(ARGENTINA).-En el marco del 2° Encuentro del Club IFREI del año, organizado por el IAE Business School, escuela de negocios de la Universidad Austral, se presentaron los resultados de la encuesta: “Expectativas de la vida personal, familiar y laboral de las nuevas generaciones”, desarrollada por el Centro Conciliación Familia y Empresa (CONFyE) de la misma casa de estudios.
El objetivo fue indagar las expectativas de la vida personal, familiar y laboral de los jóvenes, y los potenciales dilemas futuros. Con estos datos, las empresas tendrán un panorama más claro para crear entornos de trabajo compatibles con sus demandas y motivaciones.
La encuesta realizada obtuvo, desde abril hasta mayo del 2022, más de 600 respuestas de todo Argentina, de la que participaron jóvenes estudiantes, profesionales y trabajadores, de entre 18 y 35 años.
Sobre los criterios más valorados a la hora de elegir un empleo, sobresalen un buen ambiente laboral y la posibilidad de integrar trabajo y familia, con 93% y 92% respectivamente. En tercer lugar, desplazando el salario al cuarto puesto, aparece la posibilidad de realización personal unido a un propósito de vida. Los encuestados fueron indagados sobre el estilo de liderazgo.
Para los Centennials, liderar es servir y demandan un líder que los transforme, que valore sus logros y los haga sentir parte de los resultados. Ellos expresaron que quieren ser protagonistas de su desarrollo, buscan que su trabajo los conecte con un propósito y que la cultura organizacional encaje con sus valores y prioridades.
Están abiertos a las oportunidades de aprendizaje y desean aportar co-creando y sumando creatividad e iniciativa.
Se percibe una demanda de valores nuevos como la equidad, la transparencia en las comunicaciones y remuneraciones, la inclusión y el reconocimiento.
Según Forbes Argentina, para detectar ambientes negativos, sería interesante entender qué es un ambiente tóxico de trabajo. Para los coaches es aquel ambiente en el que los trabajadores se sienten poco valorados y no se consideran parte de la organización. Además, un ambiente laboral malo, que lleva a una baja en la productividad de la empresa, genera ausencias de los trabajadores y desmotivación como principal estado de ánimo y la rotación de personal es muy alta. También se trata de un lugar con apoyo organizacional mínimo o nulo, y además se generan malas relaciones interpersonales, alta carga de trabajo, falta de autonomía, malas recompensas y falta de seguridad laboral.
Al entrar en un ámbito profesional nuevo se puede detectar este tipo de características observando algunos comportamientos: si hay constantes cambios de colaboradores en la plantilla, o si los jefes son líderes presentes o ausentes durante el proceso de adaptación. Muchas veces la ausencia también se considera como algo tóxico. También hay que tener en cuenta si la compañía premia y reconoce de manera positiva a sus colaboradores, lo que demuestra competencia y responsabilidad en los altos mandos.
De acuerdo al sitio, los estudios han demostrado que estar inmerso en ambientes laborales tóxicos impacta en la salud física, provoca enfermedades cardíacas y burnout.
Los coaches sugieren un conjunto de herramientas para hacer frente a un ambiente laboral tóxico, que permitan tomar distancia de esa situación para no caer en ese estado dañino. Por ejemplo, buscar actividades que despejen la mente, dedicarse a alguna actividad que no tenga nada que ver con el trabajo, aprovechar el tiempo libre, descubrir actividades recreativas, sobre todo para hacer frente en lo que, a salud física, respecta.
Según Giancarlo Ameghino, gerente de Gestión y Desarrollo Humano del Grupo Crosland, estos son algunos puntos que los empleados tienen en cuenta a la hora de priorizar el ambiente laboral y bienestar por parte de los empleadores:
- Trabajar en algo significativo. Un empleo que contribuye con la sociedad resulta motivante para muchos. “Se trata de dar un sentido más allá del puramente utilitario. Es un trabajo que sentimos que podríamos realizar independientemente de la remuneración. Consiste en hacer algo que trascienda y genere un bien para muchas personas”, afirma Ameghino.
