Cuando era chico Darío Calzetta acompañaba a su padre Orlando, a la empresa familiar Calzetta S.A., en Luján de Cuyo (Mendoza), y se sentaba a jugar en su escritorio. También iba con sus tíos, Emilio y Atilio, a las obras de los edificios que construía la compañía. “Eran los 80 y no había tantas normas de seguridad, así que solo me ponía un casquito”, recuerda Darío, quien acaba de terminar el EMBA y tiene 39 años.
El Alumni aprovechaba también los veranos cuando era estudiante de ingeniería industrial en la Universidad Nacional de Cuyo para trabajar en la compañía. Su anhelo era terminar de cursar para poder trabajar full time. En 2001, con el título de ingeniero en la mano, Darío ingresó en la empresa, junto con su hermano gemelo, Martín, con el objetivo profesionalizar la compañía.
Hoy Calzetta, que nació en 1969, gracias al espíritu emprendedor de Orlando y sus dos hermanos se encuentra en plena transición con el traspaso de la gerencia de padres a hijos. Así Darío, Martín y sus dos primos iniciaron una nueva etapa de desarrollo para la empresa. “Realizar el recambio generacional fue un proceso de cinco años que nos insumió mucho tiempo poder transitarlo, pero lo hicimos de manera exitosa, porque logramos pasar la gestión de la primera la segunda generación. Todos los de la segunda generación tienen puestos claves”, explica Darío.
Con respecto a cómo se realizó el proceso, el Alumni afirma que lo principal fue la voluntad de diálogo. “Fue fundamental la predisposición de los padres para que los hijos tomen el poder y que los hijos quieran también hacerlo. Charlamos mucho durante el proceso”, explicó.
Unos años antes del traspaso generacional, los hermanos decidieron también ordenar la compañía. Calzetta S.A tenía varias unidades de negocio y se decidió separarlas. Por eso en 2003, crearon Chacara S.A., una empresa que consolida las operaciones agroindustriales del grupo Calzetta y tiene dos rubros principales: provee uva de primera calidad a bodegas y posee una planta industrializadora que procesa tomate. La marca más famosa de la empresa es el tomate triturado Ladomi, que fue muy popular en los 90.
“Hoy podemos decir con orgullo que Chacara se encuentra profesionalizada en forma integral, posee ejecutivos que no son miembros de la familia y sus procesos están estandarizados con buenas prácticas de gestión”, cuenta Darío.
- ¿Cómo es trabajar en una empresa familiar? ¿Cuáles son los principales desafíos?
-A nosotros desde chicos nos han educado en el tema de compartir la empresa con la familia. Tenemos una educación familiar entonces estamos todos acostumbrados a charlar los problemas que tenemos. No tenemos discusiones grandes con mis primos, sí nos tenemos que poner de acuerdo, pero es muy agradable el día a día en la empresa. Un desafío que es muy importante es que la generación que esté viniendo de abajo se profesionalice y se capacite. Por ejemplo, el hecho de que mi hermano y yo hayamos hecho el EMBA en el IAE ha sido planificado. Compartimos todo el semestre anterior. La empresa tiene que estar preparada para ese tipo de cosas.
- ¿Cómo fue tu experiencia en el IAE?
-El IAE ha sido uno de mis logros más importantes, desde el punto de vista profesional. A parte de la cuestión académica, el IAE me ha moldeado como persona. Además del excelente contenido de la curricula, el IAE te forma, hace que seas mejor persona y tengas mejores relaciones. No todo es flujo de fondos, las personas son lo más importante. Y te lo brinda de una manera muy natural, no es que te lo impone. Para mí fue una experiencia transformadora. Además del EMBA, en octubre estuvimos todos los Calzetta tres días en el IAE para trabajar en el módulo de empresas familiares. Estuvo muy lindo porque además de compartir tiempo con la familia, pudimos entender el desafío de la empresa familiar desde un lado más técnico. Fue un espacio para poner el hombro a un montón de problemas que en el día a día no podés. Además, tuvimos posibilidad de charlar temas que no tratamos con la profundidad que se merecen.
-¿Cuáles son las ventajas y desventajas de trabajar en una empresa familiar?
-A mí me encanta la empresa familiar. La principal ventaja es que permite sortear una gran cantidad de dificultades por el grado de involucramiento de las personas que forman parte. Nosotros trabajamos los domingos, los sábados, no nos importa. El nombre de mi empresa es mi apellido. El propósito no sería solamente ganar plata en estos casos. Mi viejo arrancó con una pala y una cuchara que le dio un obrero y una cuenta corriente de dos mangos. De ahí venimos y todo eso hay que cuidarlo. Yo no trabajo por la plata, quiero que trascienda mi apellido. Quizás la desventaja es que la empresa entra dentro de la familia y la familia dentro de la empresa. Hay que saber manejar eso porque en algunos casos puede ser delicado.
-¿Te gustaría que tus hijos trabajen en Calzetta?
-Yo tengo tres hijos y desde que son chiquitos les expliqué cómo funciona la empresa, tal como hizo mi papá. Me encantaría que decidieran por ellos trabajar en la empresa, pero sí deciden no hacerlo serán dueños y tendrán sus responsabilidades. Pero, sí, me gustaría trabajar con mis hijos.
-Hace poco Chacara salió al mercado de capitales ¿cómo fue ese proceso?
-Lo que hicimos fue emitir una obligación negociable con la nueva ley pyme. El programa es por 100 millones de pesos y la primera serie es 5 millones. Estamos muy contentos porque ha sido un proceso espectacular para la empresa. Además, necesitamos el financiamiento porque estamos creciendo y desarrollando la empresa para alcanzar puntos de ventas que no teníamos.
-¿Cuánta gente trabaja en Chacara
-Hay mucho trabajador temporario durante la temporada cuando se procesa. Ese tiempo coincide con la máxima cantidad de personas en la compañía y después baja mucho. Seremos unas 50 personas en forma permanente y 100 personas en forma temporaria. Pero nuestra empresa más grande es la constructora Calzetta S.A, que tiene 300 empleados.
-¿Qué planes tienen con respecto al futuro?
-Una vez pasado este período de transición queremos comenzar a desarrollarla la empresa y proyectarla. Hay muchas oportunidades de crecimiento y la idea es poder capitalizarlas. Alimentos se necesitan y estamos preparados para poder expandir la empresa. Con esto de la emisión negociable ya podemos empezar a transitar ese camino.