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Argentina entre el crecimiento lento a nivel global y la necesidad de aplicar una plan de estabilización

Juan José Llach, profesor emérito del IAE Business School, analiza el contexto económico internacional. Llach señala que luego del optimismo por el control de la pandemia, sobrevino el pesimismo causado por la invasión de Rusia a Ucrania. Pese a la volatilidad de los mercados, "pensamos que la inflación se reencauzará, aunque muy gradualmente, y lo más probable es que tendremos una desaceleración de la economía global".
Publicado martes 1 de noviembre de 2022

El profesor agrega que bajar la inflación y consumir más energías verdes serían el ¿módico? precio de la amenazante crisis global. Por segundo mes consecutivo, como se esperaba, la Reserva Federal subió las tasas 75 puntos básicos, dejándolas entre 2,25 y 2,50 anual, pero habrá más y aún se abre la posibilidad de revisiones quincenales. Noticias peores trajo agosto, con precios minoristas que aumentaron en EEUU sólo 0,1% m/m, pero 8,3% en los últimos doce meses y, aumentos anuales mayores en alimentos (más del 10%), y en energía, mayores que superó el 20% anualizado. Es muy probable que estas tasas altas de inflación, haya desatado el pesimismo (oscilante) de las últimas semanas. Se espera con ansiedad la variación anual del PIB del tercer trimestre, probablemente la tercera negativa consecutiva.

El crecimiento global fue recortado en julio por el FMI a 3,2% en 2022 (dramáticamente menor que el 4,9% estimado en octubre pasado), y a sólo 2,7% en 2023. El aumento medio del PIB global en el cuatrienio 2020-2023, caería a 2,2%, abonando nuestra tesis de fuerte desaceleración del crecimiento global.

Llach concluye, “El contexto global está ayudando, por ahora, a la Argentina, fundamentalmente por el precio de los granos. Lo propio ocurriría con los combustibles si Vaca Muerta estuviera funcionando a full”.

Por su parte, Eduardo Fracchia, director del área de economía del IAE, analiza el panorama que dejó las elecciones de Brasil y la segunda vuelta entre Lula y Bolsonaro.
Para Fracchia, Bolsonaro se muestra como una derecha populista afín a Trump, con admiración por los gobiernos militares, en especial el del golpe del 64. Con un enfoque anticorrupción que se apoya en el credo evangelista y con ideas liberales en Economía. Mientras que Lula ofrece relacionamiento internacional, sensibilidad popular, experiencia en programas sociales, éxitos como policy maker, sensibilidad a los temas de medio ambiente que se han maltratado aparentemente en la Amazonia.

Además, Eduardo comenta “La campaña electoral ha sido intensa, Bolsonaro incluso asusta diciendo que va a impugnar los comicios por irregularidades. Lula le lleva distancia y va cómodo a ganar. La única encuesta que vale es la de la elección. Ciro Gomes que fue cuarto en el primera vuelta con 7 y es más de centro izquierda lo reforzaría en la segunda vuelta. Lo mismo ocurre con la tercera en la elección general.”

Y concluye “Lula un verdadero animal político, fue perdedor serial en las presidenciales. Finalmente se impuso en el 2002 con 61 % de los votos. El ciclo de commodities lo favoreció y desarrolló un proceso de crecimiento con equidad. Bajó fuerte durante su gestión la pobreza, mejoró algo la distribución. Su heredera política, Dilma Rousseff, no logró los goles de su maestro. Con Lula Brasil creció al 4%, con Dilma en promedio se creció cero y el gobierno terminó muy complicado con episodios de corrupción que inculparon al mismo Lula que fue preso y no pudo competir cediendo la candidatura a Hadad. Ganó las lecciones Bolsonaro que se presentó como el abanderado de la anticorrupción dispuesto a limpiar el sistema”.

Por otro lado, Juan Manuel Jauregui, Doctor en Economía (UCLA), analiza la situación actual del gobierno y destaca que debe tener un plan de estabilización del gasto público ya que será clave para cumplir con las metas del Fondo Monetario Internacional.

La inflación de un país puede tener muchas causas, y cuando la inflación es elevada y crónica, como lo es en Argentina, los factores que afectan la inflación se refuerzan unos a otros haciendo el diagnóstico difícil. Pero comenta que no hay que confundirnos acerca del principal problema en nuestro país. El desequilibrio fiscal es la principal fuente de inflación y este desequilibrio se debe principalmente a un exceso de gasto. Los planes de estabilización pueden tener muchas formas y para ser exitosos deben tener una consistencia interna que depende de múltiples factores.

“Pero en nuestro caso, sin una estabilización fiscal, generada por una disminución del gasto, no hay perspectivas de que ningún plan pueda funcionar. Pueden desarrollarse planes que estabilicen el sector externo, dando un respiro a las presiones sobre el tipo de cambio. Pueden desarrollarse planes que financien a fisco reduciendo o eliminando el financiamiento por emisión. Pueden desarrollarse planes de inversión para aumentar la oferta agregada. Pero si no se equilibran las cuentas fiscales, las presiones inflacionarias volverán. El equilibrio fiscal será la base donde las demás políticas podrán brindar una estabilización exitosa”, concluye Juan Manuel Jauregui.

En la perspectiva del doctor menor gasto público repercutirá en beneficios en múltiples frentes: menor demanda de importaciones, menor demanda de divisas, menor financiamiento monetario del fisco, menor demanda de financiamiento privado del gobierno, mayor disponibilidad de crédito para el sector privado y menor presión salarial para el sector privado.

“Actualmente, dos componentes del gasto son prioritarios y deben ser reducidos para estabilizar la economía: los subsidios y el gasto social. En los subsidios, los componentes que deben ser priorizados son los subsidios a la energía, al transporte y al agua. Las medidas tomadas recientemente para controlar el gasto son positivas. Especialmente las medidas para reducir los subsidios y el gasto social. El congelamiento de la plantilla estatal y principalmente su extensión a las empresas públicas también son medidas importantes”. agrega Jauregui.