Con información al 17 de julio, este jueves se cerraría el acuerdo con el Fondo y llegarían recursos al país. Aparentemente la decisión política de cerrar estaba pero el staff técnico no estaba convencido por los desvíos de Argentina de este año. El Fondo reclama un mayor ajuste fiscal con una meta de 1,5% del PIB que es más exigente que el 1,9 % de déficit primario previsto en el Programa. El país está lejos de este número, en todo caso más cercano a 3% con un déficit financiero total que excedería el 5% del PIB. En cuanto a las Reservas, a esta altura del año deberían ser de U$S 9.000 millones las netas y están en U$S 6.000 millones negativas. El panorama estuvo muy confuso, en particular en medio de la carrera electoral. Por otra parte, es probable que próximamente el FMI quiera hablar con la oposición para manejar la transición y buscar cierta coordinación. Ciertamente, es muy probable un nuevo Programa en 2024.
El nivel de actividad que venía estable se complicó en abril con una fuerte caída. La sequía impacta fuerte en el PIB, aunque la industria está cayendo menos. Se proyecta un segundo semestre contractivo para llegar a un descenso de 4% del PIB.
Las Reservas, indicador clave de la fragilidad económica, siguen a la baja por la propia dinámica del cepo. Los dólares financieros están estables y no han forzado a mayor intervención después de la última corrida cambiaria. El gobierno apuesta a los yuanes para realizar pagos y se espera su habilitación para un nuevo tramo. Es una deuda con China que queda para el próximo gobierno. Si hubiese una nueva corrida entramos en zona de inestabilidad crítica porque las Reservas netas están en su peor momento desde que comenzó esta administración. Unido a este tema está la brecha que es el principal elemento distorsivo de la economía. Se especula con un dólar soja 4 que podría incluir otros cultivos. También se habla de un pedido de adelanto a cerealeras en línea con los Planes Soja que cada vez rinden menos en términos de reservas.
La inflación sigue muy alta con un 6% en junio, lo cual es para festejar aunque el gobierno así lo promueve. Ese 6% se asocia a precios estacionales bajos y a la carne que subió muy poco, entre otros factores. Seguirá subiendo la inflación por escalones en la zona del 8%. Si la inflación fuese de 8% desde julio a diciembre daría una anual de 140%. Este parece ser el piso del 2023. La inflación interanual está en 115% y el segmento núcleo de junio fue de 6,5%.
Tanto la deuda en pesos como en dólares están bajo control. La deuda en pesos está indexada. El Banco Central intervino en su momento monetizando el desequilibrio. Por otra parte, el déficit cuasifiscal, asociado a la dinámica de las Leliqs, sigue muy elevado y creciente. Representa el 6% del PIB con 15 billones de pesos. La tasa de interés al nivel de la inflación endogeiniza el problema de lo que vulgarmente se conoce como la bomba de Leliqs.
Así, avanza el Plan Llegar con pocas ideas de fondo y lejos de un plan integral. El pedido natural del Fondo, devaluación del oficial, es rechazado por temor a una mayor inflación. Ya es tarde para devaluar, tendría que haber sido el año pasado. En definitiva, incertidumbre creciente frente al ciclo electoral
En las elecciones de la región pierden los oficialismos. Parecería que es este el escenario más probable. Sin embargo, el actual ministro y candidato es competitivo y supone un desafío mayor para la oposición. Los bonos y las acciones en alza anticipan este cambio de ciclo político con la expectativa que gane Juntos por el Cambio. Entre ellos mismos la competencia interna es fuerte hacia las PASO de la que podría salir el virtual Presidente. Ante la precariedad de las encuestas, las PASO representan la gran encuesta nacional. A partir de ellas se reconfigura el tablero con consecuencias para la economía y los mercados. El oficialismo pareciera que se orienta a retener la provincia de Buenos Aires con un Kicillof ganador, pues no hay segunda vuelta.
Se espera un año 2024 duro, de ajustes con alta inflación al principio por la corrección de los precios relativos, básicamente dólar y tarifas. La brecha podría reducirse por el ascenso del dólar oficial. En estos escenarios no se ve un proceso de hiperinflación asociado a la huida generalizada de los pesos. La reducción del gasto público es un tema central, que se materializaría en descenso del déficit de las empresas públicas, eliminación del subsidio a energía y transportes, suspensión de obras públicas, recortes en transferencia a provincias, entre otras alternativas.
Se espera una buena cosecha para el año entrante con buenos precios, el sector energético empuja, litio, cobre y minería en general prometen, servicios basados en el conocimiento, turismo, entre otros sectores Son elementos de la micro para tener confianza en la recuperación económica en un año en el que se proyecta un crecimiento cero por el ajuste.
Por Eduardo Fracchia, Director del Área de Economía del IAE Business School, Universidad Austral
Columna de opinión escrita para el Informe Económico Mensual (IEM) edición julio 2023 del IAE Business School, Universidad Austral.