Seguinos en

TN

Paraguay alcanzó el grado de inversión de Moody’s: cuando la estabilidad macro da sus frutos

La deuda emitida por el país vecino tiene un riesgo crediticio relativamente bajo en comparación con otras naciones países. El anuncio era esperado por el sector empresarial y político paraguayo.
Publicado lunes 5 de agosto

Hace pocos días, la calificadora de riesgo Moody’s le otorgó a Paraguay el tan anhelado grado de inversión , un anuncio esperado en el sector empresarial y político del país gobernado por Santiago Peña. Esto significa que la deuda emitida por Paraguay tiene un riesgo crediticio relativamente bajo en comparación con otros países.
En otras palabras, los mercados internacionales de capitales ahora consideran que la probabilidad de que un acreedor que presta dinero en Paraguay y no sea devuelto, es muy baja. Técnicamente, la deuda paraguaya pasó de Ba1 a Baa3 .
En la categoría Ba, la deuda tiene elementos especulativos y se considera que el riesgo crediticio es considerable , mientras que en Baa el riesgo crediticio es moderado . Por ejemplo, la de Argentina está en la categoría Ca, es decir, su deuda se considera altamente especulativa y en una situación cercana al incumplimiento.
En la práctica, este reconocimiento explícito del reducido riesgo crediticio de Paraguay ya podía apreciarse en el riesgo país , que desde hace tiempo está en valores muy similares a los de Chile, Perú y Uruguay, que se encuentran por debajo de los 200 puntos. Por lo tanto, la decisión de Moody’s probablemente no reduzca mucho más el costo del financiamiento externo, pero sin dudas contribuirá a aumentar la cantidad de capitales que ingresen al país vecino.
Los dólares que potencialmente ingresen a Paraguay pueden estar destinados a la compra de activos financieros o a financiar inversiones reales . Como resultado, la tasa de inversión -que en 2023 estaba en un 22% del PBI- podría aumentar. La evidencia internacional muestra que la tasa de crecimiento de un país es sensible a los cambios en la calificación de su deuda: a mejor calificación, más crecimiento a largo plazo. No hay razones para pensar que Paraguay pueda ser la excepción.
El caso paraguayo confirma que, tarde o temprano, la estabilidad macroeconómica rinde sus frutos. En 2023, la economía paraguaya creció un 4,5% y para este año y el próximo, se proyecta un número cercano al 4% . En 2023, la inflación fue inferior al 4% y la tasa de desempleo fue apenas superior al 6%.
La deuda pública fue equivalente a sólo el 40% del PBI y el saldo de cuenta corriente fue superavitario. Estos números serían suficientes para captar la atención de los inversionistas extranjeros. Pero haber alcanzado el grado de inversión no es el resultado de estos números, sino de lo que Paraguay viene haciendo desde hace tiempo.
Con poco más de 7 millones de habitantes, el PBI es de US$44.000 millones aproximadamente. En 1980, era de 4000 millones de dólares y en el 2000 era de US$8800 millones. En términos reales o guaraníes constantes, la producción aumentó casi un 50% con respecto a 2000 y un 264% con respecto a 1980.
La tasa de crecimiento promedio entre 2003 y 2023 fue cercana al 4% anual. La inflación, que había se había acercado al 15% en 2002, siguió una trayectoria descendente casi ininterrumpida y su promedio para 2003-2023 fue levemente superior al 5% anual.
Como resultado de este crecimiento, el desempleo nunca superó el 10% desde 2002. El resultado fiscal primario fue prácticamente neutro en promedio para esos años. Y de modo subyacente, la estabilidad y la previsibilidad de su política económica han sido determinantes para lograr estos resultados.
Adicionalmente, Paraguay es una de las economías más abiertas de la región: su comercio internacional equivale a un 70% de su PBI. A nivel financiero, su nivel de apertura es medio (más que Brasil, Argentina y Colombia, pero menos que Chile, Perú y Uruguay), lo cual le permite recibir financiamiento externo con fluidez y, al mismo tiempo, mantener un nivel de independencia razonable para reducir la vulnerabilidad ante shocks externos.
También hay debilidades. La economía paraguaya no escapa a una característica común a la mayor parte de las economías de la región: su alta dependencia con respecto a los precios internacionales de los commodities. En otras palabras, continúa siendo una economía relativamente poco diversificada.
La soja y sus derivados, la carne, la energía eléctrica y las reexportaciones explican una proporción muy significativa de sus ventas al mundo. Como resultado de esta dependencia los números macroeconómicos fueron, en general, mejores entre 2003 y 2010 que desde 2011. Esto se observa no sólo en el crecimiento del PBI sino también en el empleo, en el saldo de cuenta corriente y en el resultado fiscal.
Si bien es cierto que los números actuales siguen figurando entre los mejores de la región, también lo es que algunos de ellos han mostrado en los últimos años un cambio de tendencia que requiere atención. Por ejemplo, la deuda pública alcanzó el 40% del PBI en 2023, muy por debajo del promedio regional, pero a comienzos de la década de 2010 era la cuarta parte (10% del PIB).
De todos modos, la política económica se ha utilizado de modo racional y equilibrado. El tipo de cambio nominal se apreció en la década de 2000 y se depreció luego para asegurar la estabilidad del tipo de cambio real. La ausencia de presiones fuertes sobre el guaraní permitió al Banco Central aumentar su stock de reservas de modo casi ininterrumpido.
La inversión es gasto privado y público que aumenta el stock de capital de la economía. De todo el crecimiento de Paraguay en las últimas décadas, la acumulación de capital explicó casi un 30% en 2001 – 2010 y más de un 50% en 2011 – 2022. Pero a pesar de ello, el stock de capital por trabajador permanece muy por debajo de Chile, Argentina y Brasil, y levemente por debajo de Perú y Colombia.
Por esto mismo, el grado de inversión es una gran noticia para Paraguay. Ahora se trata de lograr que los nuevos capitales fluyan hacia sectores estratégicos y que, de este modo, generen más empleo y más crecimiento. Lograr la estabilidad macroeconómica fue el primer paso. Entonces, hay que sostener el crecimiento y asegurar que sus beneficios se perciban en toda la sociedad paraguaya.

Fuente/Copyright: TN.com.ar