Fernando Reyna (PAD 2008) - Director Grupo Edisur
-¿Cómo fue el balance de 2017 para el Grupo Edisur? ¿Qué proyectos tienen pensados para el año próximo?
-Respecto a GRUPO EDISUR, seguimos invirtiendo en Manantiales, nuestro emprendimiento más importante y uno de los más significativos del país. Son más de 1000 hectáreas, donde desarrollamos proyectos residenciales de distinto tipo: lotes en barrios abiertos, edificios, casonas y casas, donde ya viven 1200 familias y en breve comenzarán a multiplicarse en forma intensa. En Manantiales estamos lanzando 300 viviendas (housing), con la proyección de seguir con este ritmo los próximos años, podemos hacerlo en base a la disponibilidad de tierra que tenemos, y aplicando tecnología constructiva. En este punto, diversificamos nuestras unidades de negocio, montamos Steelplex, una fábrica con el sistema steel frame tanto para proyectos propios como son los hounsing, como para la venta de perfiles a terceros. Además, en Manantiales cerramos alianzas corporativas, que implican la instalación de un sanatorio de alta complejidad y un colegio, todo con la intención de sumar servicios y comodidad a los vecinos. Este año, lanzamos la División Centros Comerciales, para el desarrollo y gestión de proyectos comerciales de distintas escalas, también proyectando la primera intervención en terrenos de Manantiales, ya que en todos los emprendimientos residenciales dejamos tierra en reserva para proyectos mixtos, es decir, con destino a proyectos comerciales y oficinas. Proyectamos expandir la empresa, tenemos la decisión tomada de desarrollar en Buenos Aires, estamos viajando permanentemente, evaluando terrenos y el negocio.
-¿Cómo ve al mercado inmobiliario argentino? ¿Cuáles cree son sus principales debilidades y fortalezas?
-Primero me gustaría decir que tiene que haber acuerdo entre todos los sectores: políticos, empresarios, la justicia, el periodismo. Eso es fundamental para que el país crezca. Los consensos tienen que dejar de estar basados en el fracaso del otro. Esto es a nivel general y aplica también para nuestro sector en particular, en donde es fundamental diseñar estrategias a largo plazo, basadas en la financiación y en bajar impuestos. Los proyectos de las desarrollistas llevan tres años por lo menos, por lo tanto, necesitamos financiación y la posibilidad de ajustar precios por inflación, que también es la única manera de llegar a la clase media. Esto tiene relación directa entonces con lo más urgente que es el tema del crédito bancario y la cultura del ahorro.
Hay un pensamiento muy común que es decir que sacar un crédito en Argentina es licuar la deuda. Pero es pan para hoy y hambre para mañana. Los créditos, como los UVA, en los que se tiene en cuenta el pulso real de la economía, es la forma en que las familias pueden llegar a la casa propia. Es importante avanzar en el crédito para solucionar el tema de la vivienda, pero aquí nos encontramos con otro problema, que es el de la informalidad. Muchas personas no son aptas para créditos porque reciben sus ingresos de manera informal, entonces esta situación afecta indirectamente al sector de la construcción. Por lo tanto, también hay que revisar hacer una reforma laboral.
Otra arista en la que hay que seguir trabajando en el sector inmobiliario, al menos puntualmente en Córdoba, es con respecto a las aprobaciones, la entrega de los servicios y las escrituras. Hay casos en que se tarda entre 6 y 7 años para que un emprendimiento obtenga la escritura. Entonces, debe ser un cambio de todos los actores involucrados en el sector.
Por último, otro tema urgente es la vivienda social: es necesario sacar determinados impuestos, como los Ingresos Brutos, el IVA, para que más gente pueda acceder. Es necesario definir qué es una vivienda digna, y a partir de eso, defender que todos tenemos ese derecho. Esa decisión tiene que estar avalada por una política de Estado, y ser acompañada por el crédito. Todos los sectores tenemos que juntarnos.
-¿Cómo piensa que debe actuar un líder empresario en estos tiempos de crisis?
-El empresario tiene que ser realista, pero no puede dejar de ser optimista a pesar de la situación. Y también hay que decir que los momentos de crisis son una oportunidad y en este contexto hay sectores menos afectados. De todos modos, la devaluación es mala para el país, cada devaluación de esta magnitud es un escalón que se retrocede, se pierde la confianza.
Aún en tiempos difíciles, un líder tiene que transmitir tranquilidad a la organización, no hay que generar temor sino buscar empatía, que los colaboradores tomen conciencia de la situación, promover un cambio de actitud que permita adaptarse al contexto y, de esta manera, acompañar a quienes tenemos a cargo la conducción de una empresa.
Es fundamental que en este momento los empresarios miremos más allá del propio sector. Quienes tenemos la posibilidad de influenciar, tenemos la responsabilidad de involucrarnos y de profundizar el trabajo entre lo público y lo privado.