Franco Filip (CAC 2009) es, según sus palabras, “empresario, ingeniero, docente, desarrollador inmobiliario y jugador de rugby (nunca rugbier)”. Pero aún falta mencionar una de las grandes pasiones del alumni de 37 años: viajar.
Franco confiesa que desde chico se sintió atraído por los lugares y las culturas lejanas. Creció leyendo las historias de los aventureros noruegos Fridtjof Nansen y Thor Heyerdahl y del explorador polar Ernest Shackleton. Le gustaban también las crónicas de Germán Sopeña y Martín Caparrós. Por eso cuando a su hermano Federico se le ocurrió desarrollar el año pasado un emprendimiento relacionado con los viajes no lo dudó y se sumó al desafío.
Así nació Viajes Extraordinarios, un ciclo de charlas -inspiradas en el formato TED- que tienen como eje los viajes. En cada encuentro de Viajes Extraordinarios se presentan oradores con perfiles muy diversos que exponen ante el público. El objetivo es que generen en la audiencia una mezcla de conocimientos, sensaciones y emociones.
“Consideramos que viajar es una experiencia transformadora en todas las acepciones de la palabra y queríamos poner en evidencia esto a través de los protagonistas que nosotros admiramos por los viajes que hacen y por cómo a través de esos viajes crecieron”, explica el alumni.
La primera edición de Viajes Extraordinarios se hizo en Buenos Aires en diciembre del año pasado en un teatro colmado. Por el escenario desfilaron distintos oradores: un ingeniero que abandonó su carrera y se dedicó a hacer magia en distintos lugares del mundo, una mochilera que trabajó con diferentes comunidades en África y Asia y un aventurero que voló su pequeño avión biplaza desde Bahía Blanca a Estados unidos. El segundo evento se hizo en Tandil en abril de este año y asistieron 500 personas.
Por ahora el proyecto emplea a unas diez personas part time y los hermanos Filip siguen manteniendo sus trabajos. Franco es dueño y creador de Funkyadeptos, un desarrollador inmobiliario, y Federico es consultor en innovación e ingeniería industrial.
Franco explica que Viajes Extraordinarios se financia con sponsors y que cada vez más marcas, especialmente las que están relacionadas con el turismo, están interesadas en la propuesta.
Con respecto al futuro, los hermanos piensan en grande. ”Queremos que el formato de charlas exclusivas de viajes se replique en todas las provincias, en todos los pueblos y que se pueda exportar para que termine siendo conocido a nivel mundial”, dice Franco.
“La idea es llegar a mucha más gente para motivarla a viajar. Y que los viajes empiecen a ser vistos más como una actividad de crecimiento personal que como un pasatiempo”, concluye.
-Ya hicieron dos ediciones de Viajes Extraordinarios, ¿tienen pensado hacer más?
-Sí, vamos a hacer entre dos o tres por año. Viajes Extraordinarios tiene tres formatos. Uno es el formato que es el que hicimos hasta ahora, que lo desarrollamos nosotros en el lugar que nos interesa y con los oradores que nos interesan. Después hay un formato en donde una municipalidad nos invita y nosotros armamos el evento. Estamos por cerrar un evento de este estilo en Necochea. El tercer formato es Incompany. Hay algunas empresas que nos estuvieron haciendo algunas propuestas para que llevemos oradores a las compañías y poder así inspirar y motivar a los empleados.
-¿Cómo eligen a los oradores?
-En general nos vamos enterando de gente que viaja a través de sus libros, blogs o amigos. Antes de cada uno de los eventos nos reunimos con algunos de ellos, porque a veces es difícil por las agendas de los viajeros. Vemos el perfil de los oradores y los seleccionamos a partir de la emoción que pueden despertar en la audiencia. Los oradores dan una charla de 15 o 20 minutos muy emotiva para el auditorio y transmiten esa cultura viajera o esa motivación por los viajes. La idea era darle un formato a estas charlas con un sentido cultural y también con un sentido comercial.
-¿De dónde surge su interés por los viajes?
-A los dos nos gusta viajar. Tenemos cuatro abuelos que han viajado por diferentes circunstancias y desde chicos siempre tuvimos una educación muy relacionada con los viajes a través de nuestra familia. Además, somos lectores asiduos de historias de viajeros históricos que siempre nos inspiraron a ir un poco más allá. Pienso en los argentinos vivos, por ejemplo, Alfredo Barragán (que cruzó en Océano Atlántico en una balsa de madera) o Juan Pablo Villarino (que vive de viaje desde 2005). También hay que mencionar a todos los antiguos viajeros que nos inspiran desde Cristóbal Colón hasta Ernest Shackleton.
-¿Cómo fue su experiencia en el IAE?
En el IAE hice un programa dirigido específicamente a empresas constructoras, en 2009, que me abrió muchísimo la cabeza para seguir haciendo cosas. Lo que más destaco del IAE son los profesores. Encontré mucha inspiración en ellos. De hecho, gracias a ellos empecé una carrera de docente en la Universidad de Buenos Aires y ahora doy clases en un cargo concursado. Soy profesor de Organización de Obras en la Facultad de Ingeniería.
-¿Este es su primer emprendimiento?
-No, tengo una empresa que se llama Funkyadeptos, que es una desarrolladora inmobiliaria. Fue un emprendimiento que hice apoyado con toda mi familia, en una tradición de empresas constructoras. Yo estudié ingeniería como mi tío abuelo y mi padre. Desde chico me formé visitando obras, viendo planos, haciendo dibujos y me fue picando el bichito de la ingeniería después de haber hecho la escuela industrial en el Otto Krause. Junto con mi padre tenemos una empresa constructora familiar que ya lleva 35 años en la actividad, Filip S.A. Por otro lado, mi hermano se dedica a apoyar y a asesorar emprendedores. De hecho participó de las charlas TED y da talleres todo el tiempo de emprendedorismo. Uniendo las dos cosas y toda nuestra energía formamos Viajes Extraordinarios.
-¿Qué es ser emprendedor? ¿Qué ventajas tiene para usted emprender?
-Para mí emprender es perder el miedo a equivocarse. La persona que no tiene miedo a equivocarse de por sí ya es un emprendedor. Al emprender, siempre descubrís algo nuevo. Creo que cuando uno está emprendiendo en el área que sea siempre está yendo un poquito más allá, siempre está agregando valor, siempre está desarrollando una idea. Y para mí llevar una idea desde al papel al escenario o al edificio o a la actividad que sea es muy gratificante. Pero siempre hay que tener en cuenta que uno eso lo puede hacer cuando no tiene miedo a equivocarse. Si uno tiene miedo a equivocarse, es muy difícil que emprenda algo.
-¿Qué es lo más difícil de ser emprendedor?
-Lo más difícil es la falta de seguridad que de alguna manera uno quiere tener en la vida. El ser humano tiene una tendencia natural a buscar la estabilidad y la seguridad, ya sea de un sueldo, de un escenario, de una planificación o agenda. La parte negativa de emprender es esa incertidumbre de no saber qué va a pasar. Uno plantea una obra de teatro y no sabe si la va a llenar o plantea un edificio y no sabe si lo va a vender. Esa parte es la más difícil o la más costosa desde el punto de vista del aprendizaje.
-¿Cuál es tu receta para no tener el miedo ante la incertidumbre?
-Equivocarme una, dos, tres, cinco veces. El hecho de equivocarte hace que seas más resistente al error. Si te equivocaste diez veces y diez veces pasaste vergüenza por una idea que no se llevó a cabo o porque creyeron que estabas loco, te va a costar menos llevar adelante tu proyecto porque no vas a tener más ese miedo.
-¿Qué consejos le daría a otros alumni que quieren emprender?
-Que siempre tengan amor por lo que hacen, que se enamoren de sus ideas y no tengan ningún miedo de llevarlas adelante. Está bueno preguntarle al resto su opinión, pero siempre sabiendo que el capitán de barco es uno. Si uno tiene una buena idea, no hay que bajar los brazos. Lo único que cambia entre un emprendimiento y otro es el tiempo en el que esa idea empieza a ser redituable ya sea económicamente o emocionalmente. Si uno hace las cosas con amor, con dedicación y con temple a la larga salen bien.
-¿Cuál piensa que son los errores más comunes de los emprendedores?
-El mayor error es darle un protagonismo al factor externo, a las opiniones externas. Creo que las peores ideas son las que nunca se llevan adelante porque las ideas que se llevan adelante tienen de por sí un condimento positivo, siempre que uno no esté perjudicando a nadie. Uno de los errores que veo es que por ahí mucha gente cuando tiene una idea para un emprendimiento le consulta al resto y la realidad es que la mayoría de la gente no es emprendedora, entonces una visión de afuera o una idea siempre es negativa. Te dicen que estás loco, que no vas a poder vivir de eso, que te vas a chocar contra la pared. Darle lugar a esas opiniones muchas veces conduce a no animarse a emprender.
-¿Siempre fue positivo o lo aprendió con los años?
-Estoy convencido de que ser positivo es el norte, la brújula. Ser positivo y pensar que lo que queremos va a salir y va a llegar es lo que nos gobierna. Yo creo que con el correr de los años me fui dando cuenta de que el optimismo es fundamental para cualquier actividad que uno emprenda.