Eduardo Fracchia, director del área de Economía del IAE, analizó el contexto internacional, que continúa recesivo a nivel mundial debido a la suba de tasas de interés en Europa y en Estados Unidos.
Según Fracchia, si bien en Brasil sigue la tensión entre los bolsonaristas que no quieren que asuma, la elección de Lula puede presentar en Argentina un efecto positivo, ya que es el principal socio comercial y se abre la posibilidad de que se pueda relanzar el Mercosur gracias a la afinidad política que tienen ambos países.
Además, Fracchia comentó que, aunque el Fondo Monetario Internacional continúa apoyando a Argentina, el Gobierno tiene en la inflación uno de sus grandes frente en el orden local. Un 7% mensual es muy difícil de bajar porque el dólar, las paritarias y el aumento de tarifas empujan esta inflación inercial, que incluso puede seguir trepando. El otro frente es el nivel de actividad, que podría estar cayendo desde septiembre sin llegar a tener un año recesivo en 2022. Allí se observa un descenso en el nivel de ventas de los comercios, en especial en los de cercanía.
La estrategia del congelamiento de 1.500 productos no es la correcta para combatir la inflación, ya que es un problema básicamente macroeconómico, mientras que esta medida es de aspecto microeconómico. Hay que reconocer que cada gobierno apela a esta medida como una respuesta fácil y cercana a la opinión pública.
A modo de conclusión, Fracchia señaló: “En el plano político, sin mayo - res novedades. Un grupo relevante del oficialismo empuja la candidatura de Cristina Fernández de Kichner, aunque ella lo decidirá mucho más adelante y hasta parece poco probable.
Hay otras figuras que aparecen como posibles: De Pedro, el propio Massa y Manzur. Son todas conjeturas de un tema en abierta discusión. En el plano de la oposición, principalmente representada por Juntos por el Cambio, también se observan muchas internas con varios candidatos presidenciales, incluyendo al fundador del PRO. Los libertarios están creciendo al calor de Milei, quien tiene mucho voto joven.”.
Varios tipos de cambio
Por otro lado, Juan Manuel Jauregui, doctor en Economía (UCLA), evaluó la situación actual del Gobierno y el desorden que generaron las distintas medidas aplicadas.
La multiplicación del tipo de cambio es de un nivel de demencia tal que hace dudar de la política económica en general, lo que genera que el planeamiento económico del sector privado sea más difícil y aumenta la volatilidad del riesgo cambiario que deben enfrentar. Si bien señaló que la negociación con China sobre el uso del swap para las reservas de libre disponibilidad es una manifestación de cortoplacismo, el profesor agregó que no es positivo abusar de estos recursos en situaciones que no son imprevistas.
La inflación es difícil de bajar porque la empujan el dólar, la paritarias y el aumento de tarifas
“Nuestra situación es propia de un atraso cambiario manifestado en el tipo de cambio oficial, que está excesivamente bajo. El Banco Central tiene que reconocer que vender dólares tan baratos, que se pueden considerar dólares subsidiados, pone en peligro las reservas y que siempre estaremos con las reservas decayendo si el tipo de cambio está tan barato como para que la demanda de dólares exceda la oferta. El incremento de reservas que provendrá del swap chino será también dilapidado en unos meses”, completó Jauregui.
Además, desde su perspectiva, indicó que se puede equilibrar el mercado cambiario con la necesidad de un tipo de cambio más elevado para que suban las exportaciones y bajen las importaciones. También comentó que otra forma de equilibrar el tipo cambiario podría ser aumentar la productividad de los sectores exportadores de la economía, pero es un factor que depende del sector privado.
En ese marco, el sector público puede realizar reformas estructurales que generen el descenso de los costos de los exportadores y ayudar con obras de infraestructura que incrementen la productividad del sector exportador u obras que permitan la explotación de recursos naturales.
“Pero todas estas medidas llevan tiempo y tardan en aumentar la exportación, por lo que volvemos a la necesidad de políticas cambiarias, monetarias y fiscales sensatas. Lo primero en política cambiaria sería devaluar el tipo de cambio oficial. En política monetaria es prioritario disminuir la compra de títulos públicos por parte del Banco Central, en tanto que la prioridad en política fiscal es bajar el gasto real”, sostuvo Jauregui.
Panorama regional
Por su parte, Lucas Pussetto, profesor de economía, analizó el panorama regional y la relación entre Colombia, Chile y Perú en materia macroeconómica, así como también las distintas medidas tomadas durante las últimas dos décadas.
Los tres países impulsaron medidas en materia macroeconómica y registraron resultados positivos. Entre 2000-2021, Colombia y Chile estuvieron entre las economías de mayor crecimiento y con menor inflación, destacándose Colombia con una mayor estabilidad.
En cuanto a la primera década de los 2000, Pussetto explicó: “Chile realizó profundas reformas macroeconómicas a principios de la década de 1980, mientras que los cambios en Colombia y Perú, de índole similar (aunque sin la misma profundidad y alcance), son más recientes. Es por ello que los tres países tienden a evaluarse en conjunto. Si el análisis se desagrega por períodos también surgen algunos resultados interesantes”.
“Sin dudas, de los datos anteriores se desprende que el nivel de desempleo en Colombia se mantuvo entre los registros más elevados a pesar del crecimiento y de la estabilidad, mientras que los datos de desocupación en Chile y en Perú no estuvieron entre los más altos de la región pero tampoco entre los más bajos. En los tres casos, sin embargo, la evidencia sugiere una correlación muy baja entre crecimiento y desempleo”, completó Pussetto.