No tiene 25 años como cuando fundó Wolox junto a seis excompañeros de Ingeniería Informática del ITBA, pero la adrenalina que siente hoy Nicolás Magni se parece mucho a la de aquella época. El Alumni (EMBA 2017) está entusiasmado con su nuevo proyecto, Cedalio, una startup que permite a desarrolladores construir aplicaciones con información que es auditable y trazable.
"Con Cedalio se puede generar portabilidad para que los usuarios puedan ser dueños de su información. Cedalio utiliza blockchain para poder generar estas garantías", resume Nicolás.
El Alumni estuvo 11 años en Wolox, la empresa de desarrollo de software que se posicionó como una de las referentes del mundo tech en Argentina y Latinoamérica, llegó a facturar aproximadamente 15 millones de dólares y en 2021 fue adquirida por Accenture. Tras trabajar dos años en el proceso de integración, Nicolás sintió que estaba listo para dar un nuevo paso.
Junto a dos socios que también fundaron Wolox, Luciana Reznik y Guido Marucci, empezaron a investigar diferentes áreas de interés hasta que decidieron adentrarse en el mundo web 3, una industria con un potencial enorme.
Así surgió Cedalio, que apunta a cualquier tipo de compañía que utilice las bondades del mundo web3 (descentralización, data ownership, trazabilidad, entre otras) como tecnología. Es decir, los clientes pueden ser empresas crypto o compañías que vienen del mundo más tradicional y necesitan incorporar un elemento de (trazabiliada, auditabilidad o portabilidad dentro de un modelo de negocio ya existente). También están las compañías que nacieron en lo que es el mundo web3.
Cedalio empezó pisando fuerte: logró financiamiento de Y Combinator (YC), una de las aceleradoras de empresas más famosas de Silicon Valley, conocida por su exclusividad. Solo acepta entre el 1,5% y el 2% de las más de 40.000 solicitudes que recibe al año.
Nicolás dice que aprovecharán esta oportunidad para fortalecer la presencia en Estados Unidos y lograr un crecimiento exponencial en clientes y usuarios. Hoy Cedalio tiene siete empleados y algunos clientes consolidados como una destilería de whisky, un centro de salud y una empresa de logística, entre otros.
Cómo funciona Cedalio
“Cedalio es una base de datos que tiene algunas capabilities de lo que es el mundo web3, con la escalabilidad del mundo más tradicional web 2. Los datos tienen algunos beneficios como trazabilidad, auditabilidad e inmutabilidad en las entidades que uno quiera”, explica Nicolás, que desde la pandemia vive en Bariloche con su mujer y sus dos hijos.
En seguida agrega: “Es como tener una especie escribano público trabajando al lado tuyo al que le podés decir: ‘esto tiene sentido que me lo guardes y me lo dejes inmutable, esto tiene sentido que esté trazable, etc.’”.
A continuación, brinda un panorama de la web3. “La web1 era una plataforma principalmente de lectura, con escasa generación de contenido. Con la llegada de la web2 se fomentó la interacción y creación de contenido por parte de los usuarios, lo que dio lugar a la explosión de las empresas de Internet y la consolidación de monopolios en el manejo de información. La web3, por su parte, busca romper esta estructura y descentralizar el poder, permitiendo que los usuarios dependan menos de grandes corporaciones. A través de tecnologías como blockchain, la web3 introduce nuevos modelos de propiedad, incentivos y comunidad”, explica.
El ingeniero cuenta que las industrias que más se consolidaron en la web3 fueron el DeFi, el gaming, el arte y la música. Pero también en la Argentina empresas como Agrotoken y TraveleX están adoptando tecnología de la web3 para mejorar sus servicios y brindar soluciones innovadoras.
En el caso de Cedalio, “buscamos dar una solución muy enfocada en la web3, pero conectada con la web2. Se trata de acercar un poco la tecnología, de bajar barreras”, dice Nicolás.
Su paso por el IAE
Con respecto a su experiencia en el IAE, Nicolás dice que lo que más valora es el networking, tanto de los compañeros como de los profesores. “Al venir de ingeniería aprendí cuestiones más soft que me sirvieron mucho, pero con el diario del lunes creo que esas cuestiones las terminás aprendido, pero lo que verdaderamente hace la diferencia es la gente”, cuenta.
“Valoro haber conectado con los compañeros. Creo que en el aula es donde uno termina de forjar vínculos piolas con la gente. Levantar el tubo y poder hablar con un compañero para pedirle feedback y que hoy es parte de otra empresa me parece increíble”, agrega.
Volver a emprender
Cuando Nicolás y sus socios sintieron el deseo de volver a emprender, comprendieron la importancia de aprender de su experiencia pasada. Sabían que contar con un equipo fundacional alineado en valores era fundamental para el éxito. Por eso valoran la confianza mutua y la transparencia en las relaciones de negocios.
“Lo más loco de volver a emprender fue la ausencia de un market fit preestablecido. En Wolox esto ya existía y debíamos preocuparnos por escalar, diferenciarnos de la competencia y captar clientes, que no fue fácil. A saltar a otra empresa de producto donde el market fit es una búsqueda continua en como agregarle valor a tus usuarios, la verdad que es muy diferente y volver a emprender ese contexto es al menos más desafiante”, dice.
El Alumni está convencido de que la pasión es un elemento clave para emprender. “Si te estás metiendo en un camino emprendedor para solo generar más dinero, te estás equivocando porque te puede generar un incentivo errado al momento de establecer la cultura o la estrategia de tu empresa. La motivación tiene que venir por generar un impacto, cambiar el status quo, te tiene que apasionar lo que estás haciendo si no no vas a poder destacarte del resto de las Startups”, sostiene.
“Tenés que emprender por algo más, por la pasión de construir un impacto, de generar algo, un ecosistema. Es gratificante sentir que otro usa tu tecnología. Ese afán de querer construir algo mejor hace bien”, concluye.