Revista Alumni

“Es posible ser consciente con el planeta y ser rentable”

Luego de casi 20 años en el mundo corporativo, Tomás Silicaro decidió arriesgarse y apostar por el mundo de las startups. Fundó su propia empresa de solventes naturales y ya cuenta con clientes de China, Japón, Estados Unidos, Suiza y otros mercados.
Publicado viernes 18 de agosto de 2023

“Soy fan del IAE a morir”, dice Tomás Silicaro, CEO y cofounder de Bioeutectics. Fue alumno de la IAE Business School y se graduó del EMBA 2017-2018. “Me formé en Comercio Internacional, pero no terminé la carrera. Hice hasta la tecnicatura, porque empecé a trabajar y me gustó mucho”, explica.

Sobre su primer contacto con el Executive MBA de IAE, Silicaro recordó: “Me empecé a especializar en Harvard e hice muchos cursos de relaciones internacionales. Buscando información para seguir profesionalizándome, di con el PADLA (Programa de Alta Dirección para líderes de las Américas) del IAE y hablé mucho con Martina Uranga. En una reunión, me dijo: ‘Vos tenés todo el perfil para hacer un EMBA’”.

“Así entré al Executive MBA y para mi vida profesional y personal fue un game changer en serio. Me di cuenta que, si bien estaba hace 15 años o más en corporaciones, me movía más armar mi empresa, con impacto y que deje una huella positiva para el mundo. Ahí terminé de decidir eso. Tuve la suerte de conocer a Silvia Torres Carbonell que me inspiró mucho y a Matías Peire, founder de GRIDX”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Silicaro, que ahora trabaja diariamente con científicos influyentes a nivel mundial, se refirió a las vivencias y aprendizajes que se llevó del EMBA en el IAE. Al respecto, mencionó: “En el EMBA, mi experiencia previa me ayudó a entender de primera mano las problemáticas de los casos que se planteaban, porque las había vivido. Después, había muchas reglas del mundo startup. No es lo mismo trabajar para una corpo, donde se financia la misma compañía, un banco o la bolsa, que salir a buscar un fondo de inversión. En mi caso particular, me reuní con más de 100 fondos (contados). Eso no había visto en mi trayecto en la empresa. Era gerente general y eso me sirvió mucho para la gestión, para la parte comercial y para la administración de equipos”.

Y agregó: “Terminé el EMBA en 2018. En 2019, me volví a reunir con Mati para ser entrevistado por GRIDX, que busca ideas científicas que sean atractivas para trasladar a la industria en el corto, mediano o largo plazo, pero que sean disruptivas. Al mismo tiempo buscan gente de negocios que tengan ganas de armar una startup. Si todo va bien, se invierte dinero por un porcentaje de la empresa y así arranca. Es como un ‘Tinder’ del Biotech”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sobre su formación en la escuela de negocios, Silicaro destacó el beneficio de contar con compañeros en todo el mundo y la motivación que le generó este recorrido para dejar una estructura amplia y acomodada -como las corporaciones-, para iniciar su propio proyecto. En esta línea, señaló: “En el EMBA aprendí de todo. Hablo con todos mis compañeros para preguntar o pedir consejos. El hackaton del EMBA fue un antes y después para mí. Muchas veces te quedás en la comodidad de las grandes estructuras y ver que en menos de 24 horas armaste un proyecto, te demuestra que si estás con ganas y gente capaz, se puede empezar a armar algo”.

“El EMBA es para cualquier persona que quiera entender de qué se trata una empresa, con profesionales de lujo y casos increíbles. Le podés sacar un jugo impresionante”, concluyó en esta línea.

Bioeutectics: la startup que busca revolucionar la industria de los solventes

Bioeutectics tuvo un origen muy particular. Fue en plena pandemia, tras una ronda de negocios. Silicaro lo explica de esta manera: “Desde hace tres años, comenzamos con la startup. El inicio fue absolutamente virtual, el 28 de marzo de 2020, en pandemia. Con mis actuales socios, de Mendoza, al año estábamos haciendo la empresa sin conocernos personalmente. En agosto de 2021 (con seis meses de emprendimiento), nos conocimos. Eso nos hizo generar un vínculo y nivel de confianza muy grande, muy temprano y muy natural”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“La empresa que se creó con el fin de revolucionar la industria de los solventes, transformándola en natural y biodegradable”, sostiene el joven de 40 años. Y agrega: “Estamos desarrollando la nueva generación de solventes, con un nivel de toxicidad muy bajo o nulo. Esta industria es muy antigua y las pocas revoluciones que tuvo, no son lo suficientemente sustentables a nivel ecológico y de salud. Nosotros desarrollamos este tipo de solventes que son naturales, biodegradables y con un precio razonable. Lo que queremos es cambiar el status quo de la industria. La idea científica es de mis socios. Son especializados en química verde y una de ellas fue nombrada por Stanford como una de las científicas más influyentes del mundo”.

El proceso para lanzar la startup no fue nada fácil y contó con diversos desafíos, algunos dentro del mismo equipo de cofounders y otros a la hora de salir al mercado. Sobre esto, el CEO de Bioeutectis dijo: “En el primer año, hicimos mucho foco puertas adentro, entre nosotros cinco, para crear el equipo fundador. No es fácil ser cinco cofounders y a distancia. Hoy el equipo está conformado por 9 personas y entrarán dos más. Yo venía de corpo y sector privado y mis socios venían de la investigación en el CONICET. Teníamos que llegar a un punto medio y hablar el mismo idioma”.

En cuanto al próximo paso, el especialista en comercio internacional mencionó: “El año pasado salimos afuera. Entramos a una aceleradora de Colombia, otra en New York y a partir de ahí comenzamos toda una ronda de negocios, que nos permitió tener una pata en Estados Unidos. Estamos pensando en tercerizar la producción, pero nuestro primer mercado va a ser USA con el objetivo de comenzar a vender en 2024. Ya estamos en contacto con empresas del exterior y otras de Argentina. Tenemos cuatro focos: agro, cosméticos, alimentos (colorantes, fragancias, plantas medicinales) y captura de gases. Unilever, P&G, Loreal, Arcor y otras compañias son algunas con las cuales comenzamos a hablar. Estamos trabajando con clientes de Francia, Suiza, España, Japón, Corea, Brasil, México, Argentina y tenemos más en carpeta, pero todavía no nos da como para trabajar con 100 clientes al mismo tiempo”.

“Yo no me tiré a la startup para ganar plata. Yo quiero hacerle bien al planeta y dejarle un mejor lugar a mis hijos. Quiero demostrar que se pueden hacer las cosas mejor, con conciencia, de manera sustentable y con ganancias. A mi me encantaría que Bioeutectics sea lo más grande que pueda ser, para lograr el mayor impacto que pueda tener. Y si en algún momento no soy el indicado para liderarla o mis socios tampoco, tener la cabeza para dar un paso al costado y entender que el objetivo de la empresa va mucho más allá de las personas que las componemos hoy”, cerró Silicaro.