Por Paula Krizanovic.
Los últimos años, con inflación anual de tres dígitos, aumentos de sueldo y caídas en el consumo todos los meses, fueron vertiginosos para las pequeñas y medianas empresas (Pymes).
No todos los indicadores hoy se están estabilizando -el consumo masivo, por ejemplo, en febrero hiló 15 meses a la baja en autoservicios y supermercados según la consultora Scentia- y hay que decirlo también, muchas empresas grandes y pequeñas sucumbieron en este tramo de la última crisis económica que sacude a la Argentina. Cierres de plantas productivas, despidos masivos, falta de pago de sueldos o salidas de compañías que venden sus activos en Argentina, son noticia casi todos los días.
Aún así, en general las perspectivas a futuro son optimistas. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) calcula que Argentina saldrá de la recesión este año, con un crecimiento del 5,7% de su Producto Interno Bruto. Y también las expectativas de contratación, aunque siguen débiles, muestran una mejoría para este año.
En algunos sectores, ya se nota también el cambio de perspectiva de parte de los empresarios Pyme. Un relevamiento realizado por IAE Business School a más de 440 pequeñas y grandes firmas en enero, mostró que el 65% de los líderes empresariales preveía buenos resultados para su empresa en el primer semestre de 2025, el nivel más alto desde el inicio del relevamiento en 2021. En contraste, solo el 4% prevé una desmejora, el porcentaje más bajo de pesimismo registrado.
Y ese cambio de contexto también les está generando a algunas Pymes problemas derivados de los hábitos de "supervivencia" desarrollados en la última década, donde el ritmo de la economía y la coyuntura las tuvo reacomodándose casi frenéticamente. Será cuestión de reaprender maneras de gestionar en un clima de relativamente mayor estabilidad.
Gestionar en la estabilidad
Según la última edición de la Encuesta de Expectativas Pyme de IAE Business School, el 71% de los empresarios Pyme afirmó en enero que a su empresa le estaba yendo mejor que seis meses antes. Este indicador había caído desde 2022 y tocó un piso de 57% en julio de 2024, pero en la última medición muestra una recuperación significativa.
"El sector pyme comienza a dejar atrás la incertidumbre y ve un camino hacia el crecimiento. El desafío ahora es adaptarse a un entorno de mayor competitividad y estabilidad", sostiene Guillermo Fraile, profesor de IAE Business School y líder del relevamiento.
Los empresarios ya tomaron nota de ello. De hecho, en el último trimestre de 2023, el 26% de ellos señalaba los frecuentes cambios de reglas como uno de los principales problemas que las compañías enfrentaban para su desarrollo. En el primer trimestre de 2025, solo el 20% lo mencionó.
Sin embargo, Fraile advierte que "una parte importante del mundo pyme todavía tiene que aprender a trabajar en estabilidad". Aunque este freno al ritmo de los cambios de reglas es algo valorado por los empresarios, también les impone nuevos desafíos: competir con precios estables, con procesos más eficientes y márgenes ajustados es un cambio de paradigma a afrontar.
"Los precios serán más estables en el tiempo y estarán determinados por el mercado. Hasta hace pocos meses, los precios se fijaban en función de los costos; en este nuevo contexto, el desafío para los empresarios pymes será adaptarse a una lógica en la que los precios los define el mercado y hay que evaluar si mis costos permiten que la empresa sea rentable", profundizó Fraile ante la consulta de iProfesional.
"La estabilidad, por sobre todo, demandará un modo de trabajo que fomente en las empresas una sustentabilidad basada en una renta genuina. Los resultados no surgirán de decisiones inmediatas ni de especulaciones derivadas de expectativas de fuertes devaluaciones o cambios en los precios relativos", puntualizó. "La gestión eficiente del capital de trabajo exigirá un mejor manejo de los inventarios y un cuidado especial en las cuentas a cobrar. La obtención de resultados por tenencia será una excepción y dependerá más de cambios en la economía global que de la macroeconomía local," amplió el profesor de IAE Busines School.
A la vez, mencionó que en este nuevo contexto, es posible que la reducción de inventarios no se traduzca en una mayor liquidez financiera, ya que la estabilidad podría llevar a una extensión de los plazos de cobranza, dado que la exposición de las cuentas a cobrar a la inflación se reducirá significativamente.
De la misma manera, Alejandro Melamed, speaker internacional y director en Humanize Consulting, consideró que las Pymes que hayan atado demasiado la estrategia de personal a esa lógica de inflación frenética, también deberán reaprender a dejar de lado esa lógica transaccional de motivar desde los aumentos de sueldo, y pasar a explorar también otros ejes.
"El tema central es revisar la propuesta de valor al empleado integral. En momentos de estabilidad, las propuestas que se destacan son las que tienen una significatividad en cuanto a lo que es atracción y fidelización del talento. En general, las empresas que trabajan por la motivación económica y que utilizan como escudo la inflación, escoden una falta de creatividad a la hora de ofrecer una alternativa para que cada colaborador libere su potencial y ofrezca su mejor versión", le dijo a iProfesional también el autor del libro Liderazgo+Humano (Paidós 2025).
En ese marco, aconseja trabajar en esta etapa de mayor estabilidad, otros aspectos que no hacen a lo directamente económico, como la calidad de vida, el desarrollo de carrera, la identificación cultural, los equipos y proyectos realmente apasionantes. "Fundamentalmente, identificar actividades y cuestiones que motivan a los colaboradores de manera definitiva, como los temas sociales, el impacto real y el propósito", sugirió.
Cuentas pendientes en el corto plazo
Como sugiere en su último libro, para Melamed el principal error que las empresas se enfoquen en tener un vínculo estrictamente transaccional con los empleados, donde una mayor productividad y exigencia va atada necesariamente a una mayor retribución económica: "Hay que romper ese circuito y empezar a pensar un concepto de valor donde ambas partes sientan que están impactándose mutuamente, generando así un potencial superior en conjunto."
De la misma manera, el consejo de Fraile a los empresarios Pyme fue: "Cuide a sus talentos. En el mundo pyme, el conocimiento debe desarrollarse rápidamente para enfrentar los nuevos desafíos, y los equipos de trabajo deben estar altamente coordinados. La captación y retención de talento es uno de los mayores problemas que enfrentan hoy los empresarios pymes, especialmente en la búsqueda de cubrir puestos clave."
La otra clave que ambos expertos apuntaron es empoderar a los mandos medios, y darles las herramientas y capacitación necesaria para gestionar los equipos en este entorno de mayor estabilidad.
"Es fundamental que los problemas de productividad se resuelvan lo más cerca posible de los puntos donde surgen los desafíos de mejora. La subsidiariedad será clave para el crecimiento de la organización y su competitividad en un mercado donde la competencia será cada vez más internacional y menos local", sugirió Fraile.
Por último, propuso fomentar "estructuras organizacionales innovadoras y flexibles". "No tema adoptar modelos organizativos más ágiles, matriciales o basados en células de trabajo, que favorezcan la interacción constante entre áreas y promuevan el aprendizaje continuo. Lo importante no es solo cambiar, sino aprender a cambiar."
Fuente/Copyright: Paula Krizanovic - IProfesional