Pablo Vaquero es presidente de Gensus S.A., la única empresa de genética de algodón en el país y un experto en este cultivo
El Alumni Pablo Vaquero debe de ser uno de los argentinos que más conocen sobre el algodón. Es presidente de Gensus S.A., la única empresa de genética de algodón del país, dedicada al desarrollo, producción y comercialización de estas semillas.
Además, es socio de una consultora de agronegocios, Estrateco SRL, y cofundador de Ucrop.it, una plataforma que combina el blockchain con las necesidades del agro, para ofrecer trazabilidad de los cultivos.
Ingeniero en producción agropecuaria, Vaquero trabajó 20 años en Monsanto, donde llegó a ocupar la vicepresidencia de Latinoamérica Sur. Una sed inagotable de nuevos desafíos –y un poco de azar– convirtieron a este “animal corporativo”, como él se define, en un emprendedor. Esta es, muy brevemente, su historia.
“Empecé como viajante de un laboratorio, visitando veterinarias”
Vaquero nació y vivió en San Isidro, Buenos Aires, casi toda su vida. Su único contacto con el campo fue con unas hectáreas que su madre había heredado en la localidad de Las Flores y, sin embargo, decidió que quería ser agrónomo desde siempre.
Medalla de oro en la facultad, hizo la carrera de Ingeniero en Producción Agropecuaria en tiempo récord y se encontró precozmente en un mercado laboral que no le abría las puertas como él se había imaginado. “Presenté 200 currículums y nada. Hasta me postulé para un programa de jóvenes profesionales en Monsanto y no fui seleccionado”, cuenta.
Finalmente, consiguió trabajo como vendedor de insumos para veterinarias; viajaba de martes a sábado con su auto por el país. Fue un empleo que despertó su veta comercial.
En 1991, ingresó en John Deere como gerente de territorio y se mudó a La Pampa, donde nacieron sus dos hijos. Cinco años más tarde, Vaquero quiso dar un paso más y estudiar una maestría, impulso que lo llevó de regreso a Buenos Aires y a otra empresa –Dekalb Argentina SA– que lo apoyó para cursar el EMBA en el IAE, en 1997. “Es difícil evaluar cómo te transforma el IAE. Quizás en la forma de tomar decisiones y pararte frente a la información”, reflexiona.
En Dekalb, Vaquero fue gerente de marketing y brand manager, hasta que Monsanto adquirió la compañía. “Monsanto fue una escuela maravillosa, una empresa que realmente desafiaba el status quo, muy enfocada en traer tecnologías a la Argentina. Además de desarrollar mi potencial comercial, aquí pude aprender y focalizarme en los aspectos de estrategia y corporativos”, afirma.
Armar una nueva vida, a la mitad de la vida
El paso de la vida corporativa a la empresa propia lo tomó por sorpresa. “A los 50 años, hice un clic: era hora de dar el salto. Después de una salida ordenada de Monsanto, empecé a armar mi propia historia, muy feliz, con mucho para hacer y también mucho tiempo para mi familia y para mí. Después de estar en una estructura muy burocrática, estoy contento de tomar mis propias decisiones y ser yo quien maneja el rumbo”, subraya.
¿Y por qué eligió dedicarse al algodón? Monsanto tenía en Chaco una empresa de genética de algodón, la única que proveía semillas de este cultivo en el país. “Querían vender el negocio o cerrarlo; nadie le prestaba atención. Pero desde lo político iba a ser muy conflictivo: el cultivo del algodón está culturalmente arraigado en el Noreste argentino. Aparece en banderas, escudos y emblemas”, explica.
Entonces, un tiempo después de marcharse de la compañía, un director de esa empresa le propuso a Vaquero hacerse cargo del negocio. Parecía una locura pero el Alumni se fue de la reunión con la idea en la cabeza, se contactó con quienes hoy son sus socios y nació Gensus S.A.
Gensus S.A. es el único semillero de algodón de Argentina que desarrolla, produce y comercializa semilla fiscalizada en el mercado. Su nombre refleja su filosofía: genética sustentable. “El algodón es un cultivo regional que genera mano de obra en origen, apoya el desarrollo local y ofrece muchísimas oportunidades de crecimiento en toda la cadena algodonera”, destaca Vaquero.
La empresa presenta regularmente reportes de sustentabilidad y ha sido certificada como Great Place to Work.
Eventos biotecnológicos: deuda pendiente
El algodón en la Argentina tiene un bajo rendimiento por hectárea, algo que podría potenciarse si se introdujeran nuevas variedades y “eventos biotecnológicos”, es decir, modificaciones para lograr semillas mejor adaptadas y con mayor potencial.
“En Brasil se produce tres veces más algodón por hectárea, pero tienen 20 eventos biotecnológicos vs. 2 que tiene la Argentina”, amplía Vaquero. El respeto de la propiedad intelectual es uno de los principales obstáculos para el lanzamiento de nuevos eventos. “En teoría, el productor debería pagarle regalías a quien le vendió la semilla tecnológicamente modificada por primera vez, por el uso que hace de esa semilla cada año. En la mayoría de los países esto está regulado y se paga al desarrollador de la tecnología, pero en Argentina eso no sucede. Consecuencia de esto, la mayoría de las empresas decidieron no seguir invirtiendo en mejoras”, explica.
Por su parte, desde Gensus están trabajando con el INTA y una empresa de edición génica de Rosario, Bioheuris, para desarrollar eventos nuevos y lanzar nuevas variedades de semillas de algodón al mercado.
Además, tejen alianzas con asociaciones, gobiernos e industriales para seguir creciendo y generando empleo. “Argentina tiene la oportunidad de tomar el liderazgo en la producción de alimentos y fibras con valor agregado; vender productos elaborados, terminados. Nuestro desafío es tener una Argentina donde haya más trabajo y posibilidades de desarrollarse personal y profesionalmente. El futuro depende de nosotros mismos”, concluye.