Adriana Prillo, Alberto Servidio, Francisco Viegener y Alberto Pizzi tienen varias cosas en común. Son profesionales ambiciosos, dedicados a los negocios y que siempre buscan autosuperarse. Sin embargo, una sola cualidad los une por completo: todos pasaron por el Programa de Alta Dirección del IAE en 2011. Y su camada, como tantas otras, comparte una fuerte impronta de networking que los Alumni revalorizan en cada consulta, consejo o contacto a un ex compañero.
Adriana Prillo fue la única mujer entre los más de 30 profesionales que tomaron el programa. Cuenta que estaba buscando embeberse de temas de negocios cuando aplicó para entrar al IAE. “Buscaba adquirir conocimiento sobre frameworks y experiencias exitosas y las no tanto”, dice. Actualmente, es manager de operaciones en el Banco Galicia. Según ella, una de las cosas que la ayudó mucho en el PAD fue sentarse al lado de Pizzi, con quien hoy continúa la amistad. “Con él enseguida tuvimos una muy buena relación. Como suele suceder, no con todos tuve una relación cercana en ese momento”, aclara. Salvo con las tres o cuatro personas con las que Prillo se llevaba más durante la cursada, dice que con el resto de sus compañeros comenzó a relacionarse aún más una vez finalizada la misma. “El networking funciona muy bien”, enfatiza. Incluso, dice que muchos de los alumnis terminaron trabajando juntos: “La relación entre nosotros en general se va fortaleciendo ya que muchos están trabajando con otros. Funciona como un grupo de colaboración, donde cada uno aporta al otro desde su lugar. Sin dudas, el PAD fue una experiencia muy rica”.
El caso de Francisco Viegner, presidente de FV, Ciba, Dos Anclas y Peisa, es aún más concreto: “Hicimos un emprendimiento inmobiliario con la estructura de fideicomiso, está aún desarrollándose”, cuenta, en alusión a otros compañeros del PAD. Y añade: “Con otro comenzamos e introducimos el SAP en la empresa. A otro lo ayude a no tomar la decisión de vender su empresa”. Viegner quiso tomar el PAD cuando ya tenía un puesto de CEO y otro de presidente. Dice que en el IAE se encontró con muchos otros gerentes con problemas de relación corporativa y “de falta de poder real para transformar las cosas de la forma que lo puede hacer un CEO”.
Cuando Alberto Servidio mira hacia atrás afirma que sus expectativas sobre el programa fueron ampliamente satisfechas por el grupo humano que se generó dentro del aula. “Si las expectativas se superaron fue por el hallazgo de un grupo tan extraordinario como éste”, lanza. Y agrega: “Lo académico y cultural fueron coronados por la interacción del grupo”. En este momento, el alumni es accionista de Vice Group Charman, de Gruppe Heinlein, presidente y CEO de Maritima Heinlein y presidente de M Products. En su día a día laboral, cuenta que recurre continuamente al consejo de sus compañeros de camada. “Estamos permanentemente conectados en un grupo de WhatsApp y por e-mail, e interactuamos en distintos tipos de negocios”.
Alberto Pizzi, licenciado en administración de empresas y vicepresidente para latinoamérica de Merisant Company, se introdujo en el PAD “por un tema de actualización empresaria”. Necesitaba alimentar su cabeza con los principales temas ejecutivos. “Antes no tratábamos con millennials, no había impacto digital, eran un montón de cosas las que necesitaba”, detalla. Y con sinceridad, resume que un Programa puede ser mejor o peor “de acuerdo con los compañeros con los que te toque cursar”. En ese sentido, afirma: “En mi caso particular me tocó con gente muy capaz, de posiciones muy altas de dirección, de diferentes industrias que permitieron poder aprovechar el know how del Programa”. Así, relata que con sus ex compañeros se juntan varias veces por año -por lo general una vez cada tres meses- y hasta han pasado las fiestas juntos. Cada vez que se ven, conversan tanto de lo personal como de lo profesional. “Ahora, por ejemplo, yo tuve que hacer una auditoría y un compañero del IAE me recomendó con quién hacerla.” Pizzi explica que el networking se da constantemente y que, en eso, la variedad de profesiones que abundan en las aulas, ayuda. “Hay gente del mercado financiero, de consumo masivo, de petróleo, de automotrices, está bien diversificado”, cuenta. “Según el caso llamo a un compañero determinado, no siempre consulto con los mismos”.
Tanto los argentinos que se fueron al exterior por trabajo como quienes habían venido a la Argentina a cursar el PAD siguen en contacto con los Alumni y materializando el networking. “Desde España, Brasil, México y Alemania se siguen conectando. Nadie salió del grupo, no es que alguno se perdió y no vino más, todos participan”, concluye.