¿Cuál es la contribución del sector agrícola al país? ¿Cuál es el potencial de crecimiento? ¿Cómo pasar de vender commodities a un producto con valor agregado? Con estos disparadores se desarrolló el ciclo Agro + Industria: Alimentos argentinos para el mundo.
“Hace muchos años que no se hacía un evento sobre agribusiness. Nos juntamos con una comisión de Alumni y salieron dos temas para analizar: la imagen de la sociedad sobre el sector no es la que nosotros creemos. Tienen la imagen de la oligarquía. Somos el sector que alimenta a la sociedad, mientras se cree que la quieren matar. El desafío es cambiar la imagen del sector y ver cómo hay que integrarse al mundo: se debe dejar de vender commodities y vender más valor agregado”, dijo como introducción Ernesto Ruete Güemes, director ejecutivo de Alumni IAE Business School.
Luego siguió Ana Galiano, decana de la facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral Sede Rosario. “Nosotros hacemos investigación y transferencia de conocimientos. Acá quiero contar de dos trabajos que hicimos. Uno fue sobre cuál es la percepción que los jóvenes tienen del agro. Entre las conclusiones aparece que aquellos que no están vinculados al sector tienen una imagen muy negativa del campo. Esas percepciones no están basadas en ningún dato objetivo. El otro trabajo lo realizamos hace más diez años y tenía como objetivo conocer el perfil del productor agropecuario. Acá encontramos un perfil muy atractivo, de una persona joven, emprendedora, innovador, que rompe todas las curvas que nosotros conocemos de incorporación de tecnología, es optimista y su intención de invertir para los próximos cinco años da un porcentaje arriba de 70%, que es muy alto. Entonces, ¿cómo podemos tener una conversación distinta con la sociedad para cambiar esos prejuicios?”, preguntó.
En el primer panel de la jornada, Guillermo D’Andrea, director del CLEMER (Centro de Liderazgo en Mercados y Retail) y director académico de Alumni, comenzó con la disertación: “Tener que hablar de cuál es la contribución del agro en la economía es curioso. Se dicen cosas, como que es solo la soja, que no produce valor agregado, que es preferible producir autos, que la generación de empleo es una deuda, que la modernización es un tema discutible”.
“Son mitos infundados. No es solo soja, son más de 16 cultivos y el área sembrada es del tamaño de Alemania o Japón. Hay muchas cadenas industriales y muy relevantes. No es solo el tema soja. Las materias primas van a carnes y a lácteos. Contribuimos un montón en el comercio exterior, el sector tiene una balanza comercial superavitaria de $30.000 millones. Que el campo atrasa es una frase repetida y que no refleja la realidad. Los saltos de productividad obedecen a innovaciones tecnológicas. El sector productivo sigue creciendo”, explicó.
Y concluyó: “No tenemos un problema de imagen, sino un problema de comunicación con el resto de la sociedad. Está en el sector trabajar en esa comunicación. Son un motor económico, a pesar de las trabas, son una forma de integración al mundo. Hay que lograr terminar con la fragmentación, que también está bastante presente dentro del sector”.
Seguido fue el turno de hablar de Juan José Llach, director del Centro de Gobierno, Empresa, Sociedad y Economía (GESE) y profesor emérito del área académica Economía del IAE Business School, que se refirió al contexto internacional. “El sector agrícola vive de la exportación y en estos momentos estamos viviendo momentos interesantes en la economía global”, comenzó.
“El FMI hizo sus proyecciones y habló de una desaceleración del mundo. Lo hizo antes de que escalara la guerra comercial entre Estados Unidos y China. También hay un fuerte surgimiento del nacional populismo, que no ocurre en América Latina, sino en Europa y en Estados Unidos. Por lo tanto, la tendencia es al proteccionismo y esto no beneficia al sector”, señaló
Luego indicó que para el año 2040, se van a sumar 2252 millones de personas más a la población mundial, de las cuales solo 62 millones provendrán de países desarrollados y el resto de los emergentes. “También habrá 4000 millones más de personas que van a salir de la pobreza en 2040. Todo esto es mayor demanda”, comentó.
En el corto plazo, el economista dijo que como en Estados Unidos hay un tiempo muy húmedo, los porcentajes de siembra son los menores de los últimos 25 años. Esto generó que el precio de la soja vuelva a subir en los últimos días, luego de caer a un mínimo histórico por la guerra comercial.
En referencia a la contribución de la agroindustria en el país, Llach dijo que se cita mucho la frase de Carlos Pellegrini “solo vendiendo pasto no se construye una Nación”. “Nos invita a pensar que sin un sector agropecuario agroindustrial argentina no puede funcionar. El desentendimiento que hay acerca de lo que el sector genera en términos de economía e innovación hace que no se valoren las oportunidades de negocio. El sector no sólo aporta innovación y desarrollo al país, sino que es potencial de nuevos negocios y crecimiento. Hay una diversidad de oportunidades inmensas para la Argentina”, dijo.
Y enfatizó en que cuanto más crezca el sector agroindustrial, más crecerá la Argentina, porque a medida que se agranda, genera más divisas. “El sector genera casi dos tercios de las divisas por exportación y solía generar el 35,6% del empleo directo”, comentó.
Luego habló sobre la política nutricional. “Este sector no puede desentenderse de esta cuestión: uno de los vínculos más sólidos que el sector puede establecer con la sociedad es interesaste en tener una mejor política nutricional. Es una gran deuda del sector”, advirtió.
Finalmente, hizo una proyección de cómo sería la economía con las tres alternativas políticas compiten en las próximas elecciones. “Una economía de Cristina Kirchner sería una economía cerrada, que es una mala noticia para el sector. Habría un intento de diferenciarse del pasado, pero las cuestiones básicas no cambiarían. También podríamos tener riesgo institucional, algún cambio en la Constitución, que es de lo que ya se habla ahora en su espacio”, dijo.
“En un gobierno del PJ o Alternativa Federal, la economía sería un poco más cerrada que ahora, pero no tanto como en una con Cristina Kirchner. Sería una economía más industrialista. Se renegociaría el programa con el FMI, que no sería ningún pecado. El sector agropecuario podría sería discriminado con las retenciones diferenciales”, siguió.
“Un Gobierno de Cambiemos seguiría con el proceso de apertura global. También se iría corriendo el esquema de retenciones al escenario previo de la crisis. Habría buenas chances de sostenibilidad fiscal y por lo tanto un menor riesgo país. La calidad institucional también sería mejor”, concluyó Llach.