La inflación y la recesión son las principales preocupaciones de los argentinos, según un ranking global publicado por el Foro Económico Mundial (WEF, según su sigla en inglés).
Se trata de una de las pocas referencias del “The Global Risks Report 2024″ elaborado por las aseguradoras Marsh y Zurich para el WEF, con la participación de 1.500 expertos.
Martín Calveira, economista del IAE de la Universidad Austral, es parte del equipo liderado por Eduardo Fracchia, que participó de este relevamiento.
En diálogo con Infobae, Calveira explicó que los resultados del 2023 -último año de la presidencia de Alberto Fernández, con notable influencia de la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner y su último ministro de Economía, Sergio Massa-, publicados este año, muestran similitudes con el resto de la región, aunque con matices.
“Lo más importante que se percibe es la inflación, el segundo es la recesión o una crisis económica, el tercero problemas con el pago de la deuda pública, el cuarto es erosión de la cohesión social y el quinto es la desigualdad, ya sea de nivel de riqueza o de ingresos”, precisó el economista.
“En el caso de Argentina el sesgo está claramente en la crisis económica y en la crisis de credibilidad de la política económica y el sistema político en general”, destacó.
“La inflación claramente es un problema que nos quema desde hace mucho tiempo y la diferencia que hay respecto a Colombia, Brasil y Chile es que acá aparece deuda pública y en esos países no aparece como preocupación. Pero en líneas generales estos primeros 5 factores son, por así decirlo, un común denominador de la región”, afirmó el economista del IAE.
“La cohesión social es un factor que ya hace 2 o 3 años se discute mucho en el foro, donde se plantea que se puede tener una buena política económica sustentable, saludable y de estabilidad, pero por otro lado hay que generar confianza y en definitiva, la cohesión y el acompañamiento de la sociedad”, resaltó Calveira.
El informe del WEF analiza los riesgos mundiales “a través de tres marcos temporales para ayudar a los responsables de la toma de decisiones a equilibrar las crisis actuales y las prioridades a más largo plazo”.
Aspectos globales.
En 124 páginas, se analizan los principales riesgos globales de la actualidad y los que pueden presentarse en la próxima década, “en un contexto de cambios geoestratégicos, climáticos, tecnológicos y demográficos, profundizando en cuatro perspectivas de riesgo específicas”.
“La información errónea y la desinformación son los mayores riesgos a corto plazo, mientras que el clima extremo y el cambio drástico de los sistemas terrestres son la mayor preocupación a largo plazo”, según el Informe de Riesgos Globales 2024.
“El informe concluye considerando enfoques para abordar aspectos complejos y no lineales de los riesgos globales durante este período de fragmentación mundial.
Respecto de 2023, “poblaciones vulnerables se enfrentaron a conflictos mortíferos, desde Sudán a Gaza e Israel, junto con temperaturas récord, sequías, incendios forestales e inundaciones”.
“El descontento social era palpable en muchos países, con ciclos de noticias dominados por la polarización, las protestas violentas, los disturbios y las huelgas. Aunque se evitaron en gran medida consecuencias desestabilizadoras a escala mundial, como las que se observaron en el estallido inicial de la guerra entre Rusia y Ucrania o la pandemia Covid-19, las perspectivas a más largo plazo de estos acontecimientos podrían traer nuevas conmociones mundiales”.
“Las perspectivas son notablemente más negativas en el horizonte temporal de 10 años, y casi dos tercios de los encuestados prevén un panorama tormentoso o turbulento. En el informe de este año, contextualizamos nuestro análisis a través de cuatro fuerzas estructurales que configurarán la materialización y la gestión de los riesgos mundiales durante la próxima década”, explicó Martín Calveira.
“Se trata de cambios a largo plazo en la disposición y la relación entre cuatro elementos sistémicos del panorama mundial: trayectorias relacionadas con el calentamiento global y las consecuencias conexas para los sistemas terrestres (cambio climático); cambios en el tamaño, crecimiento y estructura de las poblaciones de todo el mundo (bifurcación demográfica)”, afirmó el economista.
En cuanto a las vías de solución de estos problemas, del sondeo de opinión surgió que “los caminos individuales hacia la prosperidad económica también podrían divergir debido a estas transiciones económicas gemelas, perpetuando las brechas tecnológicas, educativas y sociales”.
Perturbación inminente
“En ausencia de políticas eficaces que fomenten la reconversión profesional, junto con la movilidad laboral y social, el acceso a las oportunidades de ingresos se reducirá para un segmento cada vez mayor de la población mundial, creando bolsas de desempleo y dificultades económicas que afectarán por igual a los trabajadores sin y con calificación”, alertó el informe.
“Esta perturbación es inminente, pero puede tomar por sorpresa a los trabajadores. Por ejemplo, cuatro de cada 10 ejecutivos creen que la IA provocará pérdidas netas de puestos de trabajo este año, en comparación con sólo uno de cada 10 empleados”, advirtió el estudio.
“Los trabajadores nacionales se enfrentarán a obstáculos para satisfacer la demanda de empleo en los próximos dos años. Los encuestados de numerosos países seleccionaron tanto el desempleo como la escasez de mano de obra en sus 10 primeros puestos. Se trata de países de renta alta, media-alta y media-baja, como Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Qatar, Turquía, Sudáfrica, Australia, Brasil y Argentina”, estimó el estudio.
Fuente/Copyright: Martín Kanenguiser