Hay muchas expectativas hacia el inicio de esta nueva Administración.
Javier Milei ha defendido medidas a tomar en la campaña y es la hora de ver si van a ser aplicadas. Hay temas que van y vienen tal como la dolarización, que todavía no se ha aclarado en cuanto a los tiempos y modos de implementación. La falta de definición de quien está a cargo de los temas explica la incertidumbre reinante.
Lo que está claro es que viene una política de shock. No hay margen para el gradualismo, que requiere financiamiento y otros tiempos de ejecución. La herencia es crítica y debe encararse cuanto antes un plan de estabilización para disminuir la inflación crónica.
La secuencia de las medidas no es neutral. Se aconseja comenzar por el frente fiscal para pasar después al monetario, y al cambiario en último término.
Milei ha sido claro últimamente en que lo prioritario es atacar el problema de las LELIQ. Estas letras, sucesoras de las LEBAC, que nacieron en enero de 2018, tienen el objetivo de esterilizar; esto es, moderar la base monetaria.
Los plazos fijos que reciben los bancos son canjeados por LELIQ, que forman parte de los activos de las entidades.
El sistema financiero tiene pocos créditos en relación al activo, las letras dominan el panorama del negocio bancario. Son títulos que devengan intereses, y se va ampliando así el llamado déficit cuasifiscal, que equivaldría a casi 10% del PIB.
Milei considera que si no se soluciona este tema hay riesgo de hiperinflación.
Después de ordenar este foco se puede pensar en salir del cepo y plantear una unificación cambiaria con un solo dólar que termine con el caos de tantos tipos de cambio.
Esta visión de las LELIQ como problema central contrasta con otras perspectivas, como la del economista Ricardo Arriazu, quien argumenta que el tema es manejable. A veces se dice que, si la tasa de interés es menor a la de inflación, no hay riesgo de descontrol. Se piensa que si se recrea la demanda de dinero el tema se va encaminando a una solución.
El nuevo Presidente considera también que es clave bajar el déficit fiscal para apuntalar el rescate de Letras del Banco Central. El déficit cuasifiscal está relacionado con el déficit fiscal. Este año el déficit primario estará cerca de 3% del PIB.
El nominado ministro de Economía, Luis Caputo, postula una solución de mercado obteniendo fondos para el rescate de las LELIQ a partir de un canje con bonos de mayor plazo y menor tasa de interés. Actuarían como contraparte de recursos de YPF y de ANSES. La idea de Caputo es diferente a la de Emilio Ocampo y de Nicolás Cachanosky en el libro de ellos sobre dolarización.
Luego de esta medida prioritaria está la reducción del déficit fiscal.
Al principio, Milei hablaba de 15 puntos del PIB, algo imposible porque el gasto de la administración central es de poco más de 20% del producto.
Se piensa en reducir subsidios vía incrementos tarifarios. También, en atacar el desajuste de las empresas públicas, la gran mayoría deficitarias con excepciones como el caso de ARSAT.
En el caso de YPF se plantea la privatización luego de una puesta en valor. Con Aerolíneas se postula eficiencia y cederla a los empleados.
El déficit del conjunto de las empresas públicas, que emplean a 100.000 personas, es de 1 punto del Producto.
Por otra parte, en una medida por demás polémica se quiere evitar el gasto estatal en obra pública yendo a un esquema de PPP a la chilena.
Estas medidas de ajuste fiscal desafían la gobernabilidad en la calle y en el Congreso, donde La Libertad Avanza está en franca minoría. Es clave sostener la política pública de esta fase inicial buscando consensos con otras fuerzas políticas, como la del PRO.
PRECIOS RELATIVOS Y DÓLAR. No ha habido detalles del plan de estabilización, pero un plan semejante requiere la corrección de los precios relativos sumado al ajuste fiscal. La inflación será muy elevada en el primer semestre y luego, si el plan es exitoso, puede ceder. Coincide con el período de mayor tensión con caída del salario real y, si no se implementa adecuadamente, hay riesgos de un Rodrigazo. Milei ha dicho muchas veces que la inflación comienza a bajar a valores interesantes recién a los 18 meses.
La salida del cepo y la unificación cambiaria constituyen otro gran desafío. Puede ser que se plantee primero un doble mercado cambiario con un dólar oficial y otro financiero libre, con brecha más reducida. Pareciera que la dolarización es parte de la agenda, pero hacia la segunda parte del gobierno junto con la supresión del Banco Central, aunque todo eso permanece en suspenso.
El éxito en las primeras medidas que impulse el Milei es clave para el sendero de reformas posteriores.