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Revista Alumni

Ciclo: ¿Quién va a la cárcel por 7 años?

Referentes del sector empresarial compartieron sus experiencias sobre momentos en los que debieron tomar decisiones difíciles y poner en juego su ética y valores. Como así también su puesto de trabajo.
Publicado viernes 28 de abril de 2023

“7 años” es la obra en la que se caen las caretas. En donde cuatro amigos, que también son socios creadores de una empresa de tecnología, son descubiertos desviando fondos y deben decidir cuál de ellos se sacrificará por todos, cumpliendo la pena de 7 años de prisión. En una reunión de emergencia, junto con un mediador, los cuatro jóvenes tomarán la compleja decisión.

Pese a que al principio Marcel, Luis, Carlos y Verónica parecen ser empáticos y aseguran ser igual de culpables, poco a poco los socios irán demostrando quiénes son realmente con el fin de evitar ser culpados del fraude y privados de la libertad. Todo ocurre en el mismo lugar y, a través de los diálogos, dinámicas y preguntas del mediador, empiezan a aparecer viejos secretos, rencores guardados y disputas personales que complican el panorama.

El Ciclo de abril incluyó un caso-teatro para que los participantes pudieran reflexionar sobre la ética en los negocios

 

Toda esta interpretación, sumada a la presentación de los actores que llegaron desde México, sirvió para introducir un nuevo ciclo del IAE, en el que referentes del sector empresarial, educativo y tecnológico ofrecieron una serie de testimonios sobre algún momento de su carrera, en el que debieron enfrentar situaciones similares.

Justo antes de escuchar las experiencias, los asistentes al evento tuvieron la oportunidad de plantear preguntas sobre la obra de teatro y posteriormente, debatirlas. “Muy interesante como empiezan a salir tantas cosas, después de 12 años de ser socios. Me suena a falta de comunicación entre ellos, cosas que no compartieron o que se perdieron”, opinó uno de ellos. Otro de los presentes, agregó: “Impresionante como una decisión tan extrema, saca lo peor de uno”.

A modo de síntesis, los participantes concluyeron que las decisiones personales, la ética individual y otros factores que parecen ajenos pueden impactar directamente en la actividad de la empresa y que hay conflictos que deben resolverse con el aporte de todos los actores del ecosistema. Sin embargo, algunos de los espectadores advirtieron que la responsabilidad debería recaer en el CEO o quien cuenta con el mayor rango en el organigrama de la organización.

Cuando la ética se pone en juego: las experiencias de empresarios

Fausto García, profesor deI AE Business School y exdirector del Centro de Investigación de Medios y Entretenimiento para Latinoamérica (CIMEL), fue uno de los moderadores y expositores. Tras la presentación, consultó a los participantes sobre cómo habrían actuado si fueran uno de los socios fundadores de la obra e incluyó a los propios actores para preguntarles sobre cómo se imaginan a estos cuatro compañeros en 15 años. “El miedo es el jugador principal acá, el factor clave. Nadie quiere ir a la cárcel”, coincidieron.

En esta línea, Fausto señaló que “la ética tiene mucho que ver con el contexto. No puedo decir qué haría, porque no estoy en sus zapatos. No hay recetas. La ética es la excelencia en la toma de decisiones, no el límite de lo que no se puede hacer”. Seguidamente, invitó al presidente de FG Group, Renato Falbo y a Marcos Eshkenazi, CEO de Thousand Doors y actor aficionado (interpretó a Carlos en la producción) para conocer experiencias reales en donde la ética se haya puesto en juego.

En esta línea, Eshkenazi explicó cómo surgió la idea de crear esta obra de teatro. “Estaba saliendo de una empresa de tecnología. Era CEO y fui despedido. Habíamos empezado a encontrar el modelo de negocios. A los 5 años, cuando la empresa valía mucho más que cuanto entré, hubo que tomar muchas decisiones difíciles. Fue la etapa profesional más difícil de mi carrera”, dijo. Y continuó: “Me llamaron y me dijeron ‘te vas la próxima semana’. No lo vi como un despido, fue lo mejor que me podía pasar. Sigo siendo socio de la empresa, pero quedé muy quemado. Ahí una amiga me dice que vea una película, donde vi muy expresado el lenguaje de la empresa. Allí empezamos a presentar esto. Vivirlo, ver la reacción y sin ser el CEO. Lo he disfrutado muchísimo”. Sobre el teatro, Eshkenazi recomendó “cualquier expresión de arte. Pintar o hacer música”.

Sobre este tipo de dilemas en el sector empresarial, Falbo expresó: “Hace muchos años, estuve expuesto a situaciones muy parecidas. Tuve la oportunidad de trabajar en Argentina y en el resto de Latinoamérica, y esto se repite. Era CEO y se llegaron a estas situaciones. No necesitamos un ilícito para que tres funcionarios comiencen a ‘matar’. Estos conceptos como los valores o los sobornos parecen muy abstractos, pero cualquiera que tenga esta posición enfrenta estas situaciones día a día. Desde decidir no pagar un impuesto, hasta un despido”.

Falbo, que trabajó 36 años en el rubro de consumo masivo, fue vicepresidente de Alicorp y se dedica parcialmente al teatro, ejemplificó: “Cuando tenés un problema gremial, un festival del MST en la puerta y Clarín hablando del tema, la ética puede bajar. Pero depende del contexto. Lo que está bien, está bien. Lo que está mal, está mal. Eso lo sabemos todos. Es difícil separar la emoción de la decisión. Yo quiero estar bien conmigo mismo. Cuando te enfrentás con tipos que no tienen valores, quiero tomar la mejor decisión para mí. Yo no podría haber vivido con la decisión de mandar a otro a la cárcel”.

Eshkenazi intervino finalmente para dar un consejo al respecto. Sugirió: “Si no vas a hacer negocios para toda la vida, no hagas negocios para cinco minutos.

Pese a que pudieron intervenir casi constantemente durante las disertaciones, finalmente se abrió un espacio específico para las preguntas del público presente, quienes se enfocaron fundamentalmente en “cómo tomar decisiones, cuando la ética y los valores están en juego”.