Milton Müller (MBA 2006), director general de Grupo Raza, una asociación de agencias de marketing, que es parte de la agencia de creatividad publicitaria número 1 en Bolivia
-¿De qué forma afectó particularmente el coronavirus a Bolivia? ¿Qué medidas se tomaron para enfrentar la crisis económica durante y post pandemia?
-El impacto de la pandemia es similar al sufrido en Argentina, en relación al porcentaje de la población afectada, y en cuanto a tasas de mortalidad. La diferencia más notable es la temporalidad y la severidad en la aplicación de la cuarentena. El gobierno nacional, seguramente preocupado por el deficiente sistema sanitario, estableció el aislamiento social obligatorio más pronto que otros países de la región. Fue el 17 de marzo cuando se decretó la cuarentena nacional, apenas con los primeros infectados, casi todos en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, epicentro de la pandemia, y donde todavía hoy concentra más del 60% de los casos positivos a nivel nacional.
Luego, hacia fines de marzo, se estableció un sistema de permisos, por medio del cual solamente se dispone de un día a la semana para hacer las compras de alimentos, dependiendo del dígito en que termina el documento de identidad de cada persona. Para las mismas no se puede circular en vehículo, solamente caminando o en bicicleta, y deben ser realizadas entre las 7AM y el mediodía. Cualquier persona que es encontrada circulando en vehículo sin permiso especial es tomada presa por 8 hs y recibe una multa considerable. Gracias a estas medidas tan severas, se logró el índice de acatamiento más alto de Latinoamérica, logrando una reducción de 92% en la circulación de vehículos a nivel nacional, según las estadísticas de tránsito publicadas por Google.
Podemos calificar de draconianas estas medidas, pero teniendo en cuenta todas las limitaciones que existen en Bolivia, por ahí no sé si decir que fue la mejor medida, o tal vez la única herramienta, de la cual disponía el gobierno en ese momento. En el peor de los casos, por lo menos le dio tiempo para prepararse para enfrentar la situación, o para conocer mejor al enemigo invisible. Solo el tiempo, y la evolución de la enfermedad y de la economía, dirán si fueron las mejores medidas.
En cuanto a alivios económicos para personas particulares, el gobierno ha cancelado el cobro de créditos bancarios desde marzo hasta mayo, congelando la aplicación de intereses. Además, se decretó una condonación del 50% de las tarifas de servicios básicos, por el tiempo que dure la cuarentena.
En cuanto a las empresas, se estableció una línea de créditos con intereses bajos, para el pago de la planilla de empleados. Estos créditos, tienen un monto máximo de 2 salarios mínimos nacionales, incluyendo los cargos patronales de la seguridad social. Además hay otros créditos especiales para pymes, con una tasa de interés asequible, que está relacionada a la solvencia de cada compañía.
En cuanto a la macroeconomía, se pronostica un decrecimiento del 3% del Producto Interno Bruto para 2020. Lo cual por supuesto va a depender del tiempo, y la forma en la cual se vaya saliendo de la cuarentena, y de cómo respondan los distintos actores de la economía.
-¿Cómo está la situación política tras la salida del poder de Evo Morales y la instauración del Gobierno Interino?
-La situación política podríamos definirla como muy delicada, ya que si bien según las encuestas, el gobierno tiene la aprobación de la mayoría de los ciudadanos en cuanto al tratamiento de la pandemia y de las medidas adoptadas, existe una acusación del partido opositor mayoritario de que se están posponiendo las elecciones, con la oscura finalidad de afianzarse en el poder por parte del gobierno de Jeanine Añez. Recordemos que las elecciones tenían que realizarse el 3 de mayo, y que el gobierno actual asumió en noviembre pasado con la promesa de ser solamente un gobierno interino, y de respetar las elecciones y garantizar la transparencia de las mismas.
En Bolivia, como en la mayoría de los países de Latinoamérica, no existe el voto por correo o electrónico, por tanto, de llevarse a cabo las elecciones dentro del periodo en que dure la pandemia, deberían aplicarse medidas sanitarias súper estrictas, para evitar los contagios que podrían ocurrir en dicha jornada. Aun así, sería un proceso bastante complicado, y mucha gente se quedaría en la casa y no iría a votar por miedo a contagios. Con todo esto, dicho argumento no alcanza para acallar los reclamos de la oposición política, ni de los sectores de la ciudadanía disconformes con el actual gobierno.
-Con relación a su trabajo ¿Cómo ha sido el impacto del Covid 19 en la industria de marketing y publicidad? ¿En qué medida el teletrabajo puede suplir el trabajo presencial?
-El marketing refleja la media de la situación de mercado, y las inversiones promedio han bajado al menos un 30% durante la pandemia. Las medidas de cuarentena estricta que mantiene el gobierno por más de dos meses consecutivos han obligado a que casi todo el sector industrial y comercial esté cerrado.
A excepción de bancos, industrias de comida e higiene, y servicios de telecomunicaciones e internet, todo el resto está completamente detenido. Pero incluso estos sectores están en dificultades, por las medidas paliativas decretadas por el gobierno y comentadas anteriormente. Las mismas, le otorgaron un marco de legalidad a la evasión de pagos de servicios, contribuyendo a subir la mora de corto plazo entre el 30% y el 60%, dependiendo de la industria y del tipo de clientes de cada empresa.
La inversión en medios también ha caído un 30%. Digital ha subido expresivamente, aunque sus números siguen siendo poco representativos sobre el total de la inversión en medios. La televisión mantiene su inversión y la radio cae levemente, aunque la dificultad logística de producir cualquier material audiovisual desincentiva a seguir usando estos medios, por lo menos a mediano plazo. La prensa y los medios OOH están prácticamente sin movimiento, y sus presupuestos no se han volcado a digital, simplemente se han desvanecido.
El teletrabajo ha tenido una enorme aceptación en Bolivia, pero está lejos de suplir el rendimiento presencial, la gente no tiene hábito de trabajar desde su casa aún, no se fija horarios, no establece una disciplina y las distracciones familiares son recurrentes. Pueden estar conectados más horas que lo normal, pero el rendimiento es bastante más bajo que el logrado en una oficina. Probablemente con el tiempo esto vaya mejorando, pero para eso debería existir un sistema que permita estar conectado todo el tiempo, testificando que sí se está trabajando, aunque cuesta pensar en ello: parece una escena Orwelliana.