Roberto Pumar (DPME 1998) - Fundador Leader Entertainment
¿Cómo hicieron frente desde Leader Entertainment a los cambios radicales de la industria musical?
Es indudable que la revolución digital que se produjo con la llegada del siglo XXI iba a influir en la mayoría de las industrias y actividades comerciales, pero hubo ciertas industrias que se vieron afectadas inmediatamente con la proliferación de las redes y la evolución tecnológica.
La industria fotográfica es una de ellas; la del correo es otra, y la industria musical es la tercera. Todas estas fueron muy fuertes, con grandes lideres en cada sector que parecían indestructibles.
Nuestra industria se vio muy afectada rápidamente. En poco tiempo la gente que consumía fonogramas y videogramas en forma física ( CD-DVD-bar) comenzó a bajar los contenidos en sus ordenadores, desde sus hogares, con la rapidez que la banda ancha les permitía aún sabiendo que violaban una propiedad intelectual (“total no pasa nada”).
Este cambio repentino y acelerado logró quebrar a multinacionales como por ej. EMI-Odeón, propietaria de más de 10 millones de fonogramas de todo el mundo y artistas increíbles de la talla de The Beatles, Queen, The Rolling Stones, Pink Floyd o Carlos Gardel, por citar sólo alguno de ellos.
Con la llegada y proliferación de YouTube en el consumo de videos musicales en la red, nuestra industria se transformó definitivamente de “auditiva” en “audiovisual”.
"Sólo se trata de entender los cambios y animarse a formar parte"
Estudiamos el fenómeno y nos convencimos que la crisis no tenía vuelta atrás. Comenzamos a pensar cómo generar negocios en las redes que estaban captando una gran parte del tiempo de entretenimiento de los jóvenes. En ese momento ni Google, Spotify, Pandora, Apple u otra de las empresas líderes de las redes operaban en Latinoamérica por lo tanto debimos activar nuestra oficina en Barcelona para poder firmar contratos con ellas como empresa europea y así monetizar nuestros contenidos.
En el 2006 abrimos nuestro departamento digital; perdimos dinero invirtiendo en él durante 5 años, pero a partir del 2011 logramos una ventaja competitiva sobre los que no pudieron prever lo que pasaría; esto nos permitió crecer a una velocidad increíble. En momentos de cambios tan vertiginosos las medianas empresas tenemos la capacidad de cambiar el rumbo con una agilidad que una grande no puede.
¿Cuál es su visión sobre la situación actual de la industria musical? En líneas generales, ¿qué considera que le falta?
Personalmente, creo que entramos en una era de cambios continuos, vertiginosos, donde nadie es rey. Todos tenemos grandes oportunidades para lograr algo trascendente, sólo hay que animarse. Cada minuto se “cuelgan” 400 horas de videos en YouTube y todos aspiran lograr que la audiencia se interese por su contenido aunque pocos lo logramos. Se debe estudiar en profundidad el universo online, que hoy es el máximo influencer en el offline… el que no lo haga, lo tendrá muy difícil.
Es bien sabido que el negocio relacionado con la infancia es potencialmente rentable, pero las multinacionales, en alianza con los grandes medios de comunicación (TV, Cable) eran quienes monopolizaban el segmento. Con la llegada de YouTube a nuestras vidas, comprendimos desde el minuto uno que era el canal de comunicación más potente que jamás hubiésemos imaginado y que debíamos captar parte de esta audiencia que crecía exponencialmente. Los jóvenes ya estaban en las redes y era evidente que los próximos serían los “hermanos menores”, quienes ya veían como éstos estaban conectados a ellas. En base a estos conceptos es como diseñamos el nacimiento de El Reino Infantil. Un canal preescolar que utilizó una sencilla fórmula: canciones + dibujos animados= videoclips animados. Hoy El Reino Infantil es el canal Nº 1 mundial de habla hispana y el Nº 18 en visualizaciones en la historia desde el nacimiento de YouTube. Contamos con más de 30 millones de visualizaciones diarias en toda nuestra network infantil. Sólo el canal El Reino Infantil cuenta con más de casi 500 millones de vistas mensuales. Estas cifras duplican las visualizaciones de Disney Channel, lo cual era algo imposible de pensar hasta en el mejor de los sueños. Gracias a las redes pasamos de ser una empresa argentina que vendía productos a los argentinos a desarrollar productos de alcance global que llegan y se venden en todo el mundo. Sólo el 21% de nuestras ventas publicitarias son de Argentina; el resto está distribuido mundialmente, lo cual nos permite tener la tranquilidad de no depender del mercado local, o las crisis económicas de ningún país, propio o ajeno. También hemos desarrollado el merchandise de más de 45 productos con nuestras series-personajes, como mochilas, peluches, juguetes, productos textiles, etc.
¿Qué es lo que los clientes más valoran sobre el producto que ofrece Leader Music? ¿A qué apuesta hoy la compañía?
Hemos aprovechado y hemos desarrolladas canales en diferentes lenguas como el portugués, el inglés y en ruso y estamos próximos a lanzar nuestra propia OTT (over the top). En cuanto al mercado musical queda claro que la música existe y existirá siempre. Hoy la gente paga más dinero que nunca por una entrada a un concierto o un festival que le gusta.
Por otra parte, del mismo modo que el consumidor se ha acostumbrado a pagar una mensualidad por Netflix para ver sus series favoritas, hoy es común estar abonado a Apple Music, Spotify o Google Music por una tarifa súper accesible, servicios que nos permite acceder a más de 25 millones de canciones en tiempo real desde un móvil, tablet, ordenador o un Smart TV. ¡Es genial! Además de ser impensable años atrás.
La única crisis que aún persiste en mercado musical es el desarrollo de talento nacional. Las empresas multinacionales ganan millones desarrollando artistas que funcionan en muchos países simultáneamente; hoy se concentran en el rock internacional, el pop y lo urbano, y se apuesta muy poco por los artistas nacionales. La globalización musical entra en Argentina pero no se expande hacia el mundo.
Nuestro Gobierno debería tener una política de difusión nacional y a la vez proteger nuestra cultura musical.
En conclusión, los tres rubros que cité al comienzo sufrieron una gran crisis, pero hoy la realidad es que podemos hacer más fotos que nunca con un móvil, podemos enviar miles de mensajes diarios a través de WhatsApp, Snapchat entre otros, y consumimos más música que antes de la llegada de internet a nuestras vidas. Sólo se trata de entender los cambios y animarse a formar parte.