Solemos tener a los países nórdicos como referentes en cuanto a bienestar, felicidad, calidad de vida y, también, salud. Por esto mismo, fue muy interesante escuchar qué está sucediendo por aquellas latitudes en boca de Bogi Eliasen, director de salud del Copenhagen Institute for Future Studies y presidente de la comisión de bioética de la UNESCO en Dinamarca.
Hacia un modelo 50/50
Bogi fue invitado por el Alumni Héctor Pourtalé a participar del ciclo de interés para debatir cómo construir un futuro de la salud sostenible, con equidad. Bogi contó detalles sobre el trabajo de cinco países nórdicos propuestos a enfocarse en la salud más allá de la política. “Entendemos a la salud como el pilar más importante de la sociedad. Es una inversión que aporta productividad, calidad de vida. Los sistemas de salud no pueden trabajar con la carga de enfermedad que tenemos ahora. Debemos cambiar del tratamiento a la intervención temprana de la salud”, explicó.
Contó que en los países nórdicos están trabajando nuevas áreas de enfoque en la atención de salud:
- Bienestar sobre esperanza de vida.
- Duración de salud sobre duración de vida.
- Atención centrada en el paciente.
- Atención basada en valor con enfoque en resultados.
- Atención personalizada.
- Un mayor enfoque en la prevención.
Aspiran a un “modelo 50/50”: usar la mitad del presupuesto en salud para la prevención de enfermedades y la otra mitad para tratamientos. También, sostienen el principio 20/80: mantener al 80% de la población saludable, para atender al 20% que lo necesita.
Otro gran desafío del futuro será encontrar el balance entre ser profesionales híper especialistas y holísticos, ya que en algún momento todos tendremos acceso a un “mapa” de nuestra salud: nuestro genoma total.
El involucramiento de nuevos actores en el sector de la salud, como China, EE.UU. y las grandes empresas tecnológicas, también promete generar cambios en el modo de trabajar.
Las herramientas están. ¿Sabemos usarlas?
En el último panel del encuentro de los Alumni, Silvia Torres Carbonell, profesora del IAE Business School y miembro del Consejo Directivo de The Hive, citó la frase de E. O Wilson: “El mayor problema de la humanidad hoy es q tenemos mentes paleolíticas, instituciones medievales y tecnologías de los dioses».
“La pandemia, sin dudas, hizo que en muchos casos las mentes paleolíticas tuvieran que aggiornarse, pero todavía hay mucho para hacer con esas tecnologías de los dioses. Veo entre emprendedores e innovadores que la pandemia fue un empuje. Cada vez hay más relacionados con la salud, en su perspectiva más amplia. No solo droga para curar la enfermedad, sino herramientas para mejorar la calidad de vida”, resaltó.
Bogi Eliasen coincidió en que “falta usabilidad de las herramientas digitales”: “90% de las soluciones que surgieron en la pandemia no eran nuevas. Para avanzar, no solo necesitamos datos clínicos, sino a otros actores, grandes empresas, y cambiar el paradigma de la salud de verla como un costo a una inversión”.
Gabriel Battistella, subsecretario de Atención Primaria, Ambulatoria y Comunitaria del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, fue otro de los panelistas, y contó sobre la implementación de la historia clínica única en CABA y sobre la plataforma Boti que surgió en pandemia. “Algo que fue muy importante, cuando empezamos a organizar la campaña de vacunación, era que teníamos que llegar a todas las personas en tiempo y forma para que no ocurrieran inequidades. No teníamos tiempo, necesitábamos actuar ya. La tecnología nos ayudó. El teléfono está en todos los niveles y ahora vamos a utilizar la misma plataforma de Boti para solicitar turnos en hospitales y centros de salud. La digitalización y la facilitación de los procesos es una prioridad del Gobierno de la Ciudad”, dijo.
Admitió que, en muchos casos, lo que más cuesta no es la implementación de la herramienta tecnológica en sí, sino “la decisión política”: “Compartir datos en un sistema integrado de salud a unos les da más ‘cosquillas’ que a otros. Estamos en esos diálogos”.