Los más cercanos al oficialismo proyectan una tendencia a la baja a partir de septiembre, en tanto desde la vereda de enfrente alertan sobre una espiralización inflacionaria.
El salto inflacionario de agosto que llevó al índice general de precios al 12,4% mensual y el aumento brutal de los alimentos del 15,6%, abrió un debate entre los economistas sobre la posibilidad que la Argentina haya ingresado en un nuevo régimen inflacionario de dos dígitos mensuales.
Hernan Letcher, director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) y uno de los economistas favoritos de Cristina Kirchner, afirmó a LPO que «la devaluación de 22% del impuesta por el FMI, tuvo sensible impacto sobre precios, además hizo lo propio la aplicación del Impuesto País, también impuesta por el FMI el pasado 22 de julio, y la implementación del dólar maíz, pegó sobre el precio de la carne, incrementando sus valores al 20% en el Mercado de Hacienda y mostrador a finales de julio».
Para Letcher otro componente relevante en la escalada de precios fue que la especulación financiera. «Existe una vinculación con la evolución del dólar blue; el precio de un producto como la carne se dolarizó y quedó absolutamente disociado de la evolución de la oferta», sostuvo. «Las medidas forzadas por el FMI fueron acompañadas por abusos oligopólicos», agregó.
Es posible identificar la especulación
Respecto a lo qué se puede esperar para septiembre, Letcher advirtió con leve optimismo que es posible identificar que «la especulación que se observó en agosto se mantuvo en la primera semana de septiembre; pero en la segunda semana se moderaron los incrementos. Adicionalmente, luego de la devaluación, el Gobierno acordó ajustes mensuales del 5%».
Creemos que la economía entro en un régimen de inflación de dos dígitos mensuales. Puede ser que el ancla cambiaria sirva transitoriamente y que en octubre caiga un poco. En septiembre la seguimos viendo alta.
En la vereda de enfrente, Martin Rapetti fundador junto a Diego Bossio de la consultora Equilibra, ofreció proyecciones en sentido opuesto. «Nosotros creemos que la economía entro en un régimen de inflación de dos dígitos mensuales. Puede ser que el ancla cambiaria sirva transitoriamente y que en octubre caiga un poco. En septiembre la seguimos viendo alta. Hasta que no haya un plan de estabilización, seguiremos así y es muy probable que en diciembre y enero la inflación se acelere todavía más», afirmó Rapetti a LPO.
En el mismo sentido Sebastian Menescaldi, economista en jefe de EcoGo, consultora que preside Marina Dalpoggetto, afirmó a LPO:
«En los procesos pasados, cada salto de la brecha estableció un nuevo piso de la inflación. Cada nuevo proceso tenía un horizonte largo y anclas que permitían contener la espiral inflacionaria. Ahora, cerca de un proceso eleccionario disruptivo y de cortísimo plazo, faltan anclas para contener la nominalidad con lo cual la volatilidad es elevada y no podemos asegurar un camino estable para los precios de corto plazo y existe algún riesgo de que la nominalidad escale».
Respecto a lo que resta del año, el economista Martín Calveira del IAE Business School afirmó a LPO que «el desempeño irá en la misma dirección, no se espera una inflación descendente, más aún se proyectan mayores impulsos en la medida que la política fiscal continúe con un sesgo expansivo».
«El deterioro del frente fiscal persistirá ante la búsqueda del gobierno en la obtención de un mejor resultado electoral y esto se traduce en una política fiscal expansiva tendrá efectos negativos», agregó Calveira.
Por el contrario, Federico Zirulnik, economista del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO), afirmó a LPO que «no necesariamente estamos ante una espiralización inflacionaria».
«De hecho, creo que esta vez la inflación de septiembre va a ser menor que la de agosto porque lo que provocó el salto en el nivel de precios fue la devaluación, y fijar el tipo de cambio funciona como ancla», agregó Zirulmik.
Fuente: LPO