Rodolfo Rivarola, decano del IAE Business School, inauguró el evento con un discurso en el cual destacó el hecho de que el IAE forme parte del 1% de las escuelas en el mundo que cuentan con la "Triple Corona": la acreditación del AMBA, del AACSB y del EFMD. Contó que los acreditadores que vinieron a conocer la institución se sorprendieron por tres factores: la cercanía con el ámbito empresarial, el impacto social de la investigación y que todos hablaran de “transformación” tras su paso por el IAE, tanto alumnos como profesores. En diciembre se confirmará si la escuela mantiene su Triple Corona.
Otra figura de la apertura del Alumni Day fue Wilder Yasci, Alumni PAD 1992, creador de las famosas Essen. Su historia es increíble. “Era músico, tocaba en trenes con mi papá para juntarnos unos pesos para comer. Fue la época de mi vida en la que más agua ahorré: el baño de casa quedaba a 20 metros y usábamos una regadera con un piolín para bañarnos”, relató el emprendedor oriundo de Venado Tuerto.
El padre de Yasci era obrero y fundía aluminio. Él ingresó en la fábrica para administrar a los empleados y se le ocurrió la idea de hacer un producto para vender. Empezaron con quemadores para cocinas a gas y pronto se convirtieron en la primera fábrica de quemadores del país.
Entre los años 65 y 75, Wilder se dedicó a buscar qué otro producto podían fabricar. Así surgió la idea de la icónica cacerola y Wilder se marchó a Buenos Aires para investigar cómo comercializarla. Un experto de una consultora de mercado le dijo que las ollas no iban a funcionar: eran feas, caras y pesadas. Yasci cuenta que se lo encontró 10 años después en Ezeiza, cuando Essen ya era una marca conocida, y el experto le reconoció enseguida: “Me equivoqué, pibe”.
Tras la apertura, llegó la parte más difícil del Alumni Day: tener que elegir una de las cinco pistas en simultáneo para participar, porque todas eran atractivas: Desafío Personal, Creatividad, Inteligencia Emocional, Inteligencia Artificial y Liderazgo.
Nosotros también tuvimos que escoger y por eso hablaremos de tres pistas en los siguientes artículos: Inteligencia Artificial, Liderazgo y Creatividad.
Inteligencia Artificial: la ciencia que dejó de ser ficción
“¿Es una moda sobrevendida o estamos en un cambio de época?”, se planteó Roberto Vassolo, PHD, economista y profesor del IAE, en la apertura de la pista dedicada a la Inteligencia Artificial. Está transformando nuestras vidas de una manera creciente y profunda. Más allá de que no represente una amenaza inminente para la Humanidad, no es menos cierto que no esté acompañada de importantes desafíos que requieran nuestra atención.
“¿Podemos crear superinteligencia manteniendo control? ¿Qué entendemos por inteligencia y por pensar? ¿Cómo hacemos para definir inteligencia artificial si no tenemos una definición clara de inteligencia humana? Es un tema que se viene debatiendo desde hace más de 50 años”, señaló Diego Fernández Slezak, profesor e investigador del CONICET.
Según Alan Turing, podríamos pensar en la IA como algo propio y que exista cuando una computadora pueda disfrazarse de humano. Es decir, cuando pueda hacer tareas como un humano de modo que no nos demos cuenta de si lo que hay del otro lado es una máquina o una persona.
En los últimos 50 años, Fernández Slezak contó que comenzó una carrera en el mundo para alcanzar ese hito. Tres factores se sucedieron: el desarrollo de la velocidad de procesamiento; la memoria de las máquinas, que no solo andan más rápido, sino que recuerdan más; cambiaron los algoritmos, revolucionando la forma en que se procesa esa masividad de datos y apareció un efecto impensado hasta ahora: el deep learning. “Damos los datos al sistema sin ninguna noción de qué ir a buscar y estas redes logran extraer información, infieren, adivinan resultados sin un experto que las oriente”, explicó el experto.