- Ser tomado en cuenta. Los programas de incentivos deben ayudar a que los colaboradores sientan que son más que una mera mano de obra. Es vital que sus ideas sean valoradas y escuchadas en los procesos de toma de decisiones. Además, resulta importante que se les otorguen responsabilidades basadas en la confianza, que se premien sus logros y que se les trate bien.
- Capacidad de las empresas para adaptarse. Más allá de los refuerzos positivos y de un trato cercano, las personas también buscan que la compañía se adapte a sus necesidades. “Un ejemplo de ello es la posibilidad de brindar flexibilidad de horario ante algún inconveniente o en el teletrabajo, según las actividades cotidianas de los colaboradores”, menciona el experto de Grupo Crosland.
- Tener un equipo sólido. Las relaciones interpersonales deben ser positivas en el lugar de trabajo. Esto es importante tanto cuando se labora de manera presencial en la oficina, como cuando se hace home office y las interacciones son más distantes. Si el equipo no está unido, el personal se sentirá mal, entrará en conflictos y tendrá más dificultades para cooperar.
Las familiares
El informe de IAE también analizó las perspectivas familiares. Este grupo sigue siendo el aspecto más valorado por las nuevas generaciones. Desde el año 2010 que se realiza esta encuesta la familia aparece siempre en primer lugar, por encima del estudio y el trabajo. En esta IV edición, estos últimos aspectos han quedado relegados ya que aparecen los amigos, con un 88% en el segundo lugar y el tiempo libre, con 87% en el tercero.
Perspectivas laborales
Para ninguna de las generaciones el trabajo es prioridad. Consideran que la “empresa perfecta” sería aquella que respeta, valora y cuida a las personas, se preocupa por el desarrollo no solo laboral sino también personal de sus colaboradores y que tenga flexibilidad para compaginar la vida laboral con la familiar.
Cuando se les preguntó por una empresa para trabajar, varones como mujeres destacan aspectos diferentes. Ellas privilegian el impacto social, la calidad de las relaciones interpersonales, el compromiso con el cuidado del medio ambiente y la sostenibilidad. Asimismo, son más conscientes de la importancia de las políticas de inclusión y de igualdad de oportunidades. Los varones priorizan la reputación de la empresa. En relación a la permanencia en un empleo, se presentan diferencias en función de las generaciones.
Los Centennials quieren quedarse menos tiempo en el mismo trabajo que otras generaciones, concretamente entre 2 y 4 años. A la hora de escoger dónde trabajar, una empresa grande es menos valorada y se abre paso la posibilidad de contar con un empleo formal y ser freelance. A su vez, hay interés de contar con un trabajo con impacto social, en el ámbito público o académico.
Proyecciones futuras
Los Centennials más que las otras generaciones están pensando en migrar para buscar otras alternativas para su desarrollo profesional. En relación a la pandemia y sus consecuencias, ésta supuso especialmente para la Generación Y, un replanteo del sentido de sus vidas.
Las mujeres encuestadas, en su mayoría, tienen mayor bienestar social que los varones. No hay diferencias en lo emocional ni en lo psicológico. En relación al estado civil, los jóvenes casados tienen mayor bienestar social y psicológico que los solteros o los que están en pareja. Por su parte, los Millennials presentan mejores niveles de satisfacción social y psicológica que los Centennials y la Generación Y.
Estos últimos, más que los Millennials, están dispuestos a flexibilizar su dedicación laboral si el cuidado de hijos o mayores dependientes se lo demanda. Por otro lado, se vio que la totalidad de los encuestados priorizan trabajar en empresas que apoyen la integración trabajo-familia y quieren participar en la educación de los hijos.
La familia es mejor referencia para los Centennials que para el resto de nuevas generaciones y se sienten más responsables del cuidado de sus padres. Dentro de las políticas que pueden ofrecer las empresas, los participantes valoran la flexibilidad tanto temporal como espacial, seguida de los beneficios que apoyen la calidad de vida y el reconocimiento y respeto por su tiempo libre.