Con Susana Álvarez Vitale (DPME 1996), David Wilson (MBA 2019) y Leandro Trípoli (MBA 2016) a la cabeza, el Club Regional de Miami no para de crecer y de sumar nuevos integrantes que le aportan valor al grupo. Uno de los aspectos más enriquecedores que se dan en estos clubes es que se reúnen Alumnis de distintas generaciones, rubros y con backgrounds muy diversos, pero con una base en común: la herencia que les dejó su paso por el IAE. Y también, con un objetivo bien claro: las ganas de revivir esta herencia en cada encuentro.
El Club Regional de Miami es uno de los más nuevos: nació en octubre de 2021, tras un llamado telefónico de Ernesto Ruete Güemes, director ejecutivo de Alumni y director de Desarrollo Institucional del IAE, a Susana Álvarez Vitale, para animarla a congregar a todos los exalumnos dispersos por Miami. Así fue como Chunchu, tal como la llaman sus amigos, convocó a su vez a David Wilson y a Leandro Trípoli y juntos, se pusieron al hombro la creación del Club Regional en el estado del sol.
Según cuenta Susana, las reuniones suelen ser relajadas, informales y se convocan también a las parejas de los Alumni para que se sumen al encuentro. La idea principal es conocerse, sentirse “como en casa y en familia” y compartir con colegas que también apostaron por el IAE para formarse. La sede principal de los encuentros viene siendo Key Biscayne, más precisamente la casa de Susana, que, con su marido, Germán Muller, se han ganado la fama de ser excelentes anfitriones.
El club como puente para unir mercados
Una de las últimas “adquisiciones” en el grupo es Bruno Savoca Albors, un joven sanjuanino de 30 años, que puede jactarse de ser el primero en hacer el dual degree: el MBA 2021 en el IAE y un specialized master en la Universidad de Miami, gracias al convenio que existe entre ambas instituciones.
El licenciado en Administración de Empresas, que se desempeña como marketing manager para Latam en la empresa Le Wagon (escuela de entrenamiento de tecnología especializada en desarrollo web y data science), supo de la existencia del club antes de emigrar y de hecho, desde Buenos aires ya tuvo contacto con algunos de sus participantes. “Me enteré de la existencia del grupo cuando estaba cursando el MBA en el IAE y hasta tuve algunos meets con sus miembros, que me motivaron mucho”, admite.
Además, Bruno tiene altas expectativas para el club y está dispuesto a trabajar para cumplirlas: “Creo que es un muy buen momento para el talento latinoamericano en el mercado estadounidense, entonces creo que el club tiene un rol fundamental de servir de puente entre Latinoamérica y las oportunidades que hay en Estados Unidos. Así que, tengo expectativas muy altas y también estamos trabajando mucho para que esto sea una realidad”.
Una “red apoyo” para los expatriados
Andrea Imbrogno, MBA 1994, también forma parte del grupo. Para ella el IAE, fue mucho más que un lugar en el cual se formó académicamente, porque en las aulas también conoció a Marcial del Toral, quien es hoy el padre de sus cinco hijos. “El paso por el IAE me dejó un marido. Nos conocimos en el primer año del MBA y nos casamos en el segundo”. Eso sí, también destaca que se llevó grandes amistades. “Fue una experiencia excelente, ya que, con el grupo de trabajo formado por 6 colegas, generamos un espacio de amistad y de respeto profesional, que sigue vivo después de más de 25 años de haber cursado”.
Para Andrea, como le suele suceder a otros alumni que han cursado hace varias décadas, los aprendizajes académicos que obtuvo en el IAE fueron importantes, pero la calidad humana que encontró en la institución, supera cualquier conocimiento. Ella lo puso en palabras mejor que nadie: “El paso del tiempo va dejando los sentimientos, y las fórmulas se te olvidan. El IAE me dejó la frescura de compartir un espacio de estudio con buena gente, profesores y colegas. Algo que con el tiempo se valora mucho”.
Si bien se formó en Relaciones Internacionales, actualmente Andrea se desempeña como agente de real estate residencial en Coldwell Banker Coral Gables y cuenta que se enteró del Club Regional gracias a Susana. “Nos llamó, nos invitó y nos enganchó para unirnos. Ella y su marido tienen una energía espectacular, siempre positivos y con nuevas ideas. Se siente el afecto con el que hacen todas y cada una de las actividades del club”, admite y cuenta que con su pareja forman parte de esta “red de apoyo”, como la llama ella, desde sus inicios. “Me siento feliz de ser parte de este grupo y por eso invito a todos los alumni que lleguen a Miami para que se unan”.