¿Cómo ve el mercado financiero en la Argentina? ¿Qué desafíos tiene el sector?
Estimamos un alto nivel de crecimiento en el sistema financiero argentino para los próximos años duplicando casi su volumen hacia finales del 2020 y triplicando el mismo (medido como la relación créditos/PBI) hacia 2025. Acompañando dicho crecimiento debiera observarse un cambio en la naturaleza de los negocios de los bancos, perdiendo peso relativo todo lo relacionado con la transaccionalidad y ganando espacio lo que es el típico negocio de este sector: la intermediación financiera. Ya se ven algunas señales claras de este proceso, el veloz crecimiento en términos reales de los créditos hipotecarios (UVA), los créditos prendarios y los créditos personales empiezan a marcar el camino. En la medida que el ciclo ratifique su sendero de recuperación, será el turno del crédito comercial. Por el lado de los pasivos, el notable éxito del sinceramiento fiscal ha generado un fuerte crecimiento de los depósitos en dólares y se esperar que la convergencia inflacionaria de los próximos años, aliente las colocaciones en pesos. El desafío para el sector es cómo gestionar ordenadamente el alto crecimiento esperado junto con un potencial proceso de concentración, dada la cantidad de entidades financieras existentes. El negocio de banca minorista requiere cada vez más una mayor inversión en tecnología dada la evolución de la demanda de sus clientes. Esta situación demandará a las entidades un nivel de escala de negocios tal que no podrá ser cumplida por muchos de los jugadores actuales. El proceso de concentración debería darse de una manera ordenada, aunque siempre es un desafío administrar este tipo de situaciones.
"El negocio de banca minorista requiere cada vez más una mayor inversión en tecnología dada la evolución de la demanda de sus clientes"
¿Cómo ve el panorama económico del país?
Tenemos una visión optimista respecto a la evolución de la economía argentina para los próximos tres años al menos. El cambio en las políticas públicas que se viene observando desde el año pasado debería generar la posibilidad de observar hasta el 2020 un crecimiento promedio de entre 3% y 4% anual con convergencia inflacionaria, llegando a un dígito de inflación anual hacia el 2019 para sostenerse en el tiempo. A nuestro juicio, la pendiente de crecimiento de estos próximos cuatro años estará determinada por la tasa de incremento de la inversión. En nuestro caso prevemos que dicha tasa de crecimiento se sitúe entre el 10% y el 12% entre el 2018 y el 2020. Por su parte, el consumo debería mantenerse con un aumento en torno al 3% y el sector externo difícilmente aporte número positivos. El desafío desde el punto de vista económico será poder mostrar una convergencia fiscal que debiera observarse en el tiempo a fin de facilitar la sustentabilidad y equilibrio del resto de las variables macroeconómicas.
¿Cuál es la clave para que la Argentina crezca?
Como esbocé en la respuesta anterior, la clave del crecimiento argentino pasa por lograr la convergencia inflacionaria y fiscal a fin de alentar un proceso de fuerte crecimiento en la inversión, proceso que, a su vez, derive en un importante cambio en la calidad y el nivel de empleo. Ese sendero permitiría mejorar la delicada situación social actual, con un nivel de pobreza superior al 30% y otro porcentaje no menor de la sociedad en situación relativamente inestable. También se debe avanzar en cuestiones que hacen a la calidad institucional del país y en lograr mejoras relevantes en los cuatro factores críticos que hacen a la competitividad de nuestra economía: presión impositiva, costo del capital, infraestructura y mejora en la educación.