Por Belén Escobar
Buenos Aires — La implementación de medidas oficiales en busca de fortalecer las reservas impulsó una baja en el dólar blue y el resto de los dólares paralelos, que pese a recortar las pérdidas en las últimas horas, se mantienen alejados de los niveles históricos registrados semanas atrás, en plena corrida cambiaria.
En el inicio de semana, las diferentes cotizaciones libres de la moneda norteamericana se desplomaron luego de que se conociera el domingo la medida del Gobierno para implementar un “dólar soja”, en busca de fortalecer las reservas internacionales del Banco Central.
El dólar blue, por ejemplo, se desplomó $15, para quedar en torno a los $270, el rango más bajo desde principios de julio. Durante martes y miércoles recortó la pérdida, para cerrar a mitad de semana alrededor de los $278, aún muy lejos del máximo de $338 para la venta tras la renuncia de Martín Guzmán al Ministerio de Economía.
Durante la corrida cambiaria, en solo un mes, los dólares paralelos escalaron aproximadamente $100, lo cual, en parte, impulsó una remarcación de precios en los comercios locales. Ello, a su vez, se trasladó a fuertes remarcaciones de precios en diferentes productos, lo que contribuyó a una inflación de 7,4% en julio, el IPC mensual más alto de los últimos 20 años
¿Por qué no bajan los precios, si el dólar blue cayó?
"Los fundamentos por los que hay aumentos de precios no solamente implican la cotización del dólar paralelo”, explicó Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market.
En diálogo con Bloomberg Línea, puntualizó: “Tenemos que tomar en consideración que en junio y julio comenzaron las restricciones a las importaciones. Hay insumos y materias primas que están escaseando en el mercado. Eso implica un aumento de precios en la economía”.
Además, aseguró que “actúa en rezago la emisión monetaria para financiar el déficit fiscal”. “Aunque ahora Sergio Massa intente equilibrar el déficit, eso actúa en rezago, por lo menos en los próximos seis u ocho meses, sobre la evolución de precios”, aclaró.
Di Pace también aseguró que se debe tener en cuenta que se deben “indexar otros tipos de precios de la economía, como salarios y transporte”. “Son varios los fundamentos por los cuales la evolución de los precios van a seguir al alza”, pronosticó.
"Encima, en septiembre viene la corrección de los precios regulados de la economía. Estamos hablando de tarifas de servicios públicos, por lo que estamos viendo una inflación que va a estar entre el 5% y 6% en los próximos meses”, anticipó.
Por su parte, Martín Calveira, economista investigador IAE-Universidad Austral, apuntó: “La desinflacion no se asocia con ajustes de corto plazo del tipo, sino con medidas más estructurales y de mayor alcance temporal, como pueden ser un cambio de régimen monetario, cambiario y fiscal”. “Por esto es que estabilizar y luego desinflar el nivel de precios de la economía tiene como condición necesaria un programa de estabilización”, argumentó.
Las tensiones cambiarias no desaparecerán
Calveira analizó que “la evolución de la cotización informal del dólar se viene determinando por eventos de corto plazo en un gran nivel de fragilidad macroeconómica, como el aumento de incertidumbre, inflación creciente y tensiones políticas”. “Si bien con las liquidaciones potenciales derivadas del Programa de Incremento Exportador ampliarán la oferta de mercado y estabilizarán la cotización, al menos en el corto plazo, no es evidente que las tensiones desaparezcan”, proyectó en diálogo con este medio.
En ese sentido, evaluó que el programa oficial es “solamente una medida y con fecha de vencimiento, lo que debería plantear la necesidad de medidas integrales y de mayor alcance”.
De acuerdo con su punto de vista, “el sostenimiento de inflación crónica y en un nivel relativamente alto, la demanda de divisas podría sostener la cotización informal, aun habiéndose registrado un flujo positivo de activos externos como consecuencia del programa”.