Germán Maschwitz (DPME 2017) - miembro del directorio y director de gestión del Colegio Godspell
-Los expertos en educación señalan que la escuela no puede “correr detrás de la liebre” de la innovación, que va demasiado rápido. En el Colegio Godspell ¿cómo se adaptan a los cambios?
-Pensando en las herramientas que van a necesitar los chicos de hoy en un futuro incierto. Creo que esa es una de las claves. Como diría David Perkins: “What’s Worth Learning?” (¿Qué vale la pena aprender?) Tradicionalmente se piensa que el profesor (adulto) es el que “sabe” y le enseña al alumno (niño/joven), “que no sabe” lo que al profesor le “sirvió” y eso es lo que la va a “servir” al niño cuando sea adulto. Eso hace que corras detrás de la liebre. La velocidad de cambio e innovación hace que continuamente nos preguntemos ¿qué vale la pena enseñar? Basándonos en eso, y con la ayuda de los avances en la neurociencia, podemos analizar el cómo debemos enseñarlo. Estas son dos preguntas esenciales que creo todo docente, maestro, profesor, directivo y hasta los padres tienen que cuestionarse continuamente.
-En sus casi 15 años que trabaja en el colegio, ¿qué fue lo que más evolucionó? ¿Los alumnos van más informados con la llegada de los celulares y de Google, o no necesariamente?
-La tecnología y el alcance a más información sin duda es lo que más evolucionó. Creo que esto no hace que los alumnos estén más informados pero sí tener las herramientas para llegar con más velocidad a cualquier tipo de información. Incluso hasta manejan esas herramientas mejor que los adultos. Esto conlleva a dos cosas:
1- Es nuestro deber saber transmitir cómo se utiliza esa tecnología y esa información de manera correcta y para el bien. ¿Qué información es “falsa” y cual no? ¿Cuándo se está haciendo buen uso de estas herramientas y cuándo no?
2- Trabajar en conjunto con los alumnos. Creemos en el aprendizaje a través de proyectos, onde los alumnos investigan, se cuestionan y aprenden durante el proceso, y el profesor pasa a ser más un guía o tutor que los acompaña durante este proceso.
Dejando la tecnología de lado, el otro cambio importante es la neurociencia y sus descubrimientos. Ya se sabe que las inteligencias son varias, que los chicos son diferentes y únicos, y sus maneras de aprender también. Clases donde todos miran para adelante aprendiendo un tema de la misma manera no sirve. Creemos que el espacio donde trabajan tiene que estar preparados para todos y que los tiempos para aprender también. Lo importante es que cada uno logre lo mejor de sí mismo, siendo protagonista y sumando valor a la sociedad.
-A futuro, algunos analistas dicen que los alumnos aprenderán los temas en sus casas, con vídeos de Internet, e irán a las escuelas a realizar las tareas. ¿Ustedes imaginan un futuro así? ¿Cómo imagina las aulas en 10 años?
-Es muy difícil imaginar las aulas en 10 años. Incluso nos preguntamos si van a seguir existiendo aulas, o por lo menos físicas. Capaz son todas virtuales donde desde tu casa podes estar en un aula de un profesor chino con compañeros de todo el mundo. Personalmente creo que los chicos van a poder adquirir contenido con videos o aulas virtuales desde su casa, pero también creo que no sirve aprender contenido sin “valores”. Con “valores” me refiero a amistad, compañerismo, trabajo en equipo, empatía con el otro, etc. Nosotros no creemos que el colegio sea una preparación para la vida adulta. Creemos que es parte de la vida. Se puede aprender el reglamento de hockey, rugby o cualquier deporte online pero para saber jugarlo hay que jugar.