referencia al “Plan 2030” como un modo de “abrazar al futuro”: “La industria automotriz es apasionante, pero es difusora de nuevas tecnologías y uno de los desafíos es prepararse para que los avances del siglo XXI no se transformen en expulsión de mano de obra”.
Ricardo Salomé, presidente de ACARA (Asociación de Concesionarias de Automotores) cerró el panel alentando a que el consenso logrado en el sector sea tomado como ejemplo. “No nos interesa solo por este logro en sí, nos interesa que el resto pueda imitar y mejorar este camino”, señaló.
También habló del contexto crítico de la industria automotriz y de la necesidad de trabajar codo a codo con el resto de la cadena: “Estamos sufriendo mucho. Se nos han caído el 50% las ventas con respecto al año pasado. Cualquier distorsión en el resto de la cadena impacta en el concesionario. Por eso, la planificación para nosotros es fundamental. Lo que viene mal planificado de base repercute en nosotros”.