Esto abre el debate de si puede ser peligroso o no. Existen dos bandos: el que cree que es inevitable seguir con el desarrollo de esta tecnología, sin importar lo que pase porque los beneficios son mayores que los riesgos. Y un segundo bando de personas como Elon Musk o Bill Gates que advierten que la IA está tomando un ritmo peligroso y que habría que regularla.
Fernández Slezak contó de las investigaciones médicas en las que se está aplicando la inteligencia artificial. “No vamos a reemplazar a los profesionales, sino a incorporar la IA en sus prácticas. La IA no va a servir para todo. Primero hay que detectar si hay un problema y ver si las herramientas de inteligencia artificial son las adecuadas para resolverlo”, concluyó.
Julián Maggini: “Podemos transformar ecosistemas”
El segundo orador de la pista fue el médico y director ejecutivo de (AI)2, Instituto de Inteligencia Artificial Aplicada de la Universidad Austral: “Estamos en un momento trascendente para la Humanidad: podemos transformar ecosistemas, la ciencia cambió el paradigma y hoy somos transdisciplinarios, y estamos en una lógica de alto impacto”.
Expresó que el objetivo de la investigación en (AI)2 está enfocada en el envejecimiento. Se están haciendo trabajos en edad biológica para predecir patologías relacionadas con envejecer. Añadió que otras aplicaciones de la IA en el área de salud consisten en predecir distintos trastornos y acelerar procesos que normalmente tomarían mucho tiempo, como el desarrollo de fármacos.
Daniel Yankelevich: IA en las aulas
Yankelevich, doctor en informática de la Universidad de Pisa y socio fundador de Practia, contó que está trabajando con el IAE en proyectos de inteligencia artificial aplicada a la educación.
En estos proyectos, el foco está puesto en el proceso pedagógico: el nivel de atención de los alumnos a medida que avanza la clase, quiénes participan y quiénes no, qué emociones y sentimientos predominan entre los estudiantes. “El objetivo es encontrar complementos a la visión del profesor para interpretar qué pasa en el aula. Cómo podemos usar la tecnología para acompañar el proceso pedagógico”, explicó. “No apuntamos a reemplazar a los docentes, sino a dar herramientas que complementen su función. Otro par de ojos en el aula”.
Añadió que la educación a distancia, que hoy consiste básicamente en ver un video, podría ser mucho más interactiva si se aplicara inteligencia artificial. “Sería interesante que pasaran cosas en el intercambio”, comentó.
María Gabriela Ensinck: “Argentina es líder en la región en emprendimientos de inteligencia artificial”
Fiel a su perfil periodístico, Ensinck realizó un breve repaso por todo lo expuesto durante la charla y cerró el panel con datos muy interesantes, cosechados por ella misma para una nota en el diario La Nación.
“Argentina es líder en la región en emprendimientos de inteligencia artificial. Genera negocios por 3 mil millones de dólares anuales y va a ir a 89 mil. ¿Cuáles son los factores que impulsan este desarrollo? El Big Data, la cantidad de datos generados que crece cada vez más; la conectividad, que va a llegar en algunos países a 5G; algoritmos matemáticos que ahora permiten generar escenarios impredecibles; y el abaratamiento del poder de cómputo, que se duplica cada semestre mientras que los costos caen a la mitad. Una tecnología que recién sale es carísima y después se vuelve accesible. El impacto va a estar en todas las áreas”, resumió.
En el estudio de la consultora Everis y de Endeavor citado por Ensinck, la Argentina se destacó por el grado de madurez de las empresas, la cantidad de empleados y el nivel de facturación.
Pero también enfrentamos grandes desafíos, como el déficit de carreras STEM y la escasez de mujeres en estas áreas. “Si la Argentina se sube a esta ola de inteligencia artificial podría aumentar 4 puntos su PBI”, señaló la periodista.
La IA también acarrea planteos delicados que enumeró la experta: ¿se dejaría en manos de un sistema la administración de justicia? ¿Qué va a pasar con los empleos desplazados? ¿Cómo se resolverá el impacto ambiental? “Siempre se ve a las nuevas tecnologías como inocuas. Pero los centros de datos consumen terribles cantidades de energía. Un sistema de IA requiere tanta energía como todo un parque automotor durante un año. Hay que tener en cuenta estos factores”, concluyó.