En el marco de la campaña «Mi familia, mi mejor equipo» del Centro CONFyE de IAE Business School, el profesor Rodolfo Rivarola conversó con Juan Martín Fernández Lobbe, actual entrenador asistente de Los Pumas, sobre las lecciones que ha aprendido a lo largo de su carrera como jugador y entrenador, y sobre cómo estos aprendizajes pueden aplicarse al ámbito empresarial.
La importancia de la unidad y la confianza
Juan Martín Fernández Lobbe destacó que uno de los aprendizajes más valiosos que le dejó su carrera deportiva es el papel crucial que juega la unidad del equipo frente a momentos de crisis. En su experiencia, las dificultades, como las lesiones o las derrotas, son inevitables, pero lo que marca la diferencia en esos momentos es la capacidad del grupo de mantenerse unido y confiar en el proceso. «Los equipos que logran superar las crisis son los que saben que, aunque cada miembro enfrente sus propios problemas, la unidad es lo que los llevará adelante», explicó.
Este concepto, según Fernández Lobbe, es fundamental no solo en el deporte, sino también en las empresas. La clave es confiar en el trabajo en equipo, en el proceso colectivo, y no dejarse desmoronar por los problemas individuales. “El equipo tiene que saber decirse las cosas y, al mismo tiempo, confiar en lo que hace cada uno”, comentó.
Convicción y flexibilidad: una combinación ganadora
Al referirse al Mundial de Rugby 2007, el entrenador destacó cómo el equipo, a pesar de la presión externa y las dificultades, mostró una convicción inquebrantable. La flexibilidad también fue clave en ese proceso. Según Fernández Lobbe, el equipo fue capaz de adaptarse rápidamente a nuevas circunstancias, cambiando jugadores de posición y ajustando estrategias para maximizar sus posibilidades de éxito. Esta capacidad de adaptación a pesar de las dificultades externas es algo que también puede aplicarse al mundo empresarial, donde los líderes deben tener la flexibilidad de modificar estrategias sin perder de vista la visión a largo plazo.
El poder del diálogo en los equipos
A lo largo de su carrera, Fernández Lobbe aprendió que uno de los pilares de un equipo exitoso es la comunicación. En sus primeros años, Fernández Lobbe admitió que no era tan abierto al diálogo y prefería callarse cuando algo lo inquietaba. Sin embargo, con el tiempo comprendió la importancia de expresar las ideas y preocupaciones dentro del grupo. «Los equipos más exitosos en los que estuve tenían un nivel de diálogo abierto que permitía que cada jugador pudiera compartir sus pensamientos y preocupaciones», explicó.
Este enfoque de comunicación abierta y constante es también fundamental para las empresas, donde las decisiones se enriquecen al considerar las diferentes perspectivas de todos los miembros del equipo. Fernández Lobbe afirmó que, como entrenador, no solo escucha a los jugadores, sino que también se muestra vulnerable y dispuesto a aprender de ellos: «No tengo vergüenza de pedir ayuda cuando la necesito, porque sé que escuchar a los demás me ayuda a tomar decisiones más acertadas».
Desafíos y crecimiento personal
Uno de los desafíos más importantes para un entrenador es lograr que los jugadores den lo mejor de sí mismos. Fernández Lobbe explicó que, para ayudar a un jugador a alcanzar su máximo potencial, es necesario desafiarlo de manera constante, pero también ser consciente de su proceso y apoyarlo. Según Fernández Lobbe, los jugadores deben sentir que el entrenador confía en ellos y está dispuesto a ayudarlos a superar sus limitaciones. «Cuando un jugador quiere ir más allá de sus propios límites, uno tiene que estar dispuesto a entregarse al 100% para ayudarlo a alcanzar ese potencial», subrayó.
El rol fundamental de la familia
Finalmente, Fernández Lobbe destacó el rol fundamental que juegan las familias tanto en el deporte como en la vida profesional. A lo largo de su carrera, tanto como jugador como entrenador, ha experimentado la importancia del apoyo familiar en momentos de frustración o dolor, como cuando se sufrió una lesión o una derrota. Para el entrenador, la familia brinda una contención emocional esencial. Comentó que, al volver de una derrota o de una lesión, el simple abrazo de un hijo o una conversación con un ser querido los ayudaba a desconectar y poner las cosas en perspectiva.
Este apoyo es similar al que experimentan los colaboradores de las empresas cuando enfrentan momentos difíciles. La familia no solo ofrece apoyo emocional, sino también un recordatorio constante de lo que es importante, ayudando a mantener el enfoque y la motivación.
A través de su experiencia como jugador y entrenador de Los Pumas, Juan Martín Fernández Lobbe ha aprendido que el éxito en cualquier ámbito, ya sea deportivo o empresarial, depende de la unidad, el diálogo abierto, la confianza en el proceso y la flexibilidad para adaptarse a nuevas situaciones. Estos principios, junto con el apoyo constante de la familia, son fundamentales para superar las adversidades y alcanzar el éxito a largo plazo.
Fuente/Copyright: IAE Business School