De acuerdo a los datos difundidos por el INDEC, la actividad acumuló en mayo dos meses consecutivos con variación negativa. El impacto de la sequía continuará afectando a los indicadores de los meses siguientes, por lo que las consultoras estiman también una nueva contracción para el dato de junio, que se conocerá este miércoles.
Hacia adelante, las perspectivas no son alentadoras. Es que los analistas alertan que la devaluación, sumada a la incertidumbre y la elevada inflación, podrían impactar en la economía durante el segundo semestre.
Este miércoles el INDEC dará a conocer el EMAE de junio. Al proyectar qué puede observarse en este indicador, desde la consultora LCG analizaron: “Sectores clave como Industria y Construcción se contrajeron 1,3% y 1,5% mensual desestacionalizado, respectivamente. En contraposición, indicadores del consumo tuvieron un comportamiento dispar: IVA DGI y Préstamos con tarjeta de crédito crecieron 6% y 1% mensual desestacionalizado, mientras que la importación de bienes de consumo se contrajo un 3% mensual”.
“Por su parte, la actividad del consumo minorista (CAME) marcó una suba leve de 0,3% mensual. En síntesis, esperamos que en junio la actividad económica continúe con la dinámica contractiva, en torno a un 0,5% mensual. En términos anuales significaría una caída del 1,7%”, resaltaron desde LCG.
En tanto, el Índice General de Actividad de la consultora Orlando Ferreres presentó una caída de 4,4% interanual en junio, mientras que la medición desestacionalizada se contrajo 0,5% frente a mayo.
“El arrastre negativo lo explican desde luego los números que está registrando la actividad agrícola; tanto es así que, con excepción del agro, todos los sectores de la actividad anotaron una variación anual superior al nivel general. De todas maneras, la industria y el comercio también muestran en junio una aceleración en la contracción de su actividad, reflejando el enfriamiento general de la marcha económica”, explicaron desde Ferreres.
Impacto de la devaluación
La devaluación posterior a las PASO y la volatilidad de los tipos de cambio alternativos, sumado a una mayor inflación esperada en la segunda parte del año, tendrá también un impacto en los niveles de actividad económica.
Así lo señalaron desde la consultora Equilibra: “Tras la devaluación post Paso 2019, el nivel de actividad retrocedió casi 4% en términos desestacionalizados entre julio y fines de ese año. Si ocurre algo similar, el PBI caerá en promedio 3,0% en 2023 (pre-PASO esperábamos contracción anual del 2,5%)”.
“El panorama para la actividad económica se deteriora luego de la depreciación del tipo de cambio y el inicio de ajustes masivos en los precios de bienes y servicios de la economía. El sesgo contractivo de estos eventos se traducirá en mayor recesión y, potencialmente, un nuevo mínimo de inflación mensual. Así, las decisiones de precios, consumo e inversión naturalmente se coordinan hacia un equilibrio negativo y divergente con la recuperación y la estabilización”, sostuvo por su parte Martín Calveira, economista investigador del IAE Business School.
“A su vez, el nivel de incertidumbre en una economía con desequilibrios persistentes, afectan el crecimiento a pesar del intento de impulsos de corto plazo. Esto expone a la actividad hacia una dinámica contractiva que potencialmente se puede acentuar en el segundo semestre del año como consecuencia de evitar correcciones en un año de elecciones presidenciales”, resaltó Calveira.
La aceleración inflacionaria y el salto de los dólares alternativos conspira contra el crecimiento del consumo, de marcada preponderancia en el PBI. “La pérdida de poder adquisitivo de nuestra moneda la estamos viendo en parte porque la gente está huyendo del peso y otra parte porque el Banco Central está emitiendo mucho. También hay una parte que tiene que ver con la huida de los ahorros de los argentinos, que se dolarizan y esas divisas se van bajo el colchón. Pero eso quiere decir que se está desfinanciando la demanda interna, con lo cual eso hace caer el consumo y la inversión”, analizó al respecto Aldo Abram, Director ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso.
“Creo que lo que veníamos viendo como recesión se va a profundizar, hasta tanto surja alguna tranquilidad, que la pueden dar los candidatos presidenciales, entre otras cosas. Como también los resultados electorales. La clave es cuánta más percepción de riesgo vamos a tener: a mayor percepción de riesgo, menos consumimos, más ahorramos y transformamos eso en dólares. Por lo que más se achica la demanda interna”, concluyó Abram.