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Clarín

Iniciativas que reducen la huella de carbono y consiguen dólares

Aditivos para biodigestores, envases reutilizables, servicios y alimentos: cuatro startups locales del sector “climate tech” que están saliendo al mundo.
Publicado lunes 5 de febrero

Por Hernán Murúa

El calentamiento global generado por las emisiones de dióxido de carbono representa una amenaza global. Una de las grandes auditoras a nivel mundial, PwC, sostiene que el mundo necesita reducir sus emisiones de dióxido de carbono siete veces más rápido que la tasa actual, para limitar el calentamiento a 1,5 grados centígrados por encima de los promedios preindustriales.

Fue a partir de esa necesidad global de reducción de los gases de efecto invernadero que comenzó a ser utilizada la expresión “climate tech”, que se refiere a los productos y servicios que ayudan a reducir las emisiones de dióxido de carbono, o bien aportan distintos tipos de soluciones para abordar la crisis climática.

Bajo el paraguas de climate tech confluyen tanto las distintas tecnologías de movilidad sustentable como las de captura y almacenamiento de carbono, así como todo tipo de soluciones vinculadas a las energías renovables, agricultura de precisión y hasta edificios inteligentes.

En la Argentina son variadas las propuestas de startups dirigidas a este sector. Un ejemplo es el de Kigüi.

Con operaciones en la Argentina y México, se trata de una plataforma que incentiva a los consumidores a comprar alimentos próximos a caducar mediante el reintegro de parte de la compra o cashback (en México, hoy su principal centro de operaciones, le ofrecen al consumidor recuperar hasta 60% del precio).

“Esto reduce parte del enorme desperdicio de alimentos en la cadena de suministro, los costos asociados y la emisión de dióxido de carbono y metano. Nuestro enfoque busca mitigar el impacto ambiental de las empresas”, dijo Mauricio Kremer, especialista en administración de empresas agropecuarias, CEO y cofundador de la iniciativa junto con Maximiliano Dicranian.

Los ingresos de Kigüi provienen del propio cashback, de una comisión por producto rescatado y de un abono mensual por el uso del Software como Servicio (SaaS).

Con ese modelo, detalló Kemer, en 2023 alcanzaron una facturación de 120.000 dólares, con un 90% correspondiente al mercado mexicano. “Trabajamos con marcas líderes, como Bimbo, Danone e Ilolay, y con cadenas de supermercados, como ChangoMás”, puntualizó el emprendedor.

Fundado en 2021, Kigüi comen zó como parte de la maestría en Negocios que los futuros socios estaban cursando en el IAE Business School de la Universidad Austral, en 2020. Al año siguiente, lanzaron el proyecto como un emprendimiento destinado desde el inicio a ofrecer a las empresas una reducción de lo que se denomina “desperdicio de inventario”.

El emprendimiento captó ya un desembolso pre-semilla de 600.000 dólares, el 40% del cual se destinó al desarrollo de tecnología de inteligencia artificial para el procesamiento de imágenes y datos.

En este momento tienen en proceso una “ronda semilla” para captar nuevas inversiones, con intervención de AWS Impact Accelerator, la aceleradora de startups de Amazon Web Services, junto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la ciudad de Córdoba.

Esta ronda apunta a financiar el ingreso de Kigüi al mercado estadounidense, donde un potencial competidor anunció su oferta pública de venta (IPO) meses atrás.

Se estima que el mercado global de desperdicio de alimentos alcanza los 104.000 millones de dólares, según datos aportados por el emprendedor que incluyen solo a las veinte principales compañías multinacionales.

“La realidad es que podría rondar los 130.000 millones.

Con lo que se desecha en supermercados, se podría alimentar a toda la población de un país como los Estados Unidos durante un año”, subrayó Kremer.

* Fragmento extraído de nota en Clarín, suplemento de Economía.