“Su testimonio no es el único. Estamos en un contexto que no ayuda.” dijo Debeljuh al escuchar al oyente y explicó que uno tiene que ser protagonista del cambio que uno quiere ver en el mundo. Esto sería, por ejemplo, trabajar puertas adentro teniendo conversaciones con nuestros hijos cultivando valores en el seno de la nuestra familia, van a ser el mejor antídoto para salir después a vivir en sociedad y hacerle frente.
También, habló de la sensación del tironeo de trabajo y sus demandas del día a día dejando dos consejos: tener claro el propósito de su vida y una escala de valores y saber cuáles son las motivaciones por las cuales uno trabaja. Después, expuso su opinión respecto a cuanto uno tarda en darse cuenta del tironeo, que uno no puede recuperar el tiempo para atrás, pero sí para adelante y que nunca es tarde.
Por último, reflexionó “Ojalá viviéramos en un país donde no tuviéramos estas variables económicas que nos condicionan mes a mes. Pero, hasta que esto no cambie, uno dice, ¿cómo me protejo ante este contexto? Y de vuelta, uno ante las crisis se refugia en sus seres queridos. ¿Dónde pasamos la pandemia? ¿Dónde nos refugiamos ante un virus desconocido que nos amenazaba a nivel global? En el seno de nuestras familias. La familia siempre es ese gran colchón donde amortiguamos todas nuestras tensiones, problemas y donde también tenemos que aprender a estar por encima de esas situaciones que son incontrolables y que de alguna manera no pueden condicionarnos, porque salieron o no depende de nosotros cambiarlo.”