¿Qué le aporta la mujer a la empresa? Las virtudes de las mujeres y el desafío que tienen para combinar su vida familiar con la profesional fueron los temas tratados en un nuevo Ciclo de Actualidad “La mujer en la empresa familiar: Diversidad, roles y dimensiones de involucramiento”.
La profesora Patricia Debeljuh comenzó su presentación “Emprender en clave femenina, ¿nepotismo u oportunidad?” haciendo hincapié en la consolidación de la integración entre trabajo y familia.
Siguió con las competencias que las mujeres le aportan a la empresa: “Creatividad y una sensibilidad diferente a la hora de humanizar las relaciones interpersonales”.
Y señaló que tienen una “predisposición natural para dirigir, coordinar el trabajo y sacar lo mejor de cada uno para lograr objetivos concretos.
Por, sobre todo, la especialista destacó cuatro valores: perseverancia, determinación, iniciativa y pasión.
Luego indicó que las competencias de las mujeres descriptas en un paper de management son las mismas que las mujeres desarrollan en el hogar, como hijas, madres y esposas. “Las competencias que desarrollamos en el trabajo nos sirve en casa y viceversa. Somos una única persona que tiene que integrar distintos roles. El desafío está en cómo hacemos para que estos dos ámbitos se potencien y se enriquezcan libremente”, preguntó.
Asimismo, indicó que “a la mujer le cuesta reclamar lo que le corresponde”. “Le cuesta un montón hacer visible sus logros. Un varón, con dos requisitos de los cinco que pide una empresa, se manda a la entrevista. Si la mujer no tiene los cinco, no se anima a postularse. No saben negociar bien para ellas”, contó.
“Hay que tener autoestima: saber cuánto valemos y qué aportamos. Nos costó tanto entrar al mundo del trabajo que necesitamos más reconocimiento”, justificó.
Siguió: “Nos parece muy importante sostener un buen vínculo en el ámbito familiar. Antes, solo el varón salía a trabajar y las mujeres se quedaban cuidando a los chicos. Con las nuevas generaciones ya es super natural que las mujeres también trabajen. Se rompió el paradigma”.
Luego indicó que el 80% de los problemas del trabajo se lleva a la casa y solo el 20% de los problemas de la casa se lleva al trabajo. “Las barreras pueden estar muy difusas en las empresas familiares”, comentó. “Hay que saber destinar tiempos de dedicación exclusiva para la familia”.
Por último, habló de la responsabilidad familiar corporativa: “La mayoría de la gente sale a trabajar por su familia. Hay que tener en cuenta los efectos que las decisiones empresariales pueden tener en los entornos familiares. Si queremos crear riqueza y familiar, tenemos que trabajar en un entorno laboral que impacte positivamente en la vida familiar”.
Mujeres de la Familia Empresaria
En el turno siguiente, Silvia Gold, presidente del grupo INSUD; María Laura Tramezzani, co-fundadora MEIT, y Lucía Carmona, vicepresidente de UNITECH S.A., contaron sus historias profesionales y cómo la combinaron con su vida personal.
Silvia Gold, doctora en bioquímica, contó que es hija de dos padres profesionales. Su madre, que tiene 99 años y vive, se recibió en una universidad pública. “Los dos era farmacéuticos. Empecé trabajando con ellos”, dijo, y agregó: “Para mi papá, la formación era un requisito necesario para entrar en la empresa”, contó.
“En 1976 nos fuimos con mi marido a vivir a España y creamos un grupo farmacéutico en España. Estamos casados hace 48 años y hace 42 creamos la empresa. Somos socios en las dos cosas: empresa y familia. Para nosotros es lo mismo, los valores que emprendemos en la vida y el trabajo son los mismos. Tampoco somos un buen ejemplo de separar la familia de la vida empresarial: nuestros hijos aprendieron a comer con los indios y los chinos que venían a casa a hablar de trabajo. Hoy, dos de ellos, trabajan en la empresa familiar”, comentó.
“Siempre sentí que hacía lo que tenía que hacer. Nunca pensé que podía vivir en un palacio de cristal, a mí no me educaron para eso. Estudié mientras criaba a dos hijos. Me parecía que era lo que tenía que hacer. Nosotras éramos dos hermanas mujeres y un varón. A los tres nos educaron igual y nos exigían lo mismo”, siguió.
“Admiré mucho a mi papá. A las mujeres nos empodera mucho la primera mirada de nuestros padres, que confíen en nosotros. Y no es igual la maternidad y la paternidad, no somos iguales, la diferencia de género existe, tenemos otro rol en la familia”, concluyó.
María Laura Tramezzani, economista y licenciada en sistemas, contó que su abuelo le dijo a su mamá que “estudiaba o estudiaba”. “Se recibió de odontóloga. Los veranos, además, había que ir a Europa a estudiar idiomas”, contó la ex CEO de 1784, una compañía de Bank Boston, de Consultatio y ex JP Morgan.
Con respecto a cómo combinar la vida personal y la empresa, María Laura indicó que no encuentra límites. “Disfruto ambas cosas. Para mí el cliente no tiene horarios”, comentó.
Y concluyó: “El mundo es la ley de la selva y sobrevive el más fuerte. Existe que las mujeres tengan menos lugares abiertos en el ámbito profesional que los hombres y que ganen menos. Tenemos la responsabilidad y la obligación de abrirle camino a las demás. Si tienen poder, ejérzanlo. Hay mujeres que tienen muchísimas habilidades y no llegan a ciertos puestos. Hay que ayudarlas a llegar”.
Lucía Carmona, por su parte, contó cómo es ser vicepresidente de la empresa que fundó su papá, y que sigue como presidente. “Nací entre computadoras. Tal vez por eso, elegí estudiar cualquier otra cosa: soy contadora y licenciada en administración de empresas. Después me fui a vivir a Londres y cuando volví me puse a trabajar en EY como consultora de empresas multinacionales”, contó.
“Pero hace cinco años que estoy en Tandil, trabajando en la empresa de software que creó mi papá. Creo que fue un tema motivacional que me hizo terminar en la empresa familiar: el poder de toma de decisiones. Crecí muy rápido en una corporación y sentía que me faltaba algo. En su momento era muy abocada a mi trabajo. Ahora comparto ese espacio con mi familia”, contó.
“Somos cinco hermanos, los otros cuatro son varones. Siento que soy la que más empuja a darle lugar a los temas del futuro, que eso esté en la agenda. Mis hermanos son de disfrutar más la aventura de la empresa, pero tal vez, como mujer, soy la que más pienso en el largo plazo”, agregó.
Por último, indicó: “Mi papá es muy exigente, sin mis habilidades técnicas no estaría trabajando para él”.