Martín Calveira*
Con una agenda planteada por una gran diversidad de conflictos, se llevó a cabo la 53a reunión anual del Foro Económico Mundial (WEF) en Davos. Los ejes principales se situaron en la crisis energética y alimentaria; la alta inflación, bajo crecimiento y alta deuda luego de la crisis del covid-19; los obstáculos de la industria para aprovechar los beneficios de las nuevas tecnologías y, finalmente, las vulnerabilidades sociales derivadas de un nuevo marco laboral que demanda distintas habilidades y capacitación.
En estos espacios se presentan propuestas y debates, pero con una visión general de la economía, lo cual es positivo dados los desafíos que se presentan a nivel económico y social, aunque desde las realidades de cada región y país emergen efectos distintos. La conjunción de factores y recursos con los que cuenta cada economía para enfrentar dificultades y desafíos es distintas y diversa lo cual plantea complejidades en términos distributivos y de inclusión.
El WEF intenta medir algunos de los factores que se presentan en este tipo de debates a través de encuestas y relevamientos anuales y bianuales en un universo bastante importante de economías. Tales son los casos de la tradicional encuesta de competitividad (EOS) que se realiza a líderes de empresas, el informe de riesgos globales y lo que respecta a la encuesta sobre el futuro del trabajo (FOJS), cada una de ellas administradas por el IAE-Universidad Austral para el caso de nuestro país.
Uno de los ejes salientes y que se sostendrá corresponde al mercado de trabajo y sus modificaciones derivadas de avances tecnológicos y las habilidades requeridas de los trabajadores. En este aspecto, se marcan distintas realidades esencialmente vinculadas con el sistema de educación y su alcance en cada país: solo pensar en las diferencias entre el desempeño escolar entre nuestro país y la República de Corea.
Desde los debates en el marco del Foro así como también desde los informes mencionados, se presentan denominadores comunes y conclusiones que generalmente convergen con las expectativas previas. Si bien los desafíos como la gestión de digestión de las políticas expansivas en el marco del shock covid-19 y el conflicto bélico dado por la invasión rusa en Ucrania son un común denominador para la mayoría de las economías del planeta, tanto los efectos derivados de estos como el avance tecnológico en el mercado de trabajo tienen derivaciones distintas. Mientras que se dispone de países emergentes con un mejor marco e instrumentos para absorber shocks y, en consecuencia, estabilizar las variables macroeconómicas, contrariamente hay países con mayores dificultades que se han transformado en crónicas, presentan grandes complejidades para absorber los mismos shocks y permanencia e intensificación de las perturbaciones derivadas. Ciertamente, tampoco es un abordaje novedoso, pues en la literatura ya se presentan estas ideas como en la línea de malversación de recursos naturales.
Por otro lado, la cuestión institucional y de cohesión social han sido aspectos que siguen emergiendo en estos debates y, a su vez, con mayor protagonismo en los relevamientos. De hecho, en la encuesta de competitividad (EOS) uno de los nuevos pilares es la cohesión social sobre la gestión de gobierno y otros aspectos.
En definitiva, la preocupación sobre el nuevo contexto productivo, donde la adopción de nuevas tecnologías es excluyente, deberá ser enfrentada con diversas políticas económicas que dependerán de cada economía. No obstante, una de las alternativas disponibles y más sustentables para abordar muchas de esas complejidades es el impulso al crecimiento y la productividad con inclusión social, sobre todo en lo que respecta a este último aspecto, por cierto determinante. Abordar la productividad inclusiva mediante la inversión, principalmente en capital humano (educación y capacitación). Así podrá darse un marco cooperativo de trabajo entre mano de obra, tecnología y maquinaria, en lugar de un marco donde prime lo exclusivo para alguno de esos factores.
*Economista, investigador del IAE Business School, Universidad Austral.