El cuidado de la sustentabilidad viable hace referencia a la visión de largo plazo y el aseguramiento de la continuidad de la organización, que es el objetivo más importante del Directorio. Para lograrlo, debe ocuparse de la viabilidad y sustentabilidad de la empresa, de modo que esta pueda cumplir con su propósito generando valor para los Accionistas y los otros interesados clave de forma continua y perdurable. Los principales temas que suelen incluirse en esta función son: la tutela de la unidad organizacional, la atención al desarrollo de las competencias organizacionales necesarias para competir, la gestión de los interesados clave, la adaptación a los cambios y el impulso a la innovación, y, por último, la gestión de crisis (y la necesaria intervención en caso de que la organización la esté sobrellevando).
La principal responsabilidad del Directorio de una organización es atender y proveer a su continuidad. El Directorio desempeña un papel esencial en la generación de la confianza necesaria para crear un contexto adecuado que permita a la empresa desarrollar correctamente sus operaciones. No sólo debe tutelar los intereses de los Accionistas, sino que debe también considerar a todos los grupos de interés enfocándose en trabajar para la continuidad de la organización como forma primordial de proveer futuro y, consecuentemente, de agregar valor.
Este objetivo se logra principalmente a través de sus cinco funciones clave: 1) el cuidado y promoción de la sustentabilidad viable, 2) la gobernanza, 3) la estrategia, 4) la supervisión y control, y 5) el apoyo a la gestión.
La gobernanza consiste en asegurar que la organización esté en condiciones de que se tomen todas las decisiones necesarias para su funcionamiento efectivo. Suelen incluirse en esta función las siguientes tareas: el correcto funcionamiento de los órganos de gobierno, el ejercicio adecuado de la gerencia general y de la alta gerencia, la planificación y gestión de la sucesión de los decisores clave en el Directorio y la gerencia, y la sucesión repentina de Directores y del gerente general.
El Directorio es responsable de que la organización cuente con una estrategia adecuada, explícita y comunicada, que guíe su accionar y la conduzca hacia sus objetivos y el cumplimiento de su misión. Para lograrlo debe realizar las siguientes tareas: asegurarse de que se lidere del proceso de formulación estratégica en la empresa, definir algunos aspectos de la declaración de orientación estratégica, la discusión y aprobación de la formulación estratégica, y, finalmente, la aprobación del presupuesto anual, tanto de operaciones como de inversiones.
El Directorio debe supervisar el cumplimiento del marco normativo y de las políticas organizacionales, y la gestión que llevan adelante el máximo ejecutivo y su equipo más cercano. Las principales tareas que suelen incluirse en esta función de supervisión y control son: el cumplimiento normativo, el control estratégico, el control presupuestario y financiero, el control de la gerencia y del compliance, y la gestión de riesgos.
Por último, la función de apoyo a la gestión hace referencia a la correcta articulación y el trabajo colaborativo entre el Directorio y la alta gerencia. Esta correcta articulación se consigue con tareas de control, pero también de apoyo. Las principales tareas que se desprenden de esta función son: el acompañamiento al Gerente general, el aporte a la toma de decisiones gerenciales, y la representación y el relacionamiento.
Cabe mencionar que las cinco funciones clave se ejercen de forma diferente conforme al tipo de Directorio existente en la organización y a los factores del contexto en los que está inserta.
Profesor del IAE Business School, Universidad Austral
* El presente texto es un extracto adaptado del libro “Directorios creando valor”, cuyos autores Pedro Vázquez y Alejandro Carrera, son profesores del IAE Business School, al frente de la Cátedra PwC de Gobierno Corporativo